La cimitarra de Venecia era una bracamarte de una sola mano, de origen veneciano que tuvo una producción y un servicio generalizados en Italia durante el Renacimiento. Entre los herreros que vendieron el arma, estaban los que operaban tiendas en las ciudades de Florencia, Monteriggioni, Forlì, San Gimignano, Venecia, y Roma. Debido a su prevalencia, fue utilizado por varios guardias de estas ciudades, y el Asesino Ezio Auditore da Firenze compró dos de estos en su vida, una vez para su sala de armas en la Villa Auditore y nuevamente para el Escondite de Isla Tiberina en Roma durante su campaña para liberar a la ciudad del control templario].[1][2]
Descripción[]
Como bracamarte, el bracamarte veneciano era una espada de un solo filo con una curva moderada destinada a ser manejada con una mano.[1][2] Su hoja, sin embargo, no era tan ancha como otras bracamartes,[1][2] tales como el bracamarte recto o el bracamarte dentado, que recuerdan más a machetes y cuchillas.[3] En cambio, era ligera y carecía del poder de otras espadas contemporáneas de Italia, y era estilísticamente más parecida al de los sables. A pesar de estar entre las espadas más débiles de la Italia renacentista, no siendo más letal que la espada antigua siria o espada común, la cimitarra veneciana presumía de relativa rapidez gracias a su peso liviano y diseño pequeño.[1][2] Aun así, esto no compensó completamente sus deficiencias, ya que su hoja delgada también ofrecía poca protección en combate. En este sentido, contrastó con su primo florentino, la cimitarra de Florencia, que poseía una hoja más pesada y voluminosa que se adaptaba mejor al parrying.[1]
Los herreros romanos en la primera década del siglo XVI refinaron en gran medida la artesanía de la cimitarra veneciana, reforzando simultáneamente la hoja y reduciendo aún más su peso. Como resultado, se convirtió en una de las espadas de mayor calidad en Roma a pesar de conservar su poder débil; la agilidad y la defensa de la espada solo rivalizaban con la cimitarra de Florencia refinada de manera similar y con espadas especialmente diseñadas como el mordisco del zorro y la espada de Altaïr. [2]
La cimitarra de Venecia llevaba un pomo dorado y una cruceta que elegantemente se curvaba hacia arriba en la parte trasera mientras se dividía en dos ramas en la parte delantera, ambas curvadas hacia afuera. Su hoja delgada estaba solo muy ligeramente curvada, corriendo completamente recta para la mayoría de su perfil antes de inclinarse hacia arriba en la punta.[1][2]
Historia[]
A pesar del diseño veneciano, las cimitarras de Venecia eran vendidas regularmente por herrerías, no solo en Venecia sino en toda Italia durante el Renacimiento en ciudades como Florencia, Monteriggioni, Forlì, San Gimignano y Roma. El arma vio el servicio entre los guardias de estas ciudades y en el ejército Borgia. Los Asesinos italianos también emplearon la cimitarra, y Ezio Auditore da Firenze compró uno para la sala de armas de su hogar en Monteriggioni, Villa Auditore, en algún momento entre 1477 y 1499.[1] En 1503, durante sus operaciones en Roma para liberar a la ciudad del dominio de los templarios y Borgia, compró otra cimitarra de Venecia para la base de los Asesinos en Isla Tiberina.[2]
Estadísticas del arma[]
Era | Daño | Velocidad | Bloqueo | Costo | Disponibilidad |
Italia, siglo XV | 1 | 3 | 1 | 1,900ƒ | Secuencia 3 |
Roma, siglo XVI | 1 | 5 | 5 | 5,700ƒ | Secuencia 5 |
Curiosidades[]
- A pesar de llamarse "cimitarra", la cimitarra de Venecia es en realidad un bracamarte. Este error puede deberse a que la palabra "falchion" generalmente no es reconocida por los traductores digitales, por lo que al equipo de desarrollo de Assassin's Creed II y Assassin's Creed: Brotherhood pudo no quedarle de otra más que llamarla "cimitarra", puesto que ambos tipos de armas son parecidas. Este fallo en las traducciones fue corregido a partir de Assassin's Creed: Revelations, donde armas como la cimitarra de Florencia pasó a llamarse "bracamarte de Florencia".