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Eraicon-MemoriasEl tema de este artículo aparece en Assassin's Creed


Interrogatorio fue una representación virtual de una de las memorias genéticas de Altaïr Ibn-La'Ahad, revivida por Desmond Miles en 2012 a través del Animus.

Descripción[]

Mientras buscaba información sobre Abu'l Nuqoud en la ciudad, Altaïr pasó cerca de un heraldo alabando al rey mercader. Decidió interrogar al heraldo con la esperanza de obtener detalles relevantes sobre el objetivo.

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Altaïr se acercó al heraldo y escuchó su discurso.

  • Heraldo: ¡No hay nadie más generoso que Abu'l Nuqoud! ¡Cada semana abre sus puertas al pueblo de Damasco, para que alivien sus pesares, y conozcan el gozo! ¡Nuestros días son oscuros, pero gracias a él, ahora nuestras noches se llenan de luz! ¡El Rey Mercader mira por todos nosotros! ¡Y nunca pide nada a cambio! ¡Que su generosidad sea un ejemplo para todos los hombres! ¡Debemos esforzarnos por ser como él! ¡Alabado sea Abu'l Nuqoud! ¡Que salvo a nuestra ciudad de una destrucción segura! ¡Gasta su propio dinero para alimentarnos y vestirnos! ¡Sus hombres atienden los fuegos en los que nos calentamos! ¡Su amabilidad no tienen limite! ¡Todo lo que tenemos se lo debemos a él!

Después de que el discurso terminó y el heraldo se alejó, Altaïr lo siguió y lo sometió.

  • Heraldo: ¡Hablaré, hablaré! Yo no pienso morir por él. Mi vida vale más que su dinero.
  • Altaïr: Sabia decisión.
  • Heraldo: ¿Qué es lo que quieres?
  • Altaïr: Hacer negocios con el Rey Mercader.
  • Heraldo: ¡Ja! Pues buena suerte. No sale de sus aposentos.
  • Altaïr: ¿Por qué? ¿Tiene miedo?
  • Heraldo: No es miedo. sino odio. Se aborrece tanto a sí mismo, como a la gente a la que finge servir. Y se encierra en sus aposentos personales, por vergüenza.
  • Altaïr: No puede esconderse siempre.
  • Heraldo: No. En sus fiestas sale. Pronuncia discursos, se asoma para contemplar a la gente. Lo hace para no sentirse solo. Pero es inútil.
  • Altaïr: ¿Qué le pasa para esconderse de ese modo?

El heraldo se rió entre dientes.

  • Heraldo: Ya lo verás. Ahora déjame ir.
  • Altaïr: ¿Dejarte ir? ¿Para que el cuentes lo que planeo?
  • Heraldo: ¡No diré una palabra!
  • Altaïr: No, no lo harás.

Altaïr luego apuñaló al heraldo en el estómago con su hoja oculta, matándolo.

Resultado[]

Altaïr se enteró de que al rey mercader le gustaba dirigirse a la multitud durante sus fiestas.

Galería[]

Referencias[]

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