El Corazón es una esfera brillante de color escarlata que formó parte de la Espada del Edén 1, aquella blandida alguna vez por Juana de Arco durante la Guerra de los Cien Años.
Permitiendo desbloquear todo el poder del artefacto, el Corazón parece reaccionar ante aquellos individuos con alta cantidad de ADN precursor y gran fuerza de voluntad[1].
Portadores a lo largo de la historia[]
- Primera Civilización (¿? - ¿?)
- Jacques de Molay (¿? - 1314)[1]
- Juana de Arco (1429)[1]
- Fleur (1429 - 1431)[1]
- Geoffroy Thérage (31 de mayo de 1431)[1]
- Orden de los Templarios (2016 - actualidad)
- Simon Hathaway (2016)[1]
Historia[]
Era Isu / Prehistoria[]
Creado en algún momento de la Era Isu, el Corazón fue diseñado para encajar en el pomo de la Espada del Edén 1 -Fragmento del Edén 25 según los datos de Industrias Abstergo- permitiendo así liberar todo su poder.
Tras la Catástrofe de Toba y la progresiva extinción de los precursores, la Espada y el Corazón, junto con los demás Fragmentos del Edén, fueron abandonados en algún lugar del mundo y prácticamente olvidados.
Siglo XIV[]
A comienzos del siglo XIV, la Espada, junto con la pieza escarlata, estaba en posesión de los Caballeros Templarios. En 1307, acusados de herejía, los templarios recibieron un ataque durante la noche del 13 de octubre en su base central, el Temple. En medio de la conmoción, el Gran Maestre Jacques de Molay encargó a uno de sus hombres más cercanos ocultar la Espada y un libro[2].
Aun así, previendo el ataque de sus enemigos, De Molay había removido la pieza escarlata para evitar una doble pérdida[1].
De Molay mantuvo la pieza escarlata en su poder incluso cuando fue recluido en el castillo de Chinon, donde estaba prisionero. Tras hacer un agujero en la pared de su celda, ocultó ahí la pieza y cubrió el escondite con yeso. Asimismo dejó pintas que señalaban la ubicación del artefacto y una cita en latín: "Si el corazón es fuerte, no se dañará". Esa frase tenía relación con el modo en que debía usarse dicho objeto[1].
Siglo XV[]
En 1429, durante la Guerra de los Cien Años, una heroína se alzaba como la esperanza del pueblo francés: Juana de Arco. Mientras esperaba reunirse con Carlos VII, Juana, guiada por sus "voces", encontró la pieza escarlata en la antigua celda de De Molay y la guardó en una pequeña bolsa alrededor de su cuello. Posteriormente encargó a Gabriel Laxart y Jean de Metz que le consiguieran una espada que solo ella podía usar.
El 8 de marzo Laxart y De Metz encontraron la Espada bajo la iglesia de Santa Catalina y la llevaron ante la heroína. Sin usarla frecuentemente, Juana desconocía la verdadera naturaleza del arma. Con la Espada y la pieza escarlata en su poder, fue capaz de desplegar todo el poder del artefacto no solo porque tenía gran cantidad de ADN precursor en su sangre sino por su carisma natural[1].
Ese mismo año, mientras se encontraban en un campamento, la Doncella de Orléans observó a una prostituta seduciendo a uno de sus hombres. Molesta por verlos mezclándose con individuos de tal condición, entró en cólera y les reprendió. La prostituta quedó maravillada por la presencia de Juana de Arco, mucho más tras verla usar sus habilidades, y se acercó para pedirle perdón, acompañarla y servirle como su doncella. Aunque la heroína se mostró en contra de la oferta, Gabriel intercedió por ella. Tras consultar a sus "voces", decidió aceptarla y le dio el nombre de Fleur.
Tras usar la Espada con éxito para influir coraje en sus hombres e intimidar a sus enemigos, Juana la perdió durante el Asedio de París, donde fue recuperada por agentes templarios que la llevaron de vuelta a la cámara secreta del Temple[1].
Sin embargo, la pieza escarlata permaneció con Juana, en una pequeña bolsa alrededor de su cuello. Mientras esperaba su sentencia, Juana fue rescatada por los Asesinos que habían acordado reemplazarla por Fleur, quien se ofreció voluntaria para el sacrificio. Para evitar ser descubiertos, los Asesinos se vieron obligados a desfigurarla hasta el punto de que quedase irreconocible; por su parte, Juana le entregó la bolsa en la que se hallaba la pieza escarlata.
El 31 de mayo de 1431, la supuesta Juana de Arco fue ejecutada en la hoguera. El verdugo a cargo fue Geoffroy Thérage. Sin embargo, de entre los restos calcinados aún podía observarse el objeto escarlata intacto. Tras quemar el cuerpo dos veces más sin resultado alguno, Thérage creyó que se trataba del corazón de la heroína. Temiendo ser castigado por haberle quitado la vida a una santa, el verdugo arrojó el objeto a las aguas del río Sena[1].
Siglo XXI[]
En 2016 la Espada del Edén, aparentemente sin poder funcionar, se encontraba en la oficina de Alan Rikkin en Inglaterra. Ese mismo año fue recibido en el Círculo Interno de la Orden Templaria el historiador Simon Hathaway, quien pidió una oportunidad para arreglar la Espada mediante las memorias de su ancestro Gabriel Laxart, compañero de armas de Juana de Arco. Aunque solo se le dio una semana de plazo, Simon fue capaz de descubrir cuál era el problema: la Espada necesitaba de la pieza escarlata para poder funcionar correctamente.
Debido al obstruccionismo de Rikkin, Simon se vio obligado a escapar de las instalaciones de Abstergo para buscar la pieza escarlata en Francia. Una vez que la encontró, se presentó ante el Círculo Interno con la Espada completa. En honor a la leyenda del corazón de Juana de Arco que resistió las llamas de la hoguera, Hathaway bautizó a aquella pieza escarlata como "el Corazón".
La Espada, ahora con el Corazón insertado y por tanto reactivada, fue devuelta a su lugar en la oficina de Rikkin[1].
Apariciones[]
- Assassin's Creed: Heresy (primera aparición)
Fuentes y/o referencias[]
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