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Eraicon-MemoriasEl tema de este artículo aparece en Assassin's Creed


Hurto fue una representación virtual de una de las memorias genéticas de Altaïr Ibn-La'Ahad, revivida por Desmond Miles en 2012 a través del Animus.

Descripción[]

Mientras recopilaba información sobre Tamir, Altaïr vio a tres mercaderes discutiendo sobre Tamir cerca de la madraza en el extremo este del barrio pobre de Damasco.

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Altaïr se sentó en un banco cercano y escuchó la conversación de los tres hombres.

  • Mercader 1: Ha convocado otra reunión.
  • Mercader 2: ¿Qué pasa ahora? ¿Otra advertencia? ¿Otra ejecución?
  • Mercader 3: No. Hay trabajo para nosotros.
  • Mercader 1: Lo que significa que no nos pagará.
  • Mercader 2: Ha abandonado las normas del gremio de mercaderes y actúa como le da la gana.
  • Mercader 1: Nos trata como si fuéramos criados.
  • Mercader 3: Y la guardia no hace nada por detenerlo.
  • Mercader 2: Basta. Debemos irnos. Si tardamos, enfurecerá, y nos hará pagara por ello.
  • Mercader 1: A lo mejor un día, alguien tiene el coraje de enfrentarse a él.
  • Mercader 2: A lo mejor... pero hasta que llegue ese día, es mejor obedecerle.

Resultado[]

Altaïr se enteró de que Tamir está convocando una reunión con el gremio de mercaderes en el Zoco Al-Silaah.

Curiosidades[]

  • Esta memoria solo está presente en las versiones de consola de Assassin's Creed y se reemplaza por Informador escolta en la versión para PC.
  • En Assassin's Creed: The Secret Crusade, la conversación entre los tres mercaderes es la primera pista en la investigación de Altaïr sobre Tamir en lugar de la segunda, y los encuentra más cerca, o en, el zoco Al-Silaah. El diálogo es idéntico al del juego hasta la línea "Haz lo que le plazca ahora", donde el libro retrae el resto de la conversación y lo describe simplemente como que cubre una gran cantidad de contenido, junto con el contenido explícito. mención de las palabras "el más grande de todos los tiempos". Esto sugiere que su discusión se desvía de eso en el juego comenzando en el punto en que el libro omite el resto. Además, a diferencia del juego en el que los mercaderes terminan su charla por su propia cuenta, en la novela, son interrumpidos por la mirada amenazadora de un heraldo cercano, en realidad el heraldo que sería interrogado por Altaïr inmediatamente después, pero está bastante lejos de los mercadres en el juego.

Referencias[]

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