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Gamilat (desconocido - 38 a.e.c) era el líder de los rebeldes nabateos que se rebelaron contra los opresores romanos en el Sinaí. Era un aliado de los Ocultos de Tahira en la península.

Biografía[]

Rebelión contra los romanos[]

A fines del siglo I a.e.c, Gamilat sirvió como líder de los rebeldes nabateos en el Sinaí contra las fuerzas romanas lideradas por Rufio. Desesperado por reclutar a los residentes de la península para su causa, Gamilat inició deliberadamente rebeliones en aldeas en todo el Sinaí y hizo que sus hombres se escondieran detrás de los aldeanos, ganando mártires de quienes perdieron a sus familias a través de los romanos.

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Bayek hablando con Tahira y Gamilat

En algún momento alrededor del 38 a.e.c, Gamilat se enteró de un complot para invadir Egipto. Con este fin, envió una nota a Otis, un escriba de Alejandría, que se puso en contacto con la Oculta Amunet para averiguar dónde estaba Bayek. Bayek finalmente frustraría los planes de Rufio de invadir Egipto y de presentarse como un salvador del país. Además, Gamilat también recibió ayuda de otra Oculta Tahira, la encargada de una oficina en la Cantera de Klysma y envió varios Ocultos para ayudar en la rebelión. Sin embargo, durante una de esas rebeliones, dos Ocultos fueron asesinados, lo que provocó que Tahira pidiera ayuda a Bayek.

Bayek respondió a los ruegos de ayuda de Tahira y viajó a la oficina de los Ocultos en la Cantera de Klysma, donde estaban esperando Tahira y Gamilat. Informaron a Bayek sobre la muerte de los dos reclutas Ocultos y Rufio, que estaba a cargo de las fuerzas romanas en el Sinaí. Juntos, Gamilat y los Ocultos idearon un plan para reducir la influencia de Rufio al eliminar a sus tres lugartenientes, Ampelius, Ptahmose y Tácito.

Gamilat en la piramide

Gamilat en una pirámide del Nomo de Arsínoe

Algún tiempo después, Gamilat se encontró con Bayek fuera de una Pirámide en el Nomo de Arsínoe, donde supuestamente operaba Ptahmose. Se infiltraron en la pirámide, eliminando a los soldados romanos en el proceso y llegaron a un callejón sin salida. Más tarde descubrieron un camino oculto por accidente y navegaron a través de la tumba para encontrar una salida. Aunque no pudieron encontrar a Ptahmose en la necrópolis, pudieron ubicar un rollo relacionado con los Fragmentos de una leyenda, aunque Gamilat lo consideró inútil y se lo pasó a Bayek.

Deduciendo que Ptahmose estaba en Arsínoe, Gamilat planeó enviar a sus hombres desde un puesto avanzado para atacar la ciudad. Sin embargo, Bayek creyó que su plan podría incurrir en la pérdida de vidas inocentes y por lo tanto se encargó de eliminar al sacerdote. Gamilat estuvo de acuerdo y regresó a su campamento.

Muerte[]

Más tarde, con la ayuda de Amunet en Roma, Bayek pudo eliminar a los tenientes y al propio Rufio. Sin embargo, se dieron cuenta de que Gamilat estaba provocando deliberadamente a los romanos para que atacaran aldeas a fin de ganar más mártires para su causa. Bayek confrontó a Gamilat sobre sus acciones en una cantera, lo que los llevó a luchar en un duelo a muerte. Bayek pudo derrotar al rebelde, convenciéndole de que sus métodos habían puesto en peligro la vida de inocentes. Gamilat finalmente se arrepintió de sus errores y, al final, expresó su deseo de que la organización de Bayek durara hasta el final de los tiempos.

Legado[]

Gamilat fue visto como un héroe, incluso después de su muerte. Muchas historias y baladas fueron contadas en su honor. La muerte de Gamilat sirvió para que no se hicieran más mártires. La gente más tarde se olvidaría de los Ocultos, que volvieron a operar en las sombras.

Las acciones de Gamilat también sirvieron de inspiración para el primer principio del Credo de los Asesinos, que era que no deben dañar a los inocentes.

Curiosidades[]

  • El nombre de Gamilat es realmente femenino; él comparte su nombre con la última reina consorte de Nabataea.

Aparición[]

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