Animuspedia
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«Si lo que vi en Egipto es cierto, esta vara no controla mentes... Controla las leyes de la física. El tiempo. Imagina reescribir las leyes del universo. »
―Layla Hassan refiriéndose al Cetro de Hermes, 2018.
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El Cetro de Hermes Trismegisto (Staff of Hermes Trismegistus en inglés), es un poderoso Fragmento del Edén. Debe su nombre a que su portador más conocido fue Hermes Trismegisto, un misterioso miembro de la Primera Civilización que llegó a interactuar con los seres humanos en vida[1].

En 2018 la Hermandad de los Asesinos rastreó este artefacto con el fin de evitar el fin del mundo, reescribiendo las leyes del universo[2].

Portadores a lo largo de la historia[]

Historia[]

Era Isu / Prehistoria[]

Creado por Hermes en algún momento de la Era Isu, el Cetro era usado con fines desconocidos. Sin embargo, luego de la Catástrofe de Toba los precursores resultaron inmensamente mermados en cantidad y poco a poco su especie fue desapareciendo, y con ello los Fragmentos del Edén quedaron abandonados alrededor del mundo.

Siglo VI a. e. c.[]

A mediados del siglo VI a. e. c., Pitágoras y su discípulo Kyros de Zárax se encontraban vagando en un desierto, cansados, cuando después de días encontraron a un hombre portando un cetro alado con dos serpientes enrolladas en su extremo superior[1]. Al acercarse a él, Kyros notó que su maestro recuperó de pronto la vitalidad.

El extraño, presentándose como Hermes Trismegisto, hundió el Cetro en la arena y en lo que parecía una alucinación las serpientes cobraron vida observando meticulosamente a Pitágoras. Finalmente dijeron: "Eres un digno sucesor". Mientras oía la voz de esas criaturas, Kyros perdió el conocimiento.

PL-BENEDICTUS

Pitágoras despidiéndose de su aprendiz.

Tras recuperar la conciencia se percató de que su maestro, otrora anciano, había recuperado la juventud gracias al Cetro. Incluso parte de su cuerpo emitía un aura dorada. Satisfecho por tener ese artefacto en su poder, Pitágoras dio de beber a su amigo y se despidió, señalando que su viaje juntos había llegado a su fin[1].

Siglo V a. e. c.[]

Pitágoras[]

Un gran poder, una gran responsabilidad[]

Gracias al Cetro, el filósofo extendió su vida por encima de los límites de un humano común. El conocimiento adquirido sobre su linaje le hizo ser consciente de su potencial, por lo que decidió buscar a alguien como él. Con el tiempo encontró a esa persona especial: Mirrina, hija del rey Leónidas I de Esparta[2].

Convencidos de que era su responsabilidad preservar su linaje, tuvieron en secreto dos hijos: Kassandra y Alexios[2].

Sin embargo, el Culto de Kosmos, una organización secreta que manejaba los hilos en Grecia, decidió intervenir. Sabiendo que en un futuro esos niños podría acabar con sus planes, conspiraron para destruir a esa familia alrededor del año 450 a. e. c. Para ese entonces, Pitágoras se había refugiado en la Atlántida para aprender todo cuanto pudiera sobre Los Que Vinieron Antes[2].

Reencuentro[]

Años después, durante la Guerra del Peloponeso, Kassandra, ahora una mercenaria, descubrió por casualidad la conspiración del Culto contra su familia. Empezando por Elpenor de Kirra, fue eliminando uno a uno a los responsables[2].

Alrededor de 429 a. e. c., su búsqueda eventualmente la llevó a Naxos, donde Mirrina regía de gobernadora. Sin embargo antes de volver a Esparta, su madre le pidió dirigirse a la isla de Tera para descubrir quién era su verdadero padre. Kassandra obedeció y aunque el lugar parecía deshabitado descubrió tras manipular unos mecanismos de luz la entrada a la Atlántida.

Una carga familiar 7

Kassandra descubriendo que Pitágoras es su padre.

Ahí en el umbral esperaba Pitágoras, con el Cetro reluciente en sus manos. Había llegado el momento de descubrir su verdadero propósito: sellar la entrada de aquel lugar antes de que el Culto descubriera sus secretos. Para ello la misthios debía encontrar cuatro artefactos repartidos por toda Grecia y traerlos de vuelta a la ciudad perdida[2].

Cambio de manos[]

Aunque cada artefacto convirtió a su portador en un monstruo híbrido, Kassandra consiguió hacerse con los artefactos. Volvió a Tera y colocó cada uno en su estela respectiva. Cada vez que lo hacía un halo de luz iluminaba una pirámide flotante en el centro del lugar.

La Atlántida activada

Kassandra y Pitágoras escuchando los mensajes de Alétheia.

Al mismo tiempo activó unas retransmisiones dejadas por Alétheia, miembro de la Primera Civilización. Uno de esos mensajes, el tercero, estaba dirigido a Pitágoras. Aquella voz de otro tiempo le instaba a ceder el Cetro a alguien más, pues su tiempo entre los vivos ya había terminado. Este no toleró dicha sugerencia, pues creía que aún había mucho que aprender sobre el universo[2].

Habiendo cumplido su parte, Kassandra preguntó a su padre cómo sellarían la entrada de la Atlántida. Algo distraído, Pitágoras señaló que el Cetro era la clave. Pero ahora no estaba tan convencido de querer hacerlo, quería continuar investigando, alcanzar el conocimiento supremo. La mercenaria insistió en que su negativa podría poner en riesgo a toda la humanidad.

Las Puertas de la Atlántida 9

"Kassandra. Elige bien".

Kassandra pudo hacerse con el artefacto de dos formas: usando el diálogo o la violencia. Finalmente lo consiguió de forma pacífica[2].

Las Puertas de la Atlántida 10

Aceptando que lo hacía por el bienestar de las próximas generaciones, el erudito extendió su brazo entregando la vara no sin antes advertir a su hija. "Elige bien". En cuanto ella tomó el artefacto, Pitágoras se desplomó al tiempo que su boca y ojos expedían una luz tenue.

Tras cerrarle los ojos, la misthios se dirigió al mecanismo central y selló la entrada hasta el momento justo[2].

Kassandra[]

Consciente de lo que significaba llevar aquel objeto, Kassandra no reveló lo sucedido a conocido alguno aunque fue capaz de usarlo como arma contundente. Sin embargo, no entendería su verdadera labor hasta años después, cuando en 422 a. e. c. volvió al santuario de Delfos para enfrentar al Fantasma de Kosmos.

Dentro estaba la pirámide, una especie de oráculo que pertenecía al Culto, resplandeciente. En medio de la penumbra se podía oír susurros, mucho más a medida que se acercaba. Entonces la tocó.

En cuestión de segundos llegó la revelación: Pitágoras, como si siguiera vivo, explicó el origen del Culto y también lo que pasaría de ser exterminado: dejaría el camino libre para el predominio del orden, llevando así a una era de sumisión en la que la humanidad no podría prosperar. ¿La única solución? Mantener el equilibrio a lo largo del tiempo, pues ambas fuerzas -orden y caos - eran necesarias. Por eso se convirtió en la nueva portadora del Cetro, para tener el tiempo suficiente[2].

Ni bien quitó la mano de esa cosa, Kassandra notó la presencia de Aspasia, la mujer de Pericles.

Viaje a Corfú; Aceptando su destino[]

En algún momento del siglo V, Misthios viajó hacia la isla de Corfú en busca de unas vacaciones que se tornaron en la búsqueda de un tesoro impulsada por Herodoto. En dicha busqueda, Misthios se topó con una manzana del Edén que estaba en manos de un pirata que activó el fragmento cuyo poder chocó con la lanza dejándola inservible. Misthios al ver su lanza inutilizada decidió buscar ayuda cuando escuchó la voz de Aletheia quien le encomendó ir hacia una tumba.

En dicha tumba Misthios tuvo un intercambió de palabras con Aletheia quien le afirmó que su lanza estaba demasiado superada por la energía precursora siendo dicha lanza inservible. Aletheia confió en la protectora del recuerdo la protección de todos los fragmentos del mundo que los precursores dejaron en el olvido cosa que Misthios renegó de dicho destino aunque al final y con su lanza rota la cedió a Herodoto y decidió empezar por viajar a Egipto.

Siglo XXI[]

Layla Hassan[]

La búsqueda[]
Layla encontrando la lanza

A mediados de 2018, La Asesina Layla Hassan encontró la lanza de Leónidas en un bosque y, sobre ella, un libro escrito por Heródoto[2]. Su investigación desde las memorias de Bayek de Siwa el año pasado la llevó a aquel sitio.

Layla llega a la Atlántida 0

Convencida de que estaba siguiendo la pista correcta se la dio a Victoria Bibeau, psiquiatra y encargada del Animus. El escáner detectó dos muestras de sangre, por lo que debió elegir una. Su intuición la llevó a decantarse por la mujer, Kassandra[2]. El objetivo era descubrir el paradero del Cetro de Hermes Trismegisto, el único artefacto precursor capaz de manipular el tiempo y así salvar el mundo.

El tiempo demostró que estaba en lo correcto. En cuanto presenció el encuentro entre Pitágoras y Kassandra, Layla avisó al equipo y partieron a Tera a bordo del Altaïr II[2].

La clave de la profecía[]

Tras bucear por unas cuevas consiguió llegar al umbral de la ciudad perdida. El lugar le recordaba levemente a los templos descubiertos por Bayek en Egipto. Para descubrir cómo activar el mecanismo debió conectarse al Animus una vez más.

Las memorias se lo mostraron, debía enlazar los rayos de luz a la pirámide. Lo hizo sin mucho problema pero no había rastro del Cetro. Los hologramas se proyectaban, las figuras bailaban en el aire pero nada más. ¿Qué faltaba?, se preguntó. La respuesta entonces llegó caminando.

Durante más de dos mil años, Kassandra se mantuvo con vida e influyó en el devenir de la historia, manteniendo el equilibrio entre orden y caos, es decir, templarios y Asesinos. Se había asegurado de no soltar nunca el Cetro, que era capaz de adoptar cualquier forma[2].

Kassandra entrega el Cetro

"Prométeme una cosa. Cuando acabes, destrúyela. Destrúyelo todo".

La emoción dejó a Layla casi boquiabierta pero no la distrajo de su meta principal. Kassandra lo sabía y, aunque un aire de melancolía la invadió al recordar todo lo que había experimentado, aceptó lo que tenía que pasar. Era el turno de otra de ser la heroína. Pero antes de que la Asesina lo cogiera, pidió una última cosa: deshacerse del artefacto una vez terminada su misión.

Layla y Kassandra 5

Layla prometió que así sería y tomó la vara entre sus manos. Mientras tanto, la mercenaria que había enfrentado todo tipo de enemigos se daba la vuelta al tiempo que su cabello se volvía cano. Pero de pronto sus ojos y boca emitieron una luz, la luz de la muerte. Layla lo notó y se acercó a ella a tiempo para escuchar sus últimas palabras. "Tierra, madre de todo, te saludo"[2].

Salvando el mundo[]

En 2020 Layla decidió dejar de usar la vara pues estaba teniendo fuertes cambios de humor y comportamiento. Pero para salvar el mundo de una tercera masa coronal, la asesina Layla Hassan tomó de nuevo la vara de Hermes la cual usó para protegerse y así llegar hasta el Yggdrasil y conectarse a él para allí encontrar a una entidad ISU llamada 'el lector' aceptando Layla que el curso de la linea estaba enredada debía quedarse en Yggdrasil junto al lector y así reparar el curso de la linea.

Basim Ibn Ishaq[]

Un plan secreto[]

Cuando la antigua portadora de la Vara, Layla Hassan se conectó al Yggdrasil dicha vara cayó al suelo cuando después de un temblor el cuerpo sin vida de Bassim cayó encima de la vara dándole poderes curativos y haciéndole volver a la vida. Mas tarde se descubriría que todo era un plan secreto de Aletheia y Loki quienes habían hilado todo desde las sombras para acabar juntos de nuevo. Solo que esta vez en la actualidad y con planes de dominar todo.

Curiosidades[]

  • Si el jugador elige arrebatar el Cetro a Pitágoras de forma violenta, se verá obligado a derrotarlo en combate. Aunque según la novela no fue así, es posible ver que el artefacto le otorga fuerza sobrehumana y la habilidad de manipular energía con las manos. Aun así, el final será el mismo con Pitágoras desplomándose mientras sus ojos y boca se iluminan.
  • A pesar de su nombre, el Cetro aparece en la categoría de lanzas dentro del inventario del jugador en Odyssey.
  • Los seguidores del dios Asclepio llevan pendientes con la forma del caduceo en lugar de la vara de Asclepio.

Apariciones[]

Galería[]

Fuentes y/o referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 Assassin's Creed: Project Legacy - Ciencia divina: Capítulo 3 - Kyros de Zárax
  2. 2,00 2,01 2,02 2,03 2,04 2,05 2,06 2,07 2,08 2,09 2,10 2,11 2,12 2,13 2,14 2,15 2,16 2,17 2,18 2,19 Assassin's Creed: Odyssey, el videojuego
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