El Bièvre es un río de 36 kilómetros que desemboca en el Sena parisino.
El distrito de La Bièvre era uno de gran importancia económica, dada la gran cantidad de talleres y curtidurías que en él se encontraban, pero también uno pobre y muy sucio. Por ello, el río Bièvre estaba lleno de aguas residuales y era perjudicial para la salud sumergirse en él.
Hoy en día, el paisaje urbano oculta el río.