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«Todo lo bueno que hay en mí, empezó contigo, padre.»
―Darim a su padre, Altaïr Ibn-La'Ahad[fte]

Darim Ibn-La'Ahad (1195 - ¿?) fue un miembro de la Orden de los Asesinos en el siglo XIII, hijo del Mentor de los Asesinos Levantinos Altaïr Ibn-La'Ahad y la antigua Templaria María Thorpe. Nacido en la fortaleza siria de Masyaf, Darim Ibn-La'Ahad era el hermano mayor de Sef, y los dos hermanos fueron entrenados por sus padres como Asesinos y hombres honorables. Ibn-La'Ahad vio el progreso de su Orden de la mano de su padre, lo que llevó a Masyaf a estar en su mejor época, y se entrenó en el uso del arco.

Alrededor de 1217, el joven Asesino viajó con sus padres a Mongolia para hacerse cargo de Genghis Khan, líder del Imperio Mongol y portador de una espada del Edén. Ibn-La'Ahad se hizo cargo del emperador, ayudado por el compañero Asesino Qulan Gal, y regresó a casa una década después de su partida. En su regreso, descubrió que Sef había sido asesinado en su ausencia, y el liderazgo de la Orden había sido tomado por Abbas Sofian, un antiguo rival de su padre. Con la muerte de su madre, Ibn-La'Ahad y su padre se vieron obligados a huir a Alamut, donde pasaron un tiempo en exilio.

El Asesino no aguantó la desolación de su padre, y se aseguró de que otros países europeos supiesen de la amenaza del Imperio Mongol. Sin embargo, Ibn-La'Ahad regresó ante su padre cuando este retomó Masyaf y asesinó a Sofian, convirtiéndose en uno de sus lugartenientes. En 1257, fue Ibn-La'Ahad quien llamó a los venecianos Niccolò y Maffeo Polo, invitándolos a pasar un tiempo en su ciudad natal y unirse a la Orden. Tras la evacuación de Masyaf, Ibn-La'Ahad se mudó a Alejandría con la familia de su fallecido hermano, y entregó un Fruto del Edén al primer sultán de la dinastía Bahri, asegurándose de la creación de una nueva era de prosperidad para Egipto.

Biografía[]

Vida temprana[]

«La amenaza debe ser parada. Es hora de que ella y yo hablemos con nuestros hijos. Vamos a viajar hasta allí juntos, para que puedan ser probados y esta amenaza pueda ser detenida.»
―Altaïr, en la página 29 de su Códice[fte]

Darim Ibn-La'Ahad nació en 1195[1] en Masyaf, Siria, el cuartel general de los Asesinos Levantinos como hijo del Mentor Altaïr Ibn-La'Ahad y su esposa María Thorpe, una desertora Templaria.[2] Junto a su hermano menor Sef, Darim fue entrenado por su padre para ser un miembro de la Orden de los Asesinos, a la par que su madre les enseñaba la diplomacia y el honor. Los hermanos fueron queridos por sus padres,[1] lo que rompía el desfasado Credo del Asesino de Rashid ad-Din Sinan, reformado por Altaïr,[4] y fueron además respetados y guiados.[1]

Ibn-La'Ahad, criado en una época de progreso para los Asesinos por los descubrimientos y las reformas gracias al Fruto del Edén, se convirtió en un experto arquero alrededor de 1217. Fue en ese año cuando sus padres decidieron viajar a Mongolia y detener las conquistas del Imperio Mongol, encabezado por Genghis Khan, del quien se sospechaba que tenía una espada del Edén. Ibn-La'Ahad los acompañó, dejando a su hermano con su familia y a Malik Al-Sayf a cargo de la Orden.[2] El Mentor vio esto como una oportunidad para poner a prueba a su hijo.[4]

Viaje a Mongolia[]

ACM Darim 1

Darim Ibn-La'Ahad en su misión a Mongolia.

En el curso de una década, los Ibn-La'Ahad viajaron por Persia y la India hasta llegar a la provincia de Xia en China. El trío se encontró con Qulan Gal, uno de los Asesinos Mongoles y su contacto en el país.[2] En febrero de 1227, Ibn-La'Ahad y Gal se reunieron para dar muerte a Jochi Khan, hijo mayor del emperador mongol. La pareja entabló conversación cerca de la frontera del territorio de Jochi. Allí, el sirio expresó sorpresa ante la escasez de guardias, la cual su compañero explicó que se debía a la cantidad de hombres cazando, pues esta actividad también les servía como entrenamiento. Los dos planearon atacar a Jochi durante la noche, aunque no sabían cuál era su tienda. Ibn-La'Ahad confió en el otro Asesino para llegar hasta su objetivo, a quien el mongol dio muerte, razonando con el moribundo que su asesinato se debía a su necesidad de tiempo para proteger Tierra Santa.[5]

En agosto, Darim Ibn-La'Ahad, en conjunción con su padre y Gal, planearon dar muerte a Genghis Khan, cuyo paradero más probable era su campamento en la ciudad de Xing-ging, que los mongoles habían sitiado. Ya en el campamento, el Asesino se armó con su[2] ballesta[5] y se encargó de vigilar que los otros dos pasasen desapercibidos, situándose en una posición estratégica bien protegida. Ibn-La'Ahad ejecutó su tarea correctamente, hasta que su padre fue detectado y herido; aunque no se dio la alarma, los Asesinos le pusieron en un lugar seguro.[2]

Altaïr se quedó recuperándose de su herida, y Darim acudió con Gal al campamento de nuevo. Los dos Asesinos habían creado una estrategia para que el caudillo saliese de su tienda, pero este escapó a caballo de sus enemigos. Ibn-La'Ahad y Gal cabalgaron montaña abajo, siguiendo a Khan, hasta que el Asesino mongol fue capaz de neutralizar al caballo de su objetivo[2] con su arco.[6] Ibn-La'Ahad mató a Khan con una flecha, concluyendo su tarea y poniendo regreso a casa.[2]

De nuevo en Masyaf, los tres Asesinos fueron recibidos por Swami, quien informó de que la ciudad ahora estaba controlada por un consejo de Asesinos presidido por Abbas Sofian. El novicio les dijo que Sef se encontraba en Alamut con su familia, por lo que el Mentor envió a Ibn-La'Ahad allí, esperando hacerse cargo de esta nueva amenaza con su esposa.[2]

Exilio[]

«Ve a Alamut. Trae a Sef de vuelta. Le necesitamos inmediatamente.»
―Altaïr a Darim[fte]
New regime 17

Darim junto con su padre escapando de Masyaf

Darim cabalgó hasta Alamut, pero no encontró a su hermano ni a su familia. Poco después recibió un mensaje de su padre, que le pedía que regresase a Masyaf y le informaba de que Sef había sido asesinado. Cuatro días después, el Asesino volvió a Masyaf y se reencontró allí con su padre, al que le demandó respuestas. Altaïr le ordenó retirarse, puesto a que se les acercaban varios Asesinos armados, lo que llevó a Darim a preguntar qué ocurría. El Mentor simplemente le dijo que debían impedir que Sofian se hiciese con el Fruto, y el hijo le ofreció varios cuchillos arrojadizos.[3]

Los dos hombres mataron a varios Asesinos traidores en su huida, haciendo uso de sus espadas y los cuchillos. Ibn-La'Ahad preguntó qué había ocurrido con su madre, solo para descubrir que acababan de matarla, y buscando saber cómo; su padre le dijo que resolvería sus dudas una vez hubiesen terminado la lucha. El joven Asesino pidió a los combatientes que cesasen el conflicto, y declaró que la lucha era innecesaria, mas abandonó el intento de paz cuando su padre le convenció de que era imposible, dado que les habían lavado el cerebro.[3]

Antes de lograr escapar, Altaïr le dijo a su primogénito que tanto Sef Ibn-La'Ahad como Malik Al-Sayf fueron víctimas de Sofian y su golpe de estado. Ibn-La'Ahad y su padre se enfrentaron a varios Asesinos en la entrada, y a pesar de que usasen bombas de humo, pudieron derrotarlos con facilidad y hacerse con unos caballos. Padre e hijo huyeron de la ciudad con el Fruto, dejando atrás a Sofian y sus amenazas,[3] y dirigiéndose a Alamut, donde seguirían con su vida.[2]

Allí, los dos convivieron por un tiempo con la viuda y las hijas de Sef, hasta que Ibn-La'Ahad, cansado de la depresión y la obsesión de su demente padre con el Fruto del Edén, dejó la ciudad y viajó a Francia e Inglaterra, llevando las nuevas sobre la amenaza de los mongoles. Su cuñada y sobrina se retiraron a Alejandría, y dejaron al Mentor solo en Alamut.[3] En 1247,[7] este retomó Masyaf, e advirtió a su hijo de lo sucedido.[2]

Vida posterior[]

«Ve, hijo. Ve con tu familia, y vive bien.»
―Altaïr Ibn-La'Ahad[fte]
Lost legacy 2

Darim despidiéndose de su padre

Padre e hijo se encargaron de reformar Masyaf, deteriorada por las acciones del fallecido Abbas Sofian, y construyeron una biblioteca bajo los jardines de Masyaf. Alrededor de 1257, Ibn-La'Ahad viajó a Constantinopla para pedirle a los venecianos Maffeo y Niccolò Polo que fuesen a Masyaf, con el propósito de crear una rama de la Orden en su ciudad.[2]

El 12 de agosto,[2] Masyaf fue atacada por una vanguardia de mongoles, y Ibn-La'Ahad, al saber de esto, explicó la situación a su padre, esperando medidas. El Mentor ordenó la preparación de las catapultas, pero que aguardasen a su señal. Ibn-La'Ahad fue a la entrada de la aldea, donde los Polo se preparaban para regresar, y preguntó a su padre por su salud. Los dos se sentaron, y el padre le confesó que se consideraba estúpido por haber seguido luchando, no sin admitir que la mayor virtud era pelear por conocer la verdad.[3]

Con esto, los Polo se marcharon de Masyaf con varios libros de la biblioteca,[3] e Ibn-La'Ahad pasó a defenderla con ayuda del Asesino Tazim Al-Sayf y el mercader Mukhlis.[2] Al mismo tiempo, se encargaron de que la biblioteca fuese vaciada, y todo el conocimiento llevado a Alejandría, donde Ibn-La'Ahad iría a vivir con sus sobrinas. Darim habló con Altaïr una última vez en la puerta de la biblioteca, donde descubrió que esta había sido construida con el fin de preservar el Fruto del Edén.[3]

Ibn-La'Ahad declaró que todo el bien que había en su ser originaba de su padre, y marchó sabiendo que, si le preguntaban, daría una falsa localización del Fruto. El Asesino fue a Alejandría con los libros de la biblioteca que había recibido, intentando evitar a los mongoles;[3] mientras tanto, la dinastía Bahri estaba empezando a dominar Egipto, y se alió con los Asesinos locales, que entregaron el cetro de Aset al sultán Izz al-Din Aybak. Ibn-La'Ahad, ahora parte de los Asesinos Egipcios, entregó a Aybak un Fruto del Edén.[8]

Legado[]

«Si te preguntan, di que envié el Fruto lejos. Diles que lo envié a Chipre, o a Cipango, o que lo tiré al mar. Diles cualquier cosa para mantenerlos lejos de este lugar. Este Fruto no debe ser encontrado, no hasta que llegue el momento.»
―Altaïr Ibn-La'Ahad a su hijo[fte]

Darim Ibn-La'Ahad fue mencionado varias veces en el Códice de su padre, y esto,[4] junto a sus acciones en Egipto, le permitió pasar a la historia de la Orden de los Asesinos.[8]

Ibn-La'Ahad apareció en varios recuerdos dejados por su padre en varios sellos de memoria, que servían como llaves a la biblioteca de Masyaf. Estos fueron vistos por el Asesino italiano Ezio Auditore da Firenze en 1511 y 1512, y por su descendiente Desmond Miles en 2012 a través del Animus.[3]

Personalidad y rasgos[]

Altaïr: «¿María? ¿Dónde… dónde estás? ¿Dónde está?»
Darim: «Muerta, padre. ¿No recuerdas? ¡Está muerta!»
— Darim Ibn-La'Ahad y su padre en Alamut[fte.]
Darim greets in Father - ACR

Darim Ibn-La'Ahad y su anciano padre.

Un hombre impulsivo y distante, Darim Ibn-La'Ahad heredó la complexión morena de su padre y los ojos azules de su madre.[2] El Asesino tenía cariño por su hermano, a quien buscó vengar al saber de su muerte, así como a su madre y a Malik Al-Sayf. Aún así, quería matar a Sofian y no a sus secuaces, pues les pidió que dejasen la lucha pacíficamente, a pesar de ser ignorado. Sirvió fielmente a su padre en múltiples ocasiones,[3] pero no soportó su depresión y tuvo que dejar Alamut.[2] A pesar de esto, Ibn-La'Ahad declaró que su padre le había inspirado a ser un buen hombre,[3] mientras que por otra parte, su madre le instruyó para tener diplomacia y honor.[1]

Equipamiento y habilidades[]

«Sin duda es un hábil arquero.»
―Abbas Sofian[fte]

Ibn-La'Ahad, normalmente ataviado como un Asesino, hacía uso de una espada y cuchillos arrojadizos en combate. Además, tenía una hoja oculta y habilidades de carrera libre,[3] así como un dominio de la ballesta magnífico,[5] que le permitió asesinar a Genghis Khan. También era capaz de montar a caballo.[2] Dado que su padre podía usar la vista de águila, es posible que Ibn-La'Ahad también supiese usarla.[6]

Entre bastidores[]

En 2009, salió a la venta el videojuego de Ubisoft Assassin's Creed II, donde aparece el Códice de Altaïr Ibn-La'Ahad, protagonista del primer juego. En él, Ibn-La'Ahad menciona que tiene hijos en varias entradas. Estos hijos quedarían sin nombre hasta la novela de 2011 Assassin's Creed: La Cruzada Secreta, que les da un nombre; en ella solo aparece Darim, mientras que Sef es solo mencionado.

Esto sucede de nuevo en el videojuego de ese mismo año, Assassin's Creed: Revelations, donde se expande un poco la historia de Darim,—doblado por Michael Benyaer—y se altera la continuidad de la saga, pues este está presente en la huida de su padre. Dado que los videojuegos tienen un nivel de canonicidad mayor al de las novelas, el artículo toma referencias de ambas fuentes, pero poniéndose de parte del videojuego cuando se entra en conflicto.

Darim Ibn-La'Ahad tiene el mismo rol en la novela Assassin's Creed: Revelaciones. También es mencionado en Assassin's Creed 4: Hawk, un cómic de 2012 que relata las aventuras del Asesino egipcio Numa Al'Khamsin. En él, se menciona el rol de Ibn-La'Ahad tras salir de Masyaf. Su última aparición hasta la fecha es en la aplicación Assassin's Creed: Memories, de 2014.

Apariciones[]

Fuentes[]

Notas y referencias[]

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