Rhona Dinsmore (1688 - ¿?) fue una escocesa, Maestra Asesina quien dirigía el escondite de la Hermandad de los Asesinos en la La Habana durante la mitad del Siglo XVIII.
Biografía
Vida Temprana
Nacida en Escocía, Rhona estaba destinada a ser aventurera. Tras la infancia en un hogar roto (con un padre ausente y una madre alcohólica), Dinsmore abandonó la casa familiar en Glasgow cuando era una adolescente. Con diecinueve años, encontró trabajo entre los mercaderes de Bristol y permaneció en ese puesto casi dos años.
A los veintiuno, Dinsmore estaba atrapada en un matrimonio desastroso. Huyó de nuevo y buscó refugio en Boston, donde permaneció seis meses antes de mudarse a Jamaica en busca de un clima más cálido. Allí experimentó cada vez más dificultades para encontrar empleo entre los granjeros del lugar y acabó echándose a la mar, donde finalmente halló su destino dentro de la hermandad de los Asesinos donde se encargo del escondite en La Habana.
Con el pasar de los años, Rhona tenia una relación conflictiva de naturaleza indeterminada con un Templario llamado Hilary Flint, durante ese tiempo en las Indias Occidentales, Rhona se familiarizo con el pirata Edward Kenway.
Conflicto con Hilary Flint
En Julio 1715 la ubicación del escondite de Rhona en La Habana fue revelado por los mapas que entrego Edward Kenway haciéndose pasar por Duncan Walpole. Como consecuencia, el escondite de Rhona fue sitiado varias veces por las Tropas Españolas
En uno de esos ataques en 1717, Rhona fue acompañado por Edward quien le ayudo con las oleadas de guardias. Luego del combate que termino con Rhona herida de un brazo, Edward le confiesa que su misión en La Habana se debe a la busca de las llaves templarias para acceder a la armadura en Gran Inagua.
Debido a las heridas de Rhona esta fue incapaz de investigar por su cuenta así que de mala manera se asocio con Edward a quien envió al mercado para investigar robos y travesuras que habían estallado desde que se iniciaron los ataques a escondite.
Edward y Rhona planeando el sabotage de Flint
Edward volvió con un mapa robado de un ladrón en el mercado. Ese mapa señalaba que un Templario llamado Hilary Flint quien usaba rateros para robarle suministros a los Asesinos. En ese punto Flint tenia varios almacenes repartidos por la ciudad.
Con en mapa de Edward, ambos destruyeron la pólvora haciendo que Flint saliera a luz pública para mover el resto de pólvora por mar. Eso le dio una oportunidad a Rhona y a Edward de asesinar a Flint. Rhona distraería a Flint mientras Edward le rodeaba, una vez asesinado, Flint le dijo a Rhona "que pena que no hayamos luchado juntos en el bando correcto" y Flint sucumbe a sus heridas, Rhona le entrega la llave a Edward.
Buscando a Laureano Torres
Edward dándole la Calavera de Cristal a Rhona
En 1722, Rhona se reunió con Edward quien había llegado a La Habana para darle caza a Gran Maestro Laureano de Torres y Ayala. Aunque Edward encontró que la ciudad estaba en toque de queda, le mostró la Calavera de Crista a Rhona para introducir la sangre de Torres y indicarle que estaba en la iglesia de La Habana.
Por ello Edward le dio la Calavera para que Rhona la cuidara. Al volver Edward y enterarse que había matado a un señuelo que lo conducía a El Tiburón. Rhona le dijo a Ah Tabai que Torres ya iba camino a Observatorio. Luego le dio la calavera a capitán para continuar su camino.
Vida Posterior
Después de la muerte de Torres, Rhona aumento su rama de Asesinos los años posteriores en La Habana. Cuando comenzaba la Guerra de los Siete Años, Rhona se centro en mantener a salvo sus territorios. Pero se perdió en una "gran aventura" que había experimentado en su juventud. De esto se aprovecho el Templario Rafael Joaquín de Ferrer quien sedujo a Rhona y robo correspondencia con otros asesinos así como mapas a la Pelínsula de Yucatán.
Aunque los asesinos de Rhona querían ir tras Rafael, pero ella les mantuvo dentro de la ciudad quien peligraba por los conflictos de diversos imperios. Luego le escribió a Aquiles Davenport a quien conocía desde que el era entrenado por Ah Tabai pidiéndole que mantuviera ojo sobre Rafael y si pudiera asesinarlo lo antes posible.