España

España es un país ubicado al oeste de Europa. Es conocido también como Península Ibérica. Delimita por el oeste con Portugal, en el norte con Francia, en el este con el mar Mediterráneo y por el sur con el continente Africano, pasando por el Estrecho de Gibraltar.

En la época del Renacimiento los Reyes Católicos (la reina Isabel I de Castilla y el rey Fernando II de Aragón) fundaron el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, cuya función consistía en mantener en sus reinos la fe católica. En aquella época gran parte de la Península Ibérica era habitada por musulmanes y en muchas ciudades importantes también vivían judíos, como por ejemplo en la ciudad de Barcelona, perteneciente a la Corona de Aragón.

Los reyes pusieron como mandatario de los Tribunales Eclesiásticos a Tomás de Torquemada, confesor de la reina Isabel desde que era muy joven.

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El Asesino Ezio Auditore da Firenze llegó a Barcelona en el año 1491 para ayudar a los Asesinos españoles que estaban siendo arrestados y ajusticiados por la Inquisición Española. En la ciudad conoció a Rafael Sánchez, un Asesino al igual que él y le dijo que debía visitar a Gaspar Martínez, uno de los inquisidores que estaban arrestándoles a todos.

Cuando Ezio asesinó a Gaspar, encontró entre sus ropas una lista de nombres. Posiblemente futuras víctimas de la Inquisición, así que decidió buscar a Rafael para que le informara sobre ellos. Ezio no se había equivocado. Todos los nombres pertenecían al gremio de Asesinos, pero no eran de Barcelona, sino de la ciudad de Zaragoza.

Llegados a Zaragoza, Rafael le informó que debía encontrar a Pedro Llorente, otro de los inquisidores. A Ezio no le costó encontrarle, aunque cuando le vio estaba hablando con Tomás de Torquemada, el máximo mandatario de la Inquisición. Escuchando su conversación, Ezio, descubrió que el culpable tras estos arrestos era Rodrigo Borgia, uno de los posibles candidatos en convertirse en futuro Papa de Roma. Él, fue el encargado de mencionarle a Torquemada que los Asesinos eran herejes y que merecían pagar por ello.

Allí mismo, Tomás, mandó ejecutar a uno de los Asesinos de la lista. Pero aún quedaban cinco más, así que Ezio decidió que no iba a permitir que lo hicieran. Una vez liberados, acudió a Rafael para informarle de la conversación que logró espiar, y ambos decidieron que Pedro Llorente debía ser asesinado.

Ezio cumplió su cometido. Una vez que Pedro ya no estaba entre los vivos, Ezio volvió a reunirse con Rafael. Éste le dijo que debía acompañarlo hasta Granada, ya que era de vital importancia que acudieran allí de inmediato.

Ya era el año 1492. Ezio y Rafael llegaron a Granada. Los Reyes Católicos habían enviado tropas para expulsar de la ciudad a Muhammad XII, último rey árabe que siguió gobernando desde la ciudad palatina de la Alhambra. Sospechaban de que tras este ataque, se encontrasen a los Templarios, así que decidieron darse prisa.

Después de ayudar a los habitantes de la ciudad, Ezio, acudió al centro de la ciudad para planear con Rafael su siguiente paso. Pero se encontró con Luis Santángel, un viejo conocido al que ayudó en Venecia. Además, fue él, junto con Cristóbal Colón, quien le informó de todo lo que los inquisidores estaban haciendo en España. Mientras conversaban, apareció Rafael, y Ezio descubrió que tanto Rafael como Luis tenían un gran contacto con la reina Isabel de Castilla. Aunque, por desgracia, los Templarios también tenían ese privilegio.

Ambos le informaron de era preciso eliminar a un espía que atravesaba la ciudad para darle información falsa al rey árabe para conseguir que el rey no abandonara la lucha, aunque ya la tuviese perdida. Ezio cumplió la misión y entre los tres, decidieron que lo mejor, es que Ezio intentara llegar hasta Muhammad para decirle que se rindiera. Además, el rey era un gran amigo de los Asesinos, y Rafael temió por él, ya que hace tiempo que no recibió noticias suyas.

Con gran esfuerzo, Ezio logró infiltrarse hasta la Alhambra y llegó a tiempo para detener a un Templario que estaba a punto de acabar con la vida del rey. Muhammad le agradeció la ayuda y decidió hacer caso a Ezio. La guerra ya la tenia perdida: la Alhambra pasó a ser católica.

Una vez que los reyes de ambos bandos estaban discutiendo los términos que finalizarían la guerra, los Templarios decidieron no darse por vencidos y mandaron a otro inquisidor, Juan de Marillo, para que siguiera cumpliendo con su trabajo de eliminar herejes. Aunque no por mucho tiempo, ya que Ezio, una vez logró salvar a varios ciudadanos que estaban siendo apresados, y consiguió llegar hasta Juan y darle muerte.

Al regresar, Luis Santángel le presentó a la reina Isabel. Ezio intentó convencerla de que debía costear el viaje que Cristóbal Colón tenia planeado hacer por una ruta desconocida, ya que en Venecia, descubrió que los Templarios querían hacer todo lo posible para evitarlo. Sin embargo, la reina dijo que Colón había recibido una oferta del rey francés y que partiría hacia París esa misma mañana, así que ella ya no podía hacer nada al respecto.

Ezio logró encontrar a Cristóbal antes de que partiera. Y lo encontró justo antes de que unos Templarios lo asesinaran (por segunda vez). Ezio logró hacerle entrar en razón y le hizo volver a la corte de los Reyes Católicos. Mientras Ezio iba en busca del explorador, Luis convenció a la reina de que financiar ese viaje era una oportunidad que no podía desaprovechar.

Finalmente, Ezio, Luis Santángel y Rafael Sánchez regresan a Zaragoza donde reciben unos meses más tarde la noticia de que Cristóbal Colón acaba de partir del Puerto de Palos con tres barcos rumbo a las Indias.

Ezio creyó que ya era hora de volver a Italia, pero en ese momento se enteró de que la Inquisición había mandado apresar a Luis y a Rafael. Así que decidió ayudarles y, una vez ambos estaban a salvo, creyó que lo mejor que podía hacer era eliminar de una vez por todas a Tomás de Torquemada.

Sin embargo, no logró llevar a cabo el asesinato y decidió volver a Venecia para continuar la guerra que había dejado abandonada.

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Envenenamiento de la reina

En 1498, Luis Santángel fallece. Unos de los aprendices de la hermandad enviado a Barcelona por Ezio logró rescatar su diario en el que quedó escrito que Luis intentó envenenar a la reina Isabel. Como desconoció los verdaderos motivos por los que Luis quiso hacerlo, Ezio decidió seguir enviando a sus aprendices para que averiguaran si la reina estaba del lado de los Templarios.

Efectivamente, los aprendices le informaron de que la reina estaba influenciada por figuras eclesiásticas importantes y además recibió cartas de los Borgia. Le dijeron que también lograron contactar con uno de los sirvientes de Luis, que les corrobora todo lo descubierto y añade que Luis quiso envenenarla cuando se enteró de la existencia de esas cartas.

Más adelante, Ezio, envió aprendices para asesinar a la reina Isabel con el mismo veneno que Luis quiso usar.

Enfrentamiento con César Borgia

En 1506, César Borgia escapó del Castel Sant Angelo y se refugió en Valencia, donde aún tenia contactos familiares que le prestaron ayuda. Allí César intentó reconstruir su ejército, pero al tener un desafortunado encuentro con los Asesinos, decidió huir de nuevo y establecerse en el reino de Navarra, donde su cuñado era rey.

En 1507, César organizó una campaña, liderando el ejército de Juan III para asaltar la ciudad de Viana. Allí volvió a encontrarse con Ezio, que, después de un enfrentamiento justo en lo alto del castillo, logró vencerle. César Borgia fue enterrado allí, en la ciudad que intentó conquistar.