Animuspedia
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«Stefano da Bagnone. Famoso por su crueldad, Bagnone fue entrenado en Roma como verdugo Templario. Fue Bagnone quien apuñaló a Lorenzo de Médicis en la espalda.»
Shaun Hastings, hablando de Bagnone en la entrada de los conspiradores Pazzi del Animus 2.0[fte]

Stefano da Bagnone (1418-1479) fue un sacerdote italiano que en algún momento de su vida fue reclutado dentro de la Orden Templaria resurgida, y entrenado en Roma como verdugo para sus planes. En 1476, el noble florentino Jacopo de' Pazzi contrató a Bagnone y a su colega, el monje Antonio Maffei, junto al banquero Bernardo di Bandino Baroncelli y el recién nombrado arzobispo de Pisa Francesco Salviati para participar en un complot para derrocar al príncipe de Florencia, Lorenzo de Médicis.

Durante la masacre que el sobrino de Jacopo llevó contra los Médicis en la Basílica de Santa María del Fiore, Bagnone aprovechó la oportunidad para sigilosamente apuñalar al monarca florentino en la espalda mientras que Maffei ejecutaba el mismo golpe en la parte posterior del cuello. Sin embargo, el intento de derrocamiento de los Médicis fue evitado por sus aliados y la intervención del Asesino Ezio Auditore da Firenze, culminando con el fracaso y la dispersión de todos los conspiradores por diversas regiones de Toscana.

Para 1479, Bagnone se refugió en el monasterio de Monte Oliveto Maggiore, el cual tenía cercanía con la ciudad de San Gimignano. Allí, Bagnone se reunió con otros colegas monjes discutiendo sobre cómo debía actuar ante el fallo del golpe de Estado. No obstante, Ezio Auditore lo buscó dentro del lugar y le dio muerte. Posteriormente, Auditore cazó al resto de los aliados de los Pazzi, eventualmente acabando con los enemigos de los Médicis en 1480.

Biografía

Carrera temprana

Stefano da Bagnone nació en el año 1418 en la provincia italiana de Bagnone, eventualmente convirtiéndose en un sacerdote[3] de la Santa Iglesia, y entrenándose personalmente en Roma. Aunque portaba los hábitos de un monje y tenía influencia dentro de los círculos ecleciásticos, Bagnone solo pretendía serlo, pues sus jugadas eran eminentemente políticas. En algún momento fue sido reclutado por la Orden Templaria resurgida para servir como verdugo especializado en cierto tipo de torturas y prácticas de asesinato.[2]

Posteriormente en el siglo XV, Bagnone se convirtió en asesor y consejero personal del noble florentino Jacopo de' Pazzi[3]. Para 1476, Jacopo y su familia se involucraron también en la Orden de los Templarios, siendo empleados por el cardenal español Rodrigo Borgia para actuar en nombre del papado en un plan para derrocar a la familia gobernante de la República Florentina en aquel entonces, los Médicis.[2]

Jacopo, que deseaba abstenerse de actuar de manera directa en la conspiración, reclutó a Bagnone para que actuara como uno de los sicarios bajo la dirección de su propio sobrino, Francesco, actuando además con otros cuatro hombres influyentes dentro de la hegemonía de la república: el arzobispo de Pisa Francesco Salviati—que había sido impedido de tomar posesión de su cargo por órdenes del mismo príncipe florentino, Lorenzo el Magnífico—el banquero Bernardo di Bandino Baroncelli—cuyos primos habían tenido anteriores disputas con los gobernantes y por lo tanto habían sido exiliados de la ciudad—y el monje Antonio Maffei—cuya ciudad natal, Volterra, había sido saqueada por mercenarios florentinos.[4][2][1]

Conspiración contra Lorenzo el Magnífico (1478)

«¡Giuliano! ¡No—!»
―Lorenzo de Médicis inmediatamente antes de que Bagnone lo apuñalase[fte]
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Bagnone apuñala a Lorenzo de Médicis en la espalda

El 25 de abril de 1478, Bagnone se reunió con los demás conspiradores en las catacumbas de Santa María Novella, en Florencia, para discutir junto con Borgia las últimas etapas en el derrocamiento de Lorenzo de Médicis. Allí, Jacopo se mostró inseguro por la recién ocurrida muerte del hijo de su sobrino, Vieri de' Pazzi. No obstante, Francesco y Baroncelli aseguraron al cardenal que no habría giros inesperados y que el plan se llevaría a cabo como lo habían previsto.[2]

La mañana siguiente, Bagnone y Maffei formaron parte del grupo de monjes que acudieron a la Basílica de Santa María del Fiore a recibir a la congregación de feligreces que acompañaría a los príncipes Lorenzo de Médicis, y su hermano, Giuliano.[2]

Una vez que ambos nobles aparecieron, Francesco de' Pazzi emergió de entre las masas y señaló a los gobernantes para que sus secuaces les atacasen. Baroncelli y Francesco dieron muerte a Giuliano, al momento en que Bagnone y Maffei apuñalaban a Lorenzo en la espalda y el cuello respectivamente. El príncipe, inmóvil por los ataques a retaguardia, tuvo que resistir a los ataques de Francesco y sus mercenarios. No obstante, el Asesino Ezio Auditore da Firenze intervino y logró salvar al príncipe, mientras que al final del día acabó con Francesco, enviando un mensaje que horrorizó a Jacopo e hizo que él y sus aliados se dispersaran por Toscana con miedo de regresar a Florencia.[2]

Muerte

Bagnone: «Ahora veré quien tenía la razón.»
Ezio: «¿Dónde está Jacopo?»
Bagnone: «Nada que temer, supongo. Se reunen a la sombra los dioses romanos…»
Ezio: «Ora sei libero dalla paura. (Ahora sé libre de tu miedo.) Requiescat in pace. (Que en paz descanses.)»
— Ezio Auditore asesina a Stefano da Bagnone[fte.]

Para el año de 1479, Bagnone buscó refugio en la abadía de Monte Oliveto Maggiore, en una región de Toscana con relativa cercanía a la ciudad de San Gimignano. En 1480, Bagnone se unió a Rodrigo Borgia para planear una reunión con Jacopo de' Pazzi en el Antico Teatro Romano de San Gimignano, teniendo pautado asesinar al noble florentino como castigo por no haber tenido éxito en el golpe contra los Médicis.[4] Pocos días antes del encuentro, el abad de Monte Oliveto Maggiore se le acercó con miras a motivarlo para rezar y buscar alternativas y consolación en las plegarias. No obstante, Bagnone afirmó la inexistencia de Dios, a pesar de que el abad intentó motivarlo y lo tachó de blasfemo, Bagnone sostenía que solo decía la verdad y que era hasta poco ético creer en un hombre todopoderoso que habitase en los cielos y concediera peticiones a los hombres de carne y hueso. El abad le dijo a Bagnone que vestía las ropas de un clérigo y que por tanto no podía injuriar a la religión.[2]

TCTM 5

Ezio Auditore sostiene el cuerpo de Stefano da Bagnone después de apuñalarlo.

Tras hablar de sus respectivas apreciaciones sobre los tópicos teológicos, Bagnone y el abad empezaron a discutir el rol de Ezio Auditore y la amenaza que representaba. El abad relacionó al Asesino con demonios y cosas contrarias a su dogma, mientras que Bagnone nuevamente observó el tema desde un punto más materialista.[2]

Nuevamente se desenvolvió una discusión entre Bagnone y el abad, el primero pensando de manera absterna a la religión y el último totalmente apegado a su doctrina. En el momento en que Bagnone se deshacía de su compañía, Ezio Auditore surgió oculto desde un grupo de clérigos y lo apuñaló.[2]

Mientras desangraba, Bagnone expresó su arrepentimiento, y respondió a la interrogante de Ezio—el paradero de Jacopo de' Pazzi—con un acertijo que aludía en cierto modo a los dioses de la mitología romana. Auditore lo dejó para que muriera dentro de la abadía y tras eso huyó de ésta.[2]

Legado

Ezio Auditore cazó a los demás conspiradores entre 1479 y 1480, hasta que en ese año, Rodrigo Borgia castigó a Jacopo de' Pazzi con la muerte. El asesinato de Bagnone quedó en la memoria de muchos monjes a lo largo de Italia, y en 1488, varios monjes huyeron de Ezio Auditore al identificarlo con la muerte del conspirador, aunque éste andaba tras la búsqueda del fray Girolamo Savonarola.[2]

El nombre de Bagnone fue incorporado a una lista de varios conspiradores Templarios que tuvo el Asesino por muchos años, y en 2012, el historiador inglés Shaun Hastings realizó un video corto explicativo sobre el rol de Bagnone y sus colegas en la conspiración para que fuese visto por Desmond Miles, quien revivía por medio del dispositivo Animus las memorias de su ancestro, Ezio Auditore.[2]

Personalidad y rasgos

Monje: «¡Eres blasfemo!»
Bagnone: «No, soy certero.»
Monje: «Pero llegar a negar Su más agraciada existencia…»
Bagnone: «…es la única respuesta racional ante la declaración de que existe un loco invisible todopoderoso que vive en los cielos. Y créeme, si esa preciada Biblia tiene algo que afirmar de Dios es que ha perdido la cabeza.»
— Stefano da Bagnone discutiendo con un monje[fte.]

Stefano da Bagnone era un hombre que vestía los hábitos de un monje, que se presentaba como un profeta de fe de la Santa Iglesia Católica, y que incluso tenía cierto poder e influencia dentro de círculos ecleciásticos menores, pero que sin embargo afirmaba no creer en Dios, e incluso profesaba comentarios de clara contradicción a todos los sustentos de la fe que presuntamente esparcía en su mismo rol religioso.[2]

Bagnone era más un verdugo que un monje, y asistió a Jacopo de' Pazzi en las fases más cruciales del plan de los Templarios para derrocar a los Médicis, siendo uno de los que apuñalaron a Lorenzo el Magnífico en un momento que definiría el antes y el después de la República Florentina del siglo XV.[2][1]

Tras el fracaso de la conspiración contra Lorenzo, Bagnone se refugió en Monte Olivetto Maggiore, aunque sabía que Ezio Auditore en cualquier momento lo cazaría dentro del monasterio, por lo que se mantenía a la defensiva. No obstante, el Asesino se mostró más rápido e inclemente, aunque le dio la oportunidad a Bagnone de lamentarse de sus errores y le deseó paz a su alma posteriormente.[2]

Entre bastidores

Stefano da Bagnone apareció por primera vez en el videojuego de 2009 Assassin's Creed II, y posteriormente en su novelización, Assassin's Creed: Renaissance. En el juego, fue uno de los objetivos de Ezio Auditore durante el momento de la conspiración de los Pazzi, así como uno de los que condujeron al Asesino directamente al paradero de Jacopo de' Pazzi, el patriarca de la familia traidora al mando florentino.[2]

La vida y rol de Bagnone como personaje resultaron bastante desordenados y poco claros según la información dada tanto por el videojuego Assassin's Creed II como por Assassin's Creed: Renaissance. En la novela, así como en el juego, aparecen diálogos de Bagnone en persona que afirmaban que él no era monje ni estaba ligado a la Iglesia Católica, solo que aparentaba estarlo para tener influencia ecleciástica; sin embargo, la base de datos de Assassin's Creed II lo identifica como sacerdote, contradiciendo lo previamente establecido. Sin querer asumir en parcialidad por ninguna de las fuentes, el artículo toma ambas y se basa en estas.[2][4]

Igualmente, la versión de la muerte de Bagnone aparece diferente en Assassin's Creed II y en la novelización. En el juego, Ezio Auditore busca al sacerdote dentro de Monte Oliveto Maggiore, eventualmente matándolo cuando él termina de hablar con el abad. No obstante, en la novela, Bagnone se deja asesinar por Ezio en un acto de lamentación por sus actos. Al ser la versión del videojuego más conocida, el artículo se atiene más a ella en este punto concreto.[2][4]

Históricamente, Bagnone fue arrestado y muerto a manos de lealistas de la república el 3 de mayo de 1478, siguiendo a Francesco y Jacopo de' Pazzi, el arzobispo Salviati, y a la vez que Maffei; siendo posteriormente castrado, desfigurado y arrojado desde la cima del Palazzo della Signoria como acto de demostración que simbolizaba el triunfo de los Médicis y sus simpatizantes. No obstante, la historia del personaje fue alterada por Ubisoft para apegarse más a la trama del juego, que se desarrollaba a lo largo de varios estados italianos.[1]

Apariciones

Notas y referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 Evidencia histórica
  2. 2,00 2,01 2,02 2,03 2,04 2,05 2,06 2,07 2,08 2,09 2,10 2,11 2,12 2,13 2,14 2,15 2,16 2,17 2,18 2,19 2,20 2,21 Assassin's Creed II
  3. 3,0 3,1 Base de datos de los conspiradores Pazzi
  4. 4,0 4,1 4,2 4,3 Assassin's Creed: Renaissance

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