El Koh-i-Noor (traducido del persa "Montaña de Luz") o Syamantaka Mani es un artefacto precursor con la apariencia de un diamante que según las leyendas tiene el poder de unir todos los Fragmentos del Edén en uno solo.
Con el paso del tiempo también surgió la creencia de que solo podía ser usado por una mujer, pues a los hombres solo acarreaba desgracias y muerte[1].
Portadores a lo largo de la historia[]
- Primera Civilización (¿? -¿?)
- Nāder Shāh (1739 - 1747)[1]
- Ahmad Shāh Durrānī (1747 - ¿?)[3]
- Selim III (¿? - 1808)[4]
- Ahkbar (1808)[4]
- Jan van der Graff (1808 - ¿?)[4]
- Ranjit Singh (1830 - 1839)[1]
- Arbaaz Mir (1839)[1]
- Raza Soora (1839)[1]
- Pyara Kaur (1839)[1]
- Hermandad india de los Asesinos (1839 - 1841)
- Rito británico de la Orden Templaria (1841)
- William Sleeman (1841)[5]
- Alexander Burnes (1841)[5]
- Arbaaz Mir (1841)[5]
- Ethan Frye (1841 - ¿?)[5]
- Albert Bolden (¿? - 1937)[2]
- Rufus Grosvenor (1937)[2]
- Ignacio Cardona (1937)[2]
- Charlotte de la Cruz (2018)[2]
- Instrumentos de la Primera Voluntad (2018)
- Jasdip Dhami (2018)[2][6]
- Álvaro Gramática (2018)[2][6]
- Elijah (2018)[2][6]
- Charlotte de la Cruz (2018)[2][6]
- Elijah (2018 - actualidad)[2][6]
Historia[]
Era Isu / Prehistoria[]
Alrededor del año 2296 de la Era Isu, o 75010 a. e. c., el diamante perteneció a Juno[2]. Mientras estaban discutiendo sobre la reciente insurrección de los humanos, Juno señaló que la única solución era el aplastamiento total, idea a la que Minerva se opuso totalmente puesto que iba en contra de todo el avance del que se enorgullecían los Isu. Esperanzada en la rápida evolución de a quienes creyeron seres inferiores, Minerva mencionó que en un futuro podrían ser tratados como iguales.
Saturno, padre de Juno, estuvo de acuerdo con Minerva. "Están comenzando a soñar" dijo, pero antes de poder continuar un sirviente humano clavó un cuchillo en su cráneo, matándole en el acto. Tomando las armas, un grupo de hombres se dispuso a atacarlas. Furiosa, Juno tomó su diamante y lo usó para lanzar una descarga de energía que los redujo a esqueletos[2].
Impotente ante la escalada de violencia, Minerva le pidió detenerse pero Juno solo había reforzado su posición: los humanos eran peligrosos, seres llenos de odio, a los que ellos debían salvar de sí mismos[2].
Posteriormente el artefacto pasó a manos de Durga, quien de algún modo imprimió su consciencia dentro del artefacto[1].
Siglo XVIII[]
En 1739 la ciudad de Agra fue saqueada por el sah persa Nāder Shāh, fundador de la Dinastía Afshárida. Entre los varios tesoros encontró un diamante. Deslumbrado por su belleza y esplendor, Nāder Shāh lo llamó Koh-i-Noor, que en persa significa "Montaña de Luz". El sah se lo llevó a su tierra natal como un trofeo[1].
Ocho años después el soberano moriría a manos de un grupo de Asesinos liderado por Salah Bey, capitán de la guardia real. Sin embargo el Koh-i-Noor terminó en manos de su comandante Ahmad Shāh Durrānī, un líder afgano.
Ese mismo año, el Asesino escribió a su colega Aquiles Davenport jurando recuperar la joya en nombre de la hermandad[3].
La muerte de Nāder Shāh acrecentó la creencia de que el Koh-i-Noor solo podía ser portado por una mujer, puesto que para los hombres solo traía mala suerte y desgracias.
Siglo XIX[]
El sultán[]
Mar Mediterráneo[]
En algún punto de comienzos del siglo XIX, el diamante pasó a manos del sultán Selim III del Imperio Otomano. El Cruz Negra de ese entonces, Tavis Olier, intentó investigar la situación pero desapareció misteriosamente.
En 1805 Solomon Bolden, el nuevo Cruz Negra, fue enviado para descubrir el destino de su antecesor y hacerse con la joya[4]. Haciéndose pasar por un esclavista, Bolden se dirigió a Libia a bordo del barco mercante La Dama Pintada. En el trayecto conoció a Jan van der Graff, un exmilitar al servicio de Napoleón Bonaparte que buscaba piezas textiles para el emperador.
A pesar de rehuirle en más de una ocasión, Jan tenía una propuesta que hacerle. Dado que ambos eran "hombres con secretos" que se dirigían a un lugar peligroso sería mejor si se cubrían las espaldas mutuamente. Bolden no consideraría la oferta hasta que un grupo de piratas enviados por el mismísimo sultán atacó la nave con el único fin de eliminar al Cruz Negra. Sabían quién era, por lo que las cosas se le complicaban.
Trípoli[]
La taberna[]
Tras desembarcar en Derna, ambos se dirigieron a lomo de camello a Trípoli. En la taberna "El Pico del Pulpo", donde estaban dos conocidos de Jan, Edmund y Ahkbar, planificaron su entrada al palacio[4].
Mostrándole un mapa, Van der Graff explicó que el sultán tenía un túnel a través del cual sus hombres le enviaban tesoros en secreto. Como durante el día no estaba muy bien resguardado era su mejor opción.
El túnel[]
Después de una noche de bebida el dúo se dirigió a un mercado, donde había una entrada al túnel. En el trayecto se encontraron con una reja bloqueada. En un despliegue de habilidad Jan abrió la cerradura con un peine pero a medida que avanzaban la luz era más escasa. Al final del velo negro les esperaba un grupo de encapuchados, hombres del sultán. Todos desenvainaron las espadas.
Aunque parecían tener la situación bajo control, Solomon recibió un ataque por la espalda que resultaría fatal. Se trataba de Ahkbar, el supuesto compañero de Jan en la taberna. Decidido a impedirles llegar al Koh-i-Noor, ordenó a los hombres llevárselo.
Antes de morir Bolden le pidió encontrar a Tavis, el anterior Cruz Negra[4].
Tras una larga agonía en una cámara de torturas Selim envió a Jan a un calabozo. A pesar de no haber confesado formar parte de los templarios, el sultán creía que se trataba de otro agente enviado para hacerse con el diamante.
En el frío de su encierro le esperaba Tavis Olier.
El calabozo[]
Creyendo que no le quedaba nada por lo que seguir, Jan de desplomó emocionalmente. Pero para Tavis ese era el inicio de su aprendizaje.
Durante tres años, el templario le adoctrinó y entrenó. El hombre que creía ser un cascarón viviente aprendió que debía convertirse en el miedo de sus enemigos, hacerse uno con la oscuridad de sus corazones para recobrar la vida en el suyo. Debía convertirse en la muerte, en el Cruz Negra.
Finalmente, el momento llegó. Los Asesinos se acercaban con la intención de hacerse con el Koh-i-Noor, por las buenas o por las malas. Aunque el sultán no estaba preocupado, Tavis y Jan decidieron que debían impedirlo[4].
Aprovechando la hora de comida ambos se enfrentaron a sus captores, solo sobreviviendo Jan.
El palacio[]
Cuando llegó, Selim acababa de caer muerto producto de un té envenenado. Aprovechando que estaba solo con el sultán, Ahkbar había mostrado sus verdaderas intenciones.
A pesar de ser un Asesino, Ahkbar pensaba hacerse con el artefacto y todo su poder[4]. Pero Jan ya no pensaba huir del peligro.
Generando clones a su imagen, el Asesino creía fácil derrotar a su contrincante antes de la llegada de los otros pero entonces Van der Graff agudizó sus sentidos y se percató de que los pasos de los clones no generaban sonido. Así descubrió cuál era el original y, con gran puntería, lanzó su espada directo a su pecho. Ahkbar cayó muerto y segundos después los Asesinos aparecieron.
Sin ánimos de perder el tiempo, Jan pidió una muerte rápida si así lo creían conveniente. Pero los encapuchados no pensaban vengar a un traidor como el caído. Sorpresivamente, el antiguo hombre de Napoleón les entregó la caja del diamante y les ordenó marcharse cuanto antes.
Pero no era más que una treta, Jan solo les había dado un contenedor vacío[4]. Tiempo después, el nuevo Cruz Negra partió a ver a la viuda de Solomon Bolden y, como había prometido a Tavis antes de morir, la cuidó como su esposo.
El marajá[]
Los Asesinos[]
De algún modo el Koh-i-Noor terminó en poder del marajá Ranjit Singh de la India. Aunque poderoso y respetado, su poder menguaba ante la ambición de la corona británica.
En 1839, los Asesinos eran conscientes de la situación. Uno de ellos, Arbaaz Mir, llevó ante su amigo y maestro Hamid una página del Manuscrito Voynich en la cual aparecía el diamante, rodeado de dos Frutos del Edén y un Sello de Memoria. Tras comprar un siervo mudo llamado Raza, el Asesino partió al palacio de verano del marajá para hacerse con él[1].
El palacio[]
Haciéndose pasar por un emisario de Cachemira, Arbaaz se coló en la corte real, ganándose la confianza y corazón de la nieta de Ranjit, Pyara, mientras Raza seguía al tesorero del marajá, Bustee Ram.
Al anochecer, Arbaaz y Raza exploraron la cámara bajo el palacio donde encontraron, además de inmensos tesoros, un diamante sin valor, el que exhibía públicamente el marajá. Tras cruzar una pared falsa hallaron un pasaje en cuyo final esperaba una estatua de Durga sosteniendo el verdadero Koh-i-Noor sobre un charco de agua. Cuando el joven Raza intentó tomarlo, el diamante proyectó la figura de un tigre que saltó ferozmente sobre él, pero el Asesino tomó la piedra consciente de que solo se trataba de una ilusión.
Desde una grieta superior, el templario británico Francis Cotton observaba la escena[1].
Cuando pensaban huir a caballo, guardias alertados por William Hay Macnaghten atraparon a los ladrones. Aunque Arbaaz fue tomado prisionero, Raza consiguió escapar llevándose el botín. Mientras buscaba una salida entró por accidente a la recámara de la princesa que lloraba desconsolada al creer que había sido usada por el falso emisario. Intentando consolarla, Raza le dio la joya[1].
El complot[]
Momentos después, Pyara y Raza se dirigieron a la celda de Arbaaz. Advirtiendo de que el marajá se hallaba en peligro, el Asesino exigió ser liberado. La princesa lo hizo y recibió un beso sorpresivamente, pero el Asesino no pensaba volver a por Ranjit, lo único que le interesaba era poner el Koh-i-Noor a buen recaudo. Sin embargo, no contaba con que su sirviente ya no lo tenía.
Tras desplazarse rápidamente por los tejados y despachar a algunos soldados, Arbaaz irrumpió en la reunión de Ranjit con los británicos. Aunque de un manotazo le arrebató su taza, ya era demasiado tarde. Se había bebido gran parte del té. Mientras el León del Punyab se desplomaba, Cotton alertó a la guardia y huyó.
Arbaaz se defendió con todas sus armas, mientras Pyara intentaba animar a su moribundo abuelo. Creyendo que el diamante podía curarle se lo mostró, pero este solo le ordenó una cosa: huir con el Koh-i-Noor de la India y no volver.
La aparición[]
Una atemorizada Pyara huía cubierta con una manta. En su prisa no vio que el general Cotton se hallaba delante de ella y chocó contra él. Tomándola por una Asesina, el templario se dispuso a acuchillarla pero Raza Soora se lanzó sobre él rasguñándole. Tras quitárselo de encima, Cotton estuvo a punto de acabar con él pero la princesa, envalentonada, tomó el diamante y se transformó en la mismísima Durga[1].
La aparición paralizó a todos en la zona. Mediante frases confusas, la entidad se refirió al poder principal del artefacto y el destino de la humanidad. Cotton, horrorizado por la escena, disparó contra el diamante, destrozándolo. Un grito horrible invadió el lugar mientras rayos de energía fueron expulsados acabando con los presentes. Asimismo, una figura con forma de tigre surgió, acabando con la vida del líder templario.
Arbaaz tomó rápidamente a Raza lanzándose al estanque mientras pasaba el peligro.
Poco después los fragmentos del Koh-i-Noor se unieron devolviéndolo a su forma original[1].
Los templarios[]
Segundo round[]
Hamid conservó el diamante desde entonces. Para 1841, este temía que los templarios estuviesen buscándolo de nuevo[5].
Después de pasar la noche con Pyara, Arbaaz se dirigió a la guarida pero solo encontró guardias en la zona. Siguiendo un rastro de sangre llegó hasta una fortaleza en la que, tras interrogar a un templario de alto rango, descubrió que su mentor había sido capturado.
En un edificio a las afueras de la ciudad Hamid estaba siendo interrogado. Un nuevo líder templario, el comandante William Sleeman, quería descubrir el funcionamiento del Koh-i-Noor. Al no obtener respuestas se marcharon esperando obtenerlas al día siguiente.
Arbaaz aprovechó la oportunidad para liberar a su amigo. Magullado y herido, el mentor le advirtió que sus enemigos no solo se habían hecho con el Koh-i-Noor sino que al parecer también tenían en su poder la caja de Ezio Auditore, perdida por la hermandad hace muchos años. Los templarios pensaban usar el diamante para activarla[5].
El templo de Amritsar[]
Tras despedir a Hamid, Arbaaz continuó con la misión. Siguiendo a Sleeman, llegó hasta la entrada de un yacimiento precursor. A pesar de los guardias, consiguió hacerse con la manivela de la puerta.
El comandante estaba en la Sala del Oráculo. Esquivando a los soldados y las defensas del propio templo, el encapuchado llegó justo cuando el Koh-i-Noor, dentro de la caja, proyectaba un mapa y la dirección de otro yacimiento en Afganistán. Arbaaz reclamó los artefactos pero Sleeman disparó contra él causando el derrumbe del lugar. Era hora de irse.
A las afueras del lugar se encontraba Hamid. Aunque esperaba un mejor destino para el lugar, le informó que el capitán Alexander Burnes, compinche de Sleeman, había dirigido un batallón hacia el castillo de Herat, justamente en Afganistán[5].
El templo de Herat[]
La población local no se había tomado muy bien la ocupación británica. Para facilitar su entrada, Arbaaz prendió fuego a tres torres de la fortaleza. Con los soldados ocupados le fue sencillo colarse en el templo subterráneo.
Fuese lo que fuese lo que Sleeman buscaba, Arbaaz sabía que debía llegar antes. Y así lo hizo. Escalando con velocidad, llegó al salón central del templo pero no encontró nada de utilidad. Antes de poder defenderse se vio acorralado, reducido y luego noqueado.
Katasraj[]
Amarrado a un poste, Arbaaz fue despertado por Burnes que debía retenerle en el templo de Katasraj hasta la llegada de Sleeman. Aprovechando que estaba distraído, el Asesino le hurtó un cuchillo logrando así liberarse cuando Burnes se fue.
Tras recuperar su armamento en los alrededores del lugar, Arbaaz se hizo con la caja y la joya, que también estaban allí[5]. Su desaparición alertó a los soldados que, valiéndose de todo lo que tenían, intentaron detenerle a punta de balas y morteros.
Increíblemente lo logró. Lo único que se interponía entre él y su libertad era el propio Alexander. El templario le hizo una propuesta sencilla: si le vencía en un duelo mano a mano podría marcharse, si perdía moriría. Arbaaz aceptó.
Delante de sus hombres, y con destreza, el Asesino se alzó victorioso. Humillado y herido, Burnes cumplió con su palabra y le dejó irse.
El rescate[]
Arbaaz llegó triunfante a Amritsar, pero Hamid le dio una terrible noticia: los británicos habían tomado el palacio de verano con Pyara dentro. Querían los artefactos de vuelta[5].
Sin pensarlo dos veces partió raudo al lugar.
A pesar de todos los obstáculos, y sin importarle cuántos soldados había, llegó hasta el salón real donde su amada aguardaba. Ocultándose de la vista de Sleeman hasta estar lo suficientemente cerca, el Asesino llegó hasta una viga en lo más alto del lugar. El comandante comenzó a disparar para obligarle a bajar y pelear. Así lo hizo y despachó a más soldados con su espada.
Finalmente quedaron los tres. Sosteniendo un cuchillo cerca al cuello de la princesa, Sleeman reclamaba los artefactos. Sin más opción, Arbaaz los lanzó al tiempo que Pyara, que había aprendido a llevar un arma consigo en todo momento, apuñalaba a su captor. Rápidamente huyeron del lugar.
Una vez fuera de peligro ella le instó a volver por la caja. Pero Arbaaz le restó importancia seguro de que la hermandad haría lo que sea por recuperarla. Para sorpresa suya le mostró el Koh-i-Noor, había logrado hacerse con él antes de escapar[5].
Los Asesinos[]
Ethan[]
Consciente de que la suerte no les duraría mucho en la India, Arbaaz contactó con un Asesino de Londres, Ethan Frye, y le entregó el diamante. Este juró protegerlo y llevarlo a buen recaudo[5].
Los gemelos y el heredero[]
En 1868 los gemelos Evie y Jacob Frye ayudaron a Duleep Singh, heredero del derrocado y desaparecido Imperio Sij, a reclamar lo que creía era su derecho. Parte de su plan era devolver a la gente del Punyab los bienes que les habían sido arrebatados por la Compañía Británica de las Indias.
Uno de aquellos bienes era nada más y nada menos que el Koh-i-Noor, la gran joya de la corona británica. Singh había sido invitado a un evento en la Torre de Londres, justamente donde se encontraban el diamante y otros objetos preciados, por lo que aprovecharon la ocasión[7].
Vestido de gala y gracias a la ayuda de Singh, Jacob subió a la segunda planta. Al llegar encontró a un guardia en el suelo y a su lado una caja vacía. Alguien se había llevado el Koh-i-Noor. Cerca oyó a un par de templarios riéndose de su plan: habían puesto la joya en el bolsillo del propio Duleep para desacreditarle públicamente ante la reina. Rápidamente el Asesino se dirigió al salón donde se encontraba su compañero conversando con Su Majestad y sigilosamente tomó el diamante.
En lo alto de la Torre Blanca, Jacob se reunió con su hermana y le entregó el objeto. Él volvió a la ceremonia y ella salió del lugar a punta de tirolina.
Cuando Jacob y Duleep se disponían a abandonar el recinto, dos guardias les detuvieron y bruscamente inspeccionaron a Singh. Contrario al plan de los templarios, no lograron encontrarle nada. Indignado y sorprendido, este salió seguido por el Asesino para despedir a la reina.
En la tienda de curiosidades del señor Green, Duleep le entregó orgulloso el Koh-i-Noor. Para sorpresa de todos, Henry tomó un martillo y de un golpe destrozó el diamante. Era solo una baratija de cristal, un reemplazo. Green, hijo de Arbaaz Mir, confesó que el auténtico nunca salió de la India pues su padre se encargó de ocultarlo de los templarios.
Aliviado, Duleep agradeció a su compatriota por la revelación e hicieron las paces[7].
Siglo XX[]
El Cruz Negra[]
Albert Bolden, descendiente de Jan van der Graff, se hizo con el Koh-i-Noor en algún punto anterior a 1927. Los Cruces Negras, inquisidores de la orden templaria, eran los guardianes de aquella reliquia y él iba a seguir con aquel legado.
Sin embargo la noche del 12 de abril aquel linaje casi terminó prematuramente. En medio de lluvia y rayos, Bolden fue disparado repetidas veces por un joven Darius Gift y cayó desde una gran altura golpeándose mortalmente contra el pavimento.
Increíblemente, sobrevivió, pero la orden no lo supo. Un año después, un hombre llamado Rufus Grosvenor le encontró en un fumadero de opio. Como templario era su deber informar a la orden de que su Cruz Negra seguía con vida pero estaba dispuesto a dejarlo pasar a cambio de cierta información.
Bolden sabía lo que ese hombre quería. De hecho sabía quién era, Grosvenor había sido uno de los seguidores del Maestro Espía, que había liderado un extraño culto años atrás. Desconfiando de sus intenciones le distrajo lo suficiente para poder escabullirse sin que lo notase.
Aunque no pensaba volver a las filas de los templarios, Bolden cumpliría con su deber más grande: proteger el Koh-i-Noor. Tras abandonar China se dirigió al banco suizo donde había guardado el artefacto y lo mantuvo consigo por alrededor de nueve años a pesar de los agentes y trampas de Grosvenor[2].
Sin embargo, cometió un error. Más de una vez visitó su antiguo hogar llamando así la atención de su némesis.
Un día, la puerta de la casa estaba abierta. Lo que encontró fue un cuadro sangriento: toda su familia, incluso el perro, masacrada. Antes de poder reaccionar, Bolden fue noqueado y pateado en el suelo. Mientras estaba inconsciente Rufus tomó el diamante de su bolso y se marchó sonriente[2].
La guerra civil[]
"Nobby Clarke"[]
Con el artefacto ahora en su poder, Grosvenor ahora debía hallar el modo de liberar todo su poder. Para ello partió a España buscando a Ignacio Cardona, líder de una célula Asesina que estaba combatiendo contra los fascistas de Franco.
A finales de abril de 1937, el equipo de Ignacio se encontraba en dificultades. Contaban con pocos recursos y un miembro del equipo había muerto. Entonces pidieron ayuda a la hermandad londinense, solicitando al menos una docena de hombres. Estos en respuesta enviaron a uno de sus mejores agentes, Norbert Clarke. Sin embargo en el camino Clarke se encontró con Grosvenor quien, con su elocuencia y labia, llegó a convencerle de quitarse la vida. Con el Asesino colgando de un árbol, el templario tomó su lugar y partió a Barcelona.
Grosvenor encontró al grupo refugiado en los restos de una casa. Al ser su visita inesperada y pisar unos cristales cerca, Glaucia Acosta se dispuso a atraparle mientras los demás buscaban las armas. Sin más salida que hablar se presentó y les contó una de las hazañas del verdadero Clarke en Tallin, Estonia. Los Asesinos cayeron en la trampa y le liberaron creyendo que las cosas mejorarían.
Al día siguiente Ignacio buscaba armas en la ciudad mientras sus compañeros entrenaban con el recién llegado. Aunque un combatiente, Eric Blair, intentó ayudarle sus armas no eran mejores que las que ya tenían. De pronto unos disparos resonaron alrededor. Cardona partió raudo a investigar.
Anarquistas y comunistas se estaban enfrentando, a pesar de pertenecer al mismo bando. Confundidos por el conflicto y cada uno con su opinión, los compañeros de Ignacio empezaron a discutir para su malestar. Percatándose de ello, el falso Nobby Clarke le ofreció un modo de detener aquella división y le mostró el Koh-i-Noor. Ni bien lo vio el diamante comenzó a susurrarle, y entonces lo tocó.
Criaturas con forma de serpiente surgieron de la piedra, rodeando a los presentes. Los ojos de Ignacio se iluminaron mientras la sangre brotaba de su nariz y ojos. Grosvenor le instó a pensar una sola cosa: obligarles a dejar de pelear. Pero él se negó y cayó al suelo soltando el objeto. Antes de perder el conocimiento, el español vio a un hombre observándole desde un tejado, se trataba de Albert Bolden[2].
El Cruz Negra entró en escena, pero los Asesinos atacaron en conjunto impidiéndole llegar hasta Rufus Grosvenor. Viéndose en desventaja lanzó unas bombas de humo y se llevó a Ignacio consigo.
Revelaciones[]
Dos días le tomó a Cardona recuperarse de aquel shock. El artefacto le había dejado agotado y con una especie de amnesia. Con paciencia, Bolden le cuidó y alimentó hasta que por fin fue capaz de ponerse de pie.
Aunque en un inicio no le creía y más bien intentaba atacarle, el templario le explicó su historia con Grosvenor y el porqué de su presencia en España. Necesitaba a Ignacio para liberar el poder total del Koh-i-Noor ya que muy pocos podían controlarlo[2].
Tras vestirse, los refuerzos llegaron: revolucionarios. Los espías de Bolden le habían informado que su objetivo se encontraba en una iglesia cercana a Lleida por lo que ahí se dirigieron.
La iglesia[]
Grosvenor había aprovechado su tiempo con los Asesinos. Les convenció de que Ignacio era un traidor, cómplice de los templarios desde un inicio, pero que solo él podría terminar con la guerra tocando el Koh-i-Noor.
Desde lejos indicaba que solo permitiría entrar a Ignacio y Albert. A pesar de que sabían que era una trampa, aceptaron y avanzaron mientras los refuerzos se replegaban.
Tras deshacerse de Dwight, Miguel y Glaucia el dúo entró en la iglesia.
Rodeado de cadáveres, Grosvenor esperaba. Aunque sabía que la joya podría matarle, este creía que Ignacio era el indicado para sus planes. Glaucia y Miguel se aproximaban por detrás, cortándoles el paso.
A pesar de la negativa de Albert, Ignacio se acercó al resplandeciente diamante y lo tomó entre sus manos. Una especie de fuego azul comenzó a cubrirle, mientras su silueta se difuminaba más y más. Rufus temió lo peor y pegó un grito cuando vio su rostro, convertido en una calavera, reflejado en la gema. Entonces el Koh-i-Noor se rompió y de su interior salió una onda de energía en forma de estampida de toros que recorrió el pueblo entero[2].
La iglesia se desplomó y de pronto el silencio lo cubrió todo.
Por la noche, Bolden ayudaba a su compañero a salir de entre los escombros. Grosvenor y Glaucia habían huido probablemente a Estados Unidos, buscando algún medio para reemplazar el preciado diamante.
El español explicó lo que en verdad había sucedido: por una fracción de segundos fue capaz de controlar el artefacto generando la ilusión de su propia destrucción. El Koh-i-Noor estaba intacto, bajo los restos de la iglesia.
"Muy inteligente", felicitó el templario. Mientras se oía el vuelo de unos bombarderos alemanes, prometió permanecer en España para cuidar de la gema[2].
Los guardianes[]
Terminada la guerra civil muchos niños perdieron a sus padres y quedaron abandonados en las calles. Ignacio y Albert, previendo la importancia del artefacto, decidieron acoger a huérfanos y delincuentes juveniles para entrenarlos. De ese modo se aseguraron de mantenerlo a salvo de Asesinos y templarios por igual.
Los guardianes de la "Montaña de Luz" no solo se valieron de las técnicas de combate que aprendieron sino del mismo Koh-i-Noor, que estando bajo tierra les otorgó longevidad y vitalidad[2].
Siglo XXI[]
2013[]
Buscando al heredero[]
A mediados de 2013 un empleado de MysoreTech, empresa aliada de Industrias Abstergo en la India, llevó una primera versión del Brahman V.R. a su departamento. Su nombre era Jot Soora.
Mientras desvelaba las funcionalidades del casco descubrió que este podía revivir los recuerdos genéticos del usuario mientras los datos eran enviados a la nube de Abstergo. Su prometida, la actriz Monima Das, lo usó una noche como jugando y se enteró que era descendiente de la princesa Pyara Kaur. De pronto los hombres de Montreal comenzaron a llamar solicitando su laptop[1].
Con su relación pasando por momentos difíciles, Jot estaba cada vez más absorto. En un destello de necesidad de atención comentó a su secretaria que estaba reviviendo los recuerdos de un Asesino, Arbaaz Mir. Aunque no lo sabía, ella y su hermano eran miembros de la hermandad enviados para descubrir el paradero del Koh-i-Noor[1].
Los Dhami[]
Poco tiempo después, Jot viajó a Mumbai para visitar a Monima en el set de grabación pero antes de poder alcanzarla fue interceptado por Siobhan y Jasdip. Arbaaz Mir había sido uno de los últimos portadores del diamante por lo que un heredero suyo era clave para hacerse con él antes de los templarios. Soora fue forzado a revivir los recuerdos de su antepasado en 1839 pero no era a quién buscaban. Para cuando los hermanos descubrieron la mentira, sus enemigos irrumpieron en la zona.
A pesar de los reveses -entre ellos la muerte de Siobhan-, Jasdip consiguió eliminar a los agentes y llevar a Jot a un refugio en la ciudad donde revivieron el resto de la secuencia, llegando al momento en que Francis Cotton disparó al diamante aparentemente destruyéndolo. Seguros ahora del destino del artefacto, borraron el archivo de la red de Abstergo.
El Equipo Sigma[]
De pronto el Equipo Sigma atacó acorralando a los tres hombres. Mirando por última vez a Jasdip, Jot salió a través de una compuerta y se perdió entre el bullicio de la calle. El Asesino por su parte se defendió con uñas y dientes antes de huir también.
Poco después Otso Berg inspeccionó el lugar y tras revisar el ordenador y ver que el Brahman estaba destrozado en medio de casquillos de bala, concluyó que los Asesinos no habían descubierto nada[1].
Siguiendo la pista[]
Aun así, Berg continuó investigando. Gracias a los archivos del servidor de Helix encontró una muestra de ADN relacionada a Albert Bolden, el último portador del Koh-i-Noor según los registros templarios[4]. Sin embargo se vio ante un callejón sin salida pues la sesión finalizaba en abril de 1927, fecha en que este desapareció en Shanghái.
2016[]
Charlotte de la Cruz[]
Desde la segunda mitad de 2015, una joven llamada Charlotte de la Cruz se unió la Hermandad de los Asesinos. En poco tiempo adquirió muchísimas habilidades y ayudó a la orden a alcanzar grandes éxitos como una alianza con el colectivo hácker Erudito, encabezado por su abuela Florencia.
Sin embargo Charlotte descubrió un patrón común en sus ancestros, principalmente los Stoddard. De algún modo una entidad llamada Consus dejó mensajes en los que le advertía de un gran peligro, "la montaña de la luz"[8].
Curiosamente la alianza entre los Asesinos y los háckers tenía como objetivo detener el desarrollo del Proyecto Fénix, una iniciativa templaria para recrear un cuerpo precursor.
Otso Berg[]
Paralelamente Berg y Violet da Costa encontraron la pista de un descendiente de Bolden, André. Prometiéndole terapia para sus traumas de guerra, llevaron al veterano a la sede de Abstergo en Filadelfia.
Conectándole al Animus intentaron descubrir algo sobre el Koh-i-Noor, esta vez con las memorias de Jan van der Graff. Pero lo que Otso no sabía es que había infiltrados en el lugar: un médico llamado Freddy, miembro de los Instrumentos de la Primera Voluntad, temía por lo cerca que estaban los templarios de sabotear sus planes y decidió actuar. Primero mató a la asistente técnica del proyecto, Caitlin Gift; luego envió hombres armados para acabar con el señor Bolden.
Estas maniobras solo acrecentaron las sospechas del líder del Equipo Sigma al punto de que no sabía en quién confiar. Finalmente, tras descubrir que Van der Graff se hizo con el artefacto en 1808, el paradero de este seguía siendo un misterio[4]. Aun así no todo estaba perdido; habían encontrado a un Bolden, por lo que el linaje de los Cruces Negras podía seguir.
A pesar del respeto que tenía hacia Berg, André rechazó la invitación puesto que esa era una guerra que apenas comprendía. Recibiendo de vuelta el alfiler de Albert Bolden, Otso decidió tomar aquel cargo.
2018[]
El Proyecto Fénix[]
Enemigo en común[]
Londres. Un grupo de Asesinos conformado por Charlotte de la Cruz, Arend Schut, Kiyoshi Takakura y My'shell Lemair observaba las noticias. Una gigantesca explosión había acabado con 170 personas en Berlín, Alemania. Aunque Arend creía que se trataba de una maniobra de los templarios, Kiyoshi no estaba tan seguro. Creía que se trataba de algo más.
Tras desencriptar los datos que habían obtenido en un laboratorio en Hong Kong meses atrás, una lista de Fragmentos del Edén saltó a la luz, entre ellas el Koh-i-Noor. Relacionando el significado de su nombre con los mensajes de Consus, Charlotte creyó que se trataba de una pista. My'shell entonces alistó el Animus pues sabía que uno de sus ancestros podía estar relacionado con el diamante[2].
Pero la máquina no fue capaz de funcionar correctamente y De la Cruz quedó atrapada en el corredor de memoria. My'shell abandonó el lugar mientras Arend y Kiyoshi se dirigieron a Montreal para encontrar a Felix Oladele, un hombre que podría ayudarles.
Solo en la guarida con Charlotte, Guernica Moneo tomó un cúter y se reveló como un Instrumento, además de ser quién había saboteado el Animus para permitir a Juno indagar entre su ADN y así descubrir el paradero del artefacto. A su vez, la Asesina pudo presenciar el poder del Koh-i-Noor cuando Juno lo usó para aniquilar a algunos rebeldes humanos[2].
Antes de que la cuchilla tocase su cuello, Galina Voronina entró en escena. Habiendo oído todo quiso sacarle respuestas a costa de golpes y tortura. Rato después llegaron Kiyoshi y Arend tras enfrentarse a un misterioso encapuchado en Montreal. Conscientes de que había infiltrados en la hermandad, temieron que My'shell fuese una de ellos.
Por fin Charlotte despertó. Sabía a lo que se enfrentaban. Como el tiempo que tenían era poquísimo dijo algo que creyó nunca haría: "Debemos advertir a los templarios"[2].
Mientras tanto, en algún lugar, los Instrumentos de la Primera Voluntad se reunían. Cientos de seguidores estaban presentes, incluidos Violet da Costa y el misterioso encapuchado de Montreal, nadie más y menos que Jasdip Dhami. A través de una gran pantalla Juno informó dónde se encontraba el Koh-i-Noor: España. Una temerosa Violet observó a un niño ser conducido a un gran estrado mientras los clamores aumentaban en fuerza. Se trataba del hijo de Desmond Miles. El plan de Juno estaba cerca de alcanzar su fin.
La alianza[]
A pesar de la paliza Guernica no dio nombres. El grupo se encontraba confundido y no estaba seguro de si avisar a los templarios, sus ancestrales enemigos, era buena idea. De pronto alguien regresó; era My'shell, con un herido Otso Berg sobre sus hombros. Ambos habían sido atacados por un grupo entrenado en un banco en Génova, liderado por Jasdip Dhami.
Aunque lo primero que recibió fue un par de golpes, Otso no vio mejor opción que cooperar sabiendo que también había infiltrados en Abstergo. Charlotte también estuvo de acuerdo, ya se había enfrentado a aquellos fanáticos en Hong Kong. Entonces quedó decidido: Asesinos y templarios dejarían atrás sus diferencias para encontrar el Koh-i-Noor[2].
De vuelta en la guarida, Charlotte volvió al Animus. A pesar de su firmeza se le hizo imposible continuar reviviendo los recuerdos de Ignacio Cardona, de algún modo Juno le imposibilitaba hacerlo. Sorpresivamente Berg se ofreció a reemplazarla al tiempo que un paquete llegaba por correo: una muestra de sangre enviada por André Bolden.
Aunque en un inicio le costó adaptarse, el Cruz Negra lo consiguió: el diamante se encontraba bajo los restos de una iglesia española. Sin perder tiempo, Berg llamó a André y le pidió armar un equipo para resguardar el laboratorio secreto de Álvaro Gramática, donde se estaba recreando un cuerpo precursor. Terminada la llamada ordenó a todos alistarse para el viaje[2].
Sin saberlo, había dado a los Instrumentos la última pista que necesitaban. Justo al lado del veterano de Vietnam se encontraba Jasdip, escuchando.
Encontrado, al fin[]
Sur de Barcelona. Mientras Kiyoshi y Arend esperaban una pareja de ancianos se acercaba. Aunque parecían inofensivos de pronto desenfundaron unas armas, dispuestos a luchar. Los Asesinos no lo sabían pero se trataba de los guardianes entrenados por Cardona y Bolden décadas atrás[2].
Por su parte Otso, Galina y Charlotte exploraban las colinas buscando algún rastro del artefacto. Charlotte comenzó a sentir que algo la llamaba cerca de ahí por lo que continuaron avanzando. La Asesina se desplomó frente a un montículo a la vez que sus ojos se iluminaron con un resplandor azulado. Habían llegado. Tras escarbar descubrieron los restos de la antigua iglesia y, en medio de la oscuridad, un atisbo de luz. De la Cruz se sumergió en medio y luego de un rato regresó con el Koh-i-Noor en mano, sin embargo unos drones encima de ellos delataron su ubicación.
Luego de tomar como prisioneros a Kiyoshi, Arend y los ancianos, los Instrumentos se dirigieron al lugar. Una batalla se desató, caos por doquier. Charlotte tomó fuertemente el diamante entre sus manos y de pronto todo su cuerpo comenzó a emitir energía, mientras sus ojos se iluminaban una vez más. Como si se tratara de una bomba, la energía acumulada se liberó noqueando a todos en el lugar[2].
Mientras los segundos pasaban la onda de energía se hacía más y más grande, todo ante la mirada atónita de los presentes. Aun así Jasdip Dhami, con una velocidad de vértigo, se lanzó sobre Charlotte haciendo que el Koh-i-Noor escapara de sus manos. El Cruz Negra le advirtió que si se atrevía a tocarlo moriría, solo alguien como De la Cruz podía.
A pesar de ello lo hizo e increíblemente no sufrió daño alguno.
Antes de que los Asesinos pudieran reaccionar un helicóptero arribó disparando misiles. Una cortina de fuego separó a Dhami y su rehén de los demás dándole tiempo de huir. Aunque Miguel, uno de los protectores del Koh-i-Noor, se lanzó al ataque no sirvió de mucho. La hoja de Jasdip le abrió la cabeza, al tiempo que Charlotte intentaba usar el artefacto de nuevo pero fue golpeada antes de lograrlo. En un intento por evitar su huida Otso lanzó un alfiler directo al rostro del desertor, pero la herida y el dolor no fueron suficientes.
Finalmente Jasdip se alejó llevando el diamante en una bolsa, mientras otro Instrumento disparaba a sus enemigos para alejarlos[2].
El Día de la Resurrección[]
Siendo inminente la resurrección de Juno, el último paso era crearle un cuerpo. Obligado, Álvaro Gramática se encargó de ello gracias a la tecnología de punta de Industrias Abstergo y el Sudario que consiguió en 2015. Mientras el cuerpo crecía de forma acelerada, el Koh-i-Noor se encontraba en el escritorio del científico bajo la atenta mirada de Jasdip Dhami[2].
Cuando el equipo Asesino-templario llegó, la "diosa" salió de su cámara y se dispuso a poner en marcha su plan. Mientras los Instrumentos se atrincheraban en los alrededores del laboratorio, Charlotte se desplazó en el conducto de ventilación y se halló sobre su objetivo, por lo que intentó realizar un asesinato aéreo; pero Juno la descubrió a tiempo y usando sus poderes la suspendió sobre el suelo.
Aprovechando la situación Elijah, un Sabio -y el hijo de Desmond Miles- que podía suprimir la personalidad de Aita y buscaba venganza contra los Instrumentos por la muerte de su madre, tomó el Koh-i-Noor y acercándolo a la mano de la Asesina lo activó[2]. Juntos crearon una gran ilusión que distrajo a Juno el tiempo suficiente para que Charlotte le clave su hoja, atravesando su cuello.
Con el laboratorio desmoronándose, Elijah huyó por el mismo conducto de ventilación y minutos después vio cómo el lugar explotó. Teniendo el diamante en sus manos, el niño siguió su camino[2].
Desaparecido otra vez[]
Luego de lo sucedido en Australia, el asunto de Juno pasó a ser un secreto bajo siete llaves para Asesinos y templarios.
En octubre, Layla Hassan -antigua empleada de Industrias Abstergo- estaba al mando de un equipo para encontrar el Cetro de Hermes, un poderoso artefacto capaz de alterar la realidad. Para ello tuvo que estar al tanto de los precursores, Juno incluida. En un chat, Alannah Ryan le preguntó si en verdad creía que el Koh-i-Noor estaba destruido tras la explosión del laboratorio[6].
Layla, confiada en que Berg dejó "totalmente limpio" el lugar de los hechos, desestimó esa posibilidad[6].
Apariciones[]
- Assassin's Creed: Brahman (primera aparición)
- Assassin's Creed: Rogue (cartas de guerra)
- Assassin's Creed: Syndicate (mencionado)
- Assassin's Creed: Underworld
- Assassin's Creed Chronicles: India
- Assassin's Creed: Assassins (referenciado)
- Assassin's Creed: Templars
- Assassin's Creed: Uprising
- Assassin's Creed: Odyssey, el videojuego (mencionado)
Galería[]
Fuentes y/o referencias[]
- ↑ 1,00 1,01 1,02 1,03 1,04 1,05 1,06 1,07 1,08 1,09 1,10 1,11 1,12 1,13 1,14 1,15 1,16 Assassin's Creed: Brahman
- ↑ 2,00 2,01 2,02 2,03 2,04 2,05 2,06 2,07 2,08 2,09 2,10 2,11 2,12 2,13 2,14 2,15 2,16 2,17 2,18 2,19 2,20 2,21 2,22 2,23 2,24 2,25 2,26 2,27 2,28 2,29 2,30 Assassin's Creed: Uprising
- ↑ 3,0 3,1 Assassin's Creed: Rogue - Cartas de guerra
- ↑ 4,00 4,01 4,02 4,03 4,04 4,05 4,06 4,07 4,08 4,09 4,10 Assassin's Creed: Templars
- ↑ 5,00 5,01 5,02 5,03 5,04 5,05 5,06 5,07 5,08 5,09 5,10 5,11 Assassin's Creed Chronicles: India
- ↑ 6,0 6,1 6,2 6,3 6,4 6,5 6,6 Assassin's Creed: Odyssey, el videojuego
- ↑ 7,0 7,1 Assassin's Creed: Syndicate - DLC El último marajá
- ↑ Assassin's Creed: Assassins