Los girondinos, también conocidos como los Brissotins, eran una facción política en Francia en el momento de la Revolución Francesa, que operaba dentro de la Asamblea Legislativa y la Convención Nacional.
Historia[]
Inicialmente, los girondinos tenían la mayor parte del poder político, con la esperanza de establecer un gobierno federalista similar al de los Estados Unidos recién formados en ese momento. También apoyaron guerras contra países extranjeros como Austria, para extender la Revolución.
Sin embargo, la falta de éxito de Francia en esta área, junto con varias otras derrotas políticas, incluido el asalto al Palacio de las Tullerías y las masacres de septiembre, hizo que los girondinos gradualmente perdieran el favor. Su caída en desgracia condujo al surgimiento de los jacobinos más radicales, liderados por Maximilien de Robespierre, Jean-Paul Marat y Georges Danton.
Debido a su obsesión con las conspiraciones, especialmente entre sus opositores políticos, Robespierre ordenó una insurrección contra los girondinos, que tuvo lugar el 1 y 2 de junio de 1793. El comandante general de la Guardia Nacional de París, François Hanriot, llegó a la Convención Nacional con cañones y un una multitud de sans-culottes para tomar a varios girondinos bajo arresto domiciliario, eliminando efectivamente el poder político del grupo.
Atrapados en sus propios hogares, los girondinos estaban siendo preparados para ser enviados a prisión y de allí a su muerte por medio de la guillotina. Por orden del Consejo Asesino, Arno Dorian y un equipo de Asesinos ayudaron a tantos girondinos a escapar de París como pudieron antes de que Hanriot pudiera arrestarlos.
Por la misma época, algunos girondinos conspiraron para matar al líder jacobino Jean-Paul Marat, enviando a Theron Brignac a hacerlo. Sin embargo, llegó demasiado tarde, ya que Marat ya había sido asesinado por la simpatizante girondista Charlotte Corday en un esfuerzo por desbaratar a los jacobinos. Ella fue ejecutada por este acto cuatro días después.
En octubre de 1793, 23 girondinos, entre ellos el fundador del grupo Jacques Pierre Brissot, fueron ejecutados por traición. Más tarde, Andrés de Guzmán, un revolucionario radical, pronunciaba apasionados discursos criticando a los girondinos y sus políticas, por lo que fue asesinado por Arno, quien actuó bajo las órdenes de la Hermandad parisina.
Después de la reacción de termidor en 1794, Théroigne de Méricourt, una ardiente partidaria de Brissot, vengaría a los girondinos persiguiendo al último de los jacobinos antes de que pudieran escapar de París.
Aparición[]