Giuliano della Rovere, conocido históricamente como Julio II (5 de diciembre de 1443 - 21 de febrero de 1513) fue Papa desde 1503 a 1513 y sucedió a Pío III, cuyo predecesor había sido el infame Alejandro VI.
Tras convertirse en Papa en 1503, ordenó que fuese arrestado el Capitán General del Ejército Papal César Borgia, por haber cometido los crímenes de homicidio, traición, e incesto.
Era sobrino del papa Sixto IV. Fue educado con los franciscanos a instancias de su tío, quien lo tomó bajo su protección y más tarde lo envió a un convento en La Pérouse donde realizaría sus estudios superiores. En 1471, poco después de que su tío se convirtiera en papa, es nombrado obispo de Carpentras, Francia. En dicho año fue elevado a la dignidad de cardenal. Con su tío como papa, obtiene una gran influencia, recibiendo hasta ocho obispados (entre ellos los deLausanne y Coutances) y el arzobispado de Aviñón. En 1480 es enviado a Francia en calidad de legado pontificio y permanece allí cuatro años. Demuestra tal habilidad que pronto adquiere gran influencia dentro del colegio cardenalicio, influencia que crece aún más bajo el papado de Inocencio VIII, sucesor de Sixto IV en 1484.
Della Rovere tenía un gran rival en el seno del colegio cardenalicio, el cardenal Rodrigo Borgia,Decano del Colegio Cardenalicio y Vicecanciller de la Santa Madre Iglesia y más tarde papa Alejandro VI(1492–1503) a la muerte de Inocencio VIII.
Della Rovere, que también aspiraba a ser papa, acusa a Borgia de haber sido elegido mediante simonía y gracias a un acuerdo secreto con el cardenal Ascanio Sforza. Tras esta disputa, se refugia de la ira de Alejandro VI en Ostia y meses más tarde marcha a París, donde incita al rey Carlos VIII (1483–98) a intentar la conquista de Nápoles. Acompañando al joven rey en su campaña militar, entra con él en Roma y trata de convocar un concilio que investigue las acciones del papa Alejandro VI y, eventualmente, lo deponga. Sin embargo, el papa Alejandro se había ganado el favor de un ministro del rey francés, Briçonnet, al ofrecerle la dignidad de cardenal, con lo que consigue detener las maquinaciones de su enemigo. Alejandro VI muere en 1503 debido probablemente a la malaria, aunque se especula que pudo ser envenenado.
El cardenal Francisco Tordechi de Piccolomini,obispo de Siena es consagrado como nuevo papa bajo el nombre de Pío III,en honor a Pio II,su tio materno, aunque della Rovere no apoyaba esta candidatura.
De cualquier forma, el anciano Piccolomini fallece poco después. Della Rovere es elegido finalmente papa bajo el nombre de Julio II el 1 de noviembre de 1503 en el cónclave más breve de la historia, de tan sólo unas pocas horas de duración.3 Obtuvo 35 de los 38 votos posibles, incluidos los de los 11 cardenales españoles que, desaparecido Alejandro VI, todavía obedecían las órdenes de su hijo César Borgia.
En la novela, en 1504 Ezio, ahora consejero de Julio, recibe la noticia por parte del papa que los reyes de España recibieron a César como su prisionero. Ezio opina que César es un peligro aún estando vivo. Pero Julio tiene sus motivos de dejarlo vivo y le explica a Ezio sus reformas en el Vaticano, como la contratación de un joven arquitecto florentino llamado Miguel Ángel para que renueve la capilla sixtina. Julio se da cuenta de la incertidumbre de Ezio de dejar vivo a César.
Ezio vuelve a insistir sobre el peligro de dejar vivo a César y que Micheletto sigue vivo y que puede ayudarlo porque conoce España. Julio es convencido por Ezio de encontrar a los pocos miembros de los Borgia restantes en Roma para encontrar y matar a Micheletto. Julio se sorprende y teme de la determinación de Ezio y se alegra que no sea un enemigo de los Asesinos.
Ezio se sorprende que el papa conozca de la Orden, Julio le responde de que siempre tiene que saber quiénes son los enemigos de sus enemigos, y le explica que su secreto estará a salvo con él.
Papado[]
Julio II[]
La figura de Julio II, guerrero, político, estratega, maquinador, absolutista y maquiavélico se asemeja más a la de un monarca de su tiempo que a la del líder de una religión. Enemigo implacable de los Borgia, había contemplado impotente cómo Alejandro y César vaciaban el patrimonio de los Estados Pontificios y se apropiaban de sus territorios a título personal. Dedicaría grandes esfuerzos a lo largo de su pontificado a recuperar para la Iglesia los feudos de que había sido despojada, intentando unificar toda Italia bajo la dirección del Vaticano. Durante su pontificado se creó además la Guardia Suiza Pontificia.
Sin el respaldo de Alejandro VI, el conglomerado de ciudades que César Borgia había sometido a su obediencia se desmoronó. Algunas retornaron a sus antiguos regidores mientras que otras cayeron en la órbita de la República Veneciana. Dos ciudades pertenecientes a la región de la Romaña (que había sido ocupado anteriormente por Cesar Borgia), Perusa y Bolonia, bajo el mandato de los Baglioni y losBentivoglio respectivamente, rechazaban la soberanía papal. Julio II en persona condujo contra ellas los ejércitos eclesiásticos. En septiembre de 1506 capitulaba Perusa; Bolonia fue reducida por las armas dos meses después, dado que la excomunión de Giovanni Bentivoglio, previa al ataque, no había dado resultado.
Julio II tuvo la oportunidad de agradecer a Fernando el Católico la ayuda prestada para expulsar de Italia a los franceses. La corona de Navarra estaba en 1512 en posesión de Catalina de Foix, casada con Juan III de Albret. Su identificación con la causa francesa en el enfrentamiento con el pontificado y la alianza que mantuvieron con Luis XII fue una excusa para que Fernando, Regente de Castilla, con el pretexto de que los monarcas navarros fomentaban las doctrinas albigenses, obtuviera del papa una bula, la Pastor Ille Caelestis. En esta bula se excomulgaba de forma genérica a los aliados del rey francés. Posteriormente en una segunda bula, en 1513, denominada Exigit Contumacium, la casa de Albret quedaba desposeída de su reino y se liberaba a los súbditos navarros del juramento de fidelidad a sus reyes, quedando el reino a merced de quien lo tomara primero. Fernando se apresuró invadir con un ejército castellano al mando de Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba, que ocupó el Reino de Navarra en dos meses. En1515 por acuerdo de las Cortes de Burgos, sin navarros presentes, quedó incorporada a Castilla, aunque las contraofensivas militares continuaron durante varios años más. Finalmente, ya con Carlos I, se renunció a la Baja Navarra debido a que este territorio no se consiguió controlar por España.
Neutralizado el poder militar de Luis XII quedaban por contrarrestar las posibles secuelas del concilio de Pisa. Para barrerlas por completo, no sin antes haber excomulgado a los cardenales asistentes al falso sínodo, convocó el V Concilio de Letrán en 1512. Cavilaba ahora el pontífice cómo arrojar del suelo italiano a los españoles que se estaban convirtiendo en sus nuevos amos. Buscaba un salida al círculo vicioso en el que se veía inmerso desde que pretendió imponer su autoridad sobre Venecia, y que le arrastraba a caer en manos de una potencia extranjera para librarse de otra a la que se había entregado previamente por la misma razón.
Julio II se encontraba ahora ante la tarea de expulsar a los franceses de Génova y Milán, después de haberlos utilizado en el enfrentamiento con Venecia. Su consigna de «¡fuera los bárbaros!» penetró profundamente en el ánimo de los italianos. Julio sabía que sin la cooperación de alguna potencia europea ellos solos no serían capaces de enfrentarse con éxito al poderoso Luis XII. Sirviéndose una vez más de la diplomacia organizó la Liga Santa, en la que se integrarían los Estados Pontificios, Venecia y España y que quedó formalmente constituida el 4 de octubre de 1511; un mes después se adhirió a ella el rey Enrique VIII de Inglaterra y algo más tarde el emperador Maximiliano ySuiza.Luis XII respondió en ambos terrenos: militarmente, realizando una incursión sobre Bolonia donde restableció a los Bentivoglio; en el plano religioso, convocando un concilio en la ciudad de Pisa bajo la supuesta pretensión de reformar las instituciones de la iglesia. El verdadero objetivo del concilio era, sin embargo, debilitar la posición de Julio II y, a ser posible, provocar su caída. La negativa de Francia a prestar obediencia al papa pudo haber supuesto un nuevo cisma de no haber fracasado dicho concilio (sólo asistieron cinco cardenales adversarios de Julio y no fue reconocido ni por la propia Sorbona de París).
El "Papa guerrero" fue también un gran mecenas de las artes. Protegió, entre otros, a Rafael a quien encargó pintar su primer retrato y Miguel Ángel, a quien encargó pintar el techo de la Capilla Sixtina.1 La construcción de la actual Basílica de San Pedro se inició el 18 de abril de 1506, bajo su impulso, siendo terminada en 1626, con Paulo V. Uno de los proyectos artísticos más queridos del Papa fue el de su propio sepulcro, que encargó a Miguel Ángel. Tras años trabajando en el proyecto, y varios proyectos y variaciones, el genial escultor solo pudo terminar enteramente una escultura, representando a Moisés. La sepultura definitiva del Papa, terminada por los discípulos del florentino, se erigió finalmente en la iglesia romana de San Pedro ad víncula.
Julio II murió en febrero de 1513 .