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Los Medjay eran una fuerza de policía paramilitar egipcia de élite que sirvió y actuó como exploradores del desierto y protectores de áreas de interés faraónico durante los períodos del Imperio Antiguo, Medio y Nuevo de Egipto. Los máximos guardianes jurados del faraón y la nación. En su apogeo, los Medjay eran muy estimados y percibidos como el verdadero símbolo del verdadero honor, coraje y deber. Por esta razón, su insignia estaba adornada con el Ojo de Horus, un emblema que representaba la protección del pueblo egipcio.

Historia[]

Los Medjay se establecieron originalmente durante el Imperio Antiguo y se les encomendó la protección de la gente del faraón. Como los guardias más confiables para el faraón, fueron considerados como los máximos protectores de los dioses y las personas.

En el momento de la dinastía Ptolemaica, el papel se había desvanecido, con Bayek siendo el último Medjay y actuando como alguacil para su comunidad. Su esposa, Aya, también sirvió como Medjay antes del 49 a.e.c antes de regresar a Alejandría. A pesar de que los Phylakitai se hacían cargo de los deberes de la policía, los egipcios todavía reconocían el símbolo de Medjay, que aclamaba a Bayek como un "protector".

En el 48 a.e.c, Cleopatra apeló al sentido del deber de Bayek al convertirlo en "Medjay de Egipto", otorgándole una insignia dorada para reemplazar su insignia de cuero original. El amigo más cercano de Bayek, Hepzefa, también fue señalado como un Medjay en Siwa, después de haber asumido los deberes de Bayek después de partir en un viaje de venganza contra la Orden de los Antiguos. Después de la muerte de Hepzefa, Bayek fue verdaderamente el último Medjay, un título que abandonó cuando se convirtió en el primero de los Ocultos.

Oración del Medjay[]

«Soy un Medjay. Soy una pluma en el ala del águila ... una daga viviente, hundida desde el cielo en el corazón del caos. Soy una verdad desconocida ... una vaina sin llenar ... un hijo del Nilo ... y un defensor del pueblo. No puedes matarme, porque camino entre los muertos. Sal de día y te guiaré a casa»
―Oración del Medjay recitada por Bayek

Al igual que sus sucesores eventuales, los Medjay tenían sus propios principios rectores que dictaban su forma de vida. Al igual que el Credo de los Asesinos, la Oración del Medjay se transmitía oralmente; primero se revela mientras Bayek reflexiona sobre una sacerdotisa que realizaba un ritual de protección en Taimhotep y su hijo por nacer, y cómo debería habérselo enseñado a su hijo antes de su muerte prematura.

Curiosidades[]

Lista de Apariciones[]

Galería[]

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