Marco Junio Bruto
(principio de Junio de 85 a.C.-42 a.C a finales de octubre), a menudo conocido simplemente como Brutus, fue un politico de finales de la Republica Romana y miembro de la Orden de los Asesinos
Vida temprana
Bruto nació de Marco Junio Bruto "el Viejo" y Caepionis Servilia. Su padre fue asesinado por Pompeyo el Grande, después de haber tomado parte en la rebelión de Lépido, y su madre luego se convertiría en la amante de Julio César.
En algún momento antes de que el año 45 aC, Bruto se convirtió en miembro del Senado romano, así como de la Orden de los Asesinos. Muchos de sus hermanos asesinos, también compartian su papel tanto de senadores y Libertadores.
imagen de la cripta
Alrededor del 45 aC, muchos senadores empezaron a temer el creciente poder de César tras su nombramiento como dictador, y los asesinos comenzaron a planear su caída. Alrededor de este tiempo, también descubrieron que el SPQR en secreto era una organización templaria.
Descubrimiento de la Cueva
"Hemos hallado pistas de lo que nos trajo a este lugar. Murmullos. Luces que parpadean a través de grietas en la tierra. Una puerta que es un rompecabezas. Debemos hallar la solución."
Por algún tiempo, los sueños de Bruto estaban relacionados una misteriosa cueva que él se vio obligado a encontrar. Finalmente, fue llevado a descubrir la cripta sellada de la primera civilización, escondida debajo de lo que eventualmente se convertiría en la iglesia Santa María Araceli.
Tal como lo había sido asignado por Cayo Casio Longino como el autor intelectual del asesinato a César, Bruto designado el templo antes de la cripta, como el lugar de encuentro para sus co-conspiradores.
Cada vez que sus compañeros asesinos terminaban sus reuniones de consejo, Bruto salía a explorar la cripta por su propia cuenta, al encontrarse con lo que supuestamente le señala a la ubicación de, "Murmullos. Luces que parpadean a través de grietas en la tierra. Una puerta que es un rompecabezas".
Eventualmente, al descubrir cómo entrar a la bóveda de la cripta, Bruto fue sorprendido por un "resplandor fantasmal" de la arquitectura de otro mundo, y encontrando los pilares mismos de [sus] creencias derribadas”. Al acercarse y activar el pedestal de la cripta, Bruto presenció a Roma en llamas, tras el asesinato de César, que en última instancia lo llevó a la acción.
Bruto más tarde escribiría varios rollos que describen sus sueños y el descubrimiento de la cripta, así como incluir dibujos de la cámara y su pedestal. Tras el asesinato de César, Bruto también regresó al templo para
almacenar estos pergaminos, así como su armadura reliquia.
Asesinato de Júlio Cesar
Inspirado y preocupado por las visiones que había visto en la bóveda, Bruto ideó el plan para el asesinato, junto con cuarenta de sus compañeros todos asesinos y senadores, haciendo lo que le dictaban sus visiones, su ataque fue previsto para los idus de marzo.
Ese día, sin embargo, la mujer del César trató de convencerlo de no comparecer ante el Senado, lo que retrasó su llegada y poder dirigir a los asesinos, al temer que el complot hubiera sido descubierto. Bruto persistió, sin embargo, a la espera de César en el Senado, y sobre su eventual llegada, lo atacaron.
César se resistió al principio, pero se resignó a su destino al reconocer a Bruto, y finalmente fue asesinado, " fue apuñalado veintitrés veces por sus propios compatriotas, muchos de los cuales antes se consideraban amigos". Conducido por la grave culpa de sus acciones, Bruto volvió más adelante a la Coliseo, y abandonó la daga que había utilizado para asesinar a César dentro de la caverna.
Muerte
"Sea cual sea el poder del artefacto, no nos ha devuelto a nuestro Hermano. Cerramos sus ojos de nuevo. Nada indica que se había movido. Algunos de entre nosotros lloran. Es una segunda muerte."
Tras el asesinato, el Senado aprobó una amnistía a los Asesinos, que fue propuesta por el amigo de César, Marco Antonio. Sin embargo, por el gran revuelo de la población causada por Bruto y los otros asesinos, debieron salir de Roma. Bruto se instaló en Creta, entre el 44 a 42 a.C, pero fue derrotado más adelante en batalla y al huir, se suicidó.
Después de la muerte de Bruto, sus seguidores se reunieron en Philipi, en Macedonia, y se trató de usar el sudario, para traerlo de vuelta. Sin embargo, la Sábana Santa no era capaz de tal restauración, y aunque Bruto abrió los ojos y se movía, no parecía respirar, y, finalmente, cayó aún en una segunda muerte aparente.
