El talón de Aquiles es la representación alterada de una memoria genética fragmentada. Forma parte del cuarto capítulo del evento Los sabuesos del Cazador.
Descripción[]
¡Nuestra persecución acabó en emboscada! Menos mal que vino al rescate un persa llamado Darío, un gran guerrero. Parece que compartimos nuestra enemistad por esos enmascarados de la Orden.
Con la ayuda de Darío logramos zafarnos de la emboscada. Estamos yendo con él a su campamento, aunque sigo sin saber si quiere nuestra ayuda.
El brazo fuerte del persa será de gran ayuda si los enmascarados deciden volver a atentar contra nuestras vidas. A él también le vendría bien nuestro apoyo.
Diálogos[]
Los mercenarios se encuentran en el bosque, frente a una zona vigilada.
- Mercenario 2: ¡El viejo corre que se las pela!
- Mercenario 1: Tiene que estar por aquí en alguna parte.
- Mercenario 3: ¡Tenemos que encontrarlo antes que lo haga la secta!
La compañía continúa su camino, enfrentando o evadiendo a los espartanos. En el camino pueden encontrar un cofre.
Más adelante, se topan con un soldado raso; cerca de ahí, Darío deja un sendero de cadáveres al tiempo que liquida a un polemarca.
Darío observando el campamento.
Los mercenarios siguen avanzando, pudiendo encontrar otro cofre, hasta llegar al campamento de Darío. El persa analiza la escena, de la cual resalta una tienda rasgada.
- Mercenario 1: ¡Darío! ¿Qué ha pasado aquí?
- Darío: La Orden. ¡Vinieron y se llevaron a mi hijo!
- Mercenario 3: Entonces lo traeremos de vuelta.
- Mercenario 2: Y haremos que lamenten habernos enfadado.
- Darío: No, yo trabajo mejor solo. Sigue tu camino, yo salvaré a Natakas.
Darío les da la espalda y echa a correr.
- Mercenario 3: ¿De verdad piensa que vamos a dejarlo estar así?
- Mercenario 1: Ni de broma. A esta "Orden" le debemos acero.
- Mercenario 2: ¡Ja, ja! ¡Sí! ¡Acero hasta la empuñadura!
Los mercenarios también apuran el paso, siguiendo a Darío.
Resultado[]
Tal y como temía, Darío descubrió que su hijo fue capturado por la Orden. Los mercenarios, que habían estado siguiéndole el paso, ofrecieron su ayuda pero esta fue rechazada.
Aun así, la compañía decidió ayudar al solitario hombre y enfrentar a la misteriosa secta de una vez por todas.
Curiosidades[]
- Los misthoí conocen el nombre de Darío a pesar de que nunca se los dijo durante su primer encuentro.[1]
- Cuando los mercenarios ven a Darío luchar, este lleva por defecto un xifos ritual de nivel 1. Sin embargo, una vez el personaje es reclutado, el arma en la escena cambiará por aquella que el jugador decida equiparle.
- El polemarca que muere a manos de Darío es el único armado con una lanza mirmidona, a diferencia de los demás en el evento que portan un xifos ritual.
Fuentes y/o referencias[]
- ↑ Assassin's Creed Rebellion: Los sabuesos del Cazador - La serpiente enroscada