"Documentos" es una categoría de la base de datos de Assassin's creed II. Incluye escritos y otros archivos a los que Ezio Auditore tuvo acceso durante el Renacimiento para su lectura. La gran mayoría de estos son útiles para desmontar la conspiración templaria y comprender detalles sobre la trama principal del videojuego.
Esta categoría se subdivide en otras dos: "Páginas del Códice" y "Cartas".
Páginas del Códice[]
- Página 1
- Página 2
- Página 3
- Página 4
- Página 5
- Página 6
- Página 7
- Página 8
- Página 9
- Página 10
- Página 11
- Página 12
- Página 13
- Página 14
- Página 15
- Página 16
- Página 17
- Página 18
- Página 19
- Página 20
- Página 21
- Página 22
- Página 23
- Página 24
- Página 25
- Página 26
- Página 27
- Página 28
- Página 29
- Página 30
Cartas[]
De: Andrea Allegro[]
Messer,
Le informo de que se requiere su presencia en el Palacio Comunal en el plazo de un mes. He recibido cartas de sus vecinos en las que denuncian que les ha atacado usted con la espada, llegando hasta el punto de mutilar a una joven que cruzó su finca.
Aunque está usted en su derecho, pues se trata de sus tierras, también aseguran que ha cometido crímenes contra Dios y contra natura, una acusación mucho más grave. Tal conducta está prohibida en Forli. Si no sabe cuáles son los cargos contra usted, lea el Levítico 18, 23.
Si no se presenta, enviaremos a una patrulla de guardias para arrestarle.
Atentamente,
Andrea Allegro
De: Antonio Maffei[]
Maestro,
Escribo esta carta con miedo en el corazón. El profeta ha llegado, lo presiento. Las aves no vuelan como acostumbran. Desde mi torre veo cómo revolotean todo el tiempo sobre el mismo sitio. No voy a asistir a la reunión que me solicitaste. No debo exponerme así, pues el demonio podría encontrarme. Perdóname por atender tan solo a mi propia voz.
Que el Padre de la Sabiduría te guíe, y que me guíe también a mí.
Hermano A.
De: Carlotta Moro[]
Amor mío:
Me pregunto si llegará un día en que estas dos palabras vuelvan a significar algo para ti. Siento lo que te hice: dejar que Marco me arrebatara de tu lado para convertirme en su esposa. Ahora que ha muerto, tal vez podamos estar juntos de nuevo.
Pero me pregunto si aún te acuerdas de mí, o si las heridas que sufriste en combate fueron demasiado graves. ¿Mis palabras despiertan tu memoria o, al menos, tu corazón? No me importa lo que digan los demás. Sé que sigues ahí, en alguna parte.
Encontraré el modo de recordarte, amor mío, de recuperarte.
Siempre tuya,
De: Diana[]
¡Ah, los políticos! Dices que estás tan ocupado en el tribunal que no puedes ver a tu hijo, pero es mentira. Sé que no quieres que te vean con él. ¿Cuántos herederos has engendrado con tu supuesta esposa, Bella? Según mis cálculos, ninguno; y llevo la cuenta. Crees que estoy por debajo de ti. Quizá tengas razón, más al menos tuve el coraje de cuidar a tu hijo y no abandonarlo en la calle, algo que pensé hacer más de una noche. Pero, al contrario, le eduqué para que fuera un buen muchacho. Él se ocupa de la casa mientras yo trabajo en la tienda.
Ahora ya casi ha madurado y es tu heredero. ¿Y qué tienes tú? Una esposa de clase más alta que tú, que solo te pide dinero y se pavonea con su peluca, pese a que es tan estéril como una mula. Puedo envidiarte por tu dinero y por ser varón, Vincente, pero no por la vida que llevas.
Visites a tu hijo o no, al final heredará tus propiedades. Que Dios te conforte durante el interminable invierno de tu fertilidad.
Ciao,
Diana
De: Giovanni Auditore 1[]
A Lorenzo de Medici el Magnífico, mi protector y amigo:
He obrado como me pedías y he terminado de investigar el incidente de Milán. Puedo confirmarte que no se debe tan solo al descontento con el gobierno del duque Galeazzo Sforza. Creo firmemente que otras facciones, deseosas de obtener más beneficios, manipularon los acontecimientos para conseguir sus metas sin que sus nombres salieran a la luz.
Los Lampugnani, los Olgiati y los Visconti son culpables del crimen, no cabe duda, y han sufrido el final merecido por su traición. Pero hay más miembros de la nobleza implicados, y entre ellos está Francesco de Pazzi.
Aún se me ocultan sus motivos, pero mis hallazgos iniciales sugieren la existencia de un plan cuyo alcance sin duda te inquietará. Es mejor que prosigamos esta conversación en persona, pues temo plasmar mis sospechas por escrito. Indícame una hora y un lugar y me reuniré contigo. También he ordenado que el Gonfaloniere retenga a Francesco hasta que aclaremos este asunto.
Siempre tuyo,
De: Giovanni Auditore 2[]
Giovanni ha sellado esta carta. Abrirla no sería correcto.
De: Giovanni Auditore 3[]
Giovanni ha sellado esta carta. Abrirla no sería correcto.
[]
De: Giovanni Auditore 4[]
Este documento pretende dejar constancia de todo lo que he aprendido en las últimas semanas, por si me eliminan y evitan que lo comparta contigo. En primer lugar, el asesinato del duque de Milán no ha sido una simple maniobra política. Se trata de una conspiración que trasciende de Florencia, con cómplices en Roma, Venecia y Forli, por nombrar solo algunas ciudades.
Unida a esta nota hay una lista (más bien, el esbozo de una lista) de los implicados que conozco. No está completa, pero mi intención es ampliarla cuanto antes. No obstante, puedo asegurar que la familia Pazzi está involucrada.
Debemos interrogar a Francesco antes de que soborne a alguien y salga de la prisión. De ese modo añadiremos más nombres a la lista. Tengo mis sospechas sobre quiénes son los demás, ya que sus hechos revelan la impronta de un viejo enemigo. Temo que ellos...
(La nota termina de repente. Giovanni debió interrumpirse y esconderla cuando los guardias vinieron a arrestarle.)
De: Jacobo de Pazzi[]
Hermano,
Como sin duda ya habrás oído, "él" nos busca y persigue su venganza. Nunca deberíamos haber consentido en esa conspiración. Pero lo hecho hecho está. Por eso he convocado un encuentro con el Maestro dentro de tres noches para pedirle asilo, bien sea en Venecia, con él o en Roma.
Nos reuniremos en la iglesia de San Gimignano para acudir al lugar de la reunión a la hora fijada. Te ruego que asistas. Quedarse aquí sería un suicidio, pues el Asesino es implacable. Nosotros solos no podemos detenerle. Pero tal vez, con la ayuda del Maestre, ganaremos tiempo para preparar un contraataque adecuado.
Protégete bien. Quizá hayamos perdido Florencia, pero eso no tiene por qué significar nuestro fin.
Que el Padre de la Sabiduría te guíe.
Tu hermano, Jacobo.
De: Lucia[]
Gorgio,
Todo está yendo según lo previsto. Mi marido no sospecha. Me sigue teniendo encerrada, pero he perseverado y te he encontrado a ti, mi salvador. Si las palabras apasionadas que me susurras son ciertas, mantendrás tu promesa de alejarme de mi esposo.
Para hacer lo que debes, has de tener temple y no titubear. Mi marido estará en casa esta noche. Se va a dormir cuando suenan las doce en la campana de la torre. Entra por la ventana, y no olvides traer del cuartel una de tus dagas. Tenemos que asegurarnos de hacer esto en silencio.
Le he pedido a mi esposo que te entregue esta carta. Para él no eres más que un guardia desconocido: el muy idiota nunca sabrá que nos está ayudando. Cuando nos libremos de ese viejo ignorante seremos felices, los dos juntos.
Con todo mi amor,
Lucia
De: Miguel Ángel[]
Querido padre,
Ha pasado casi una semana desde que abandoné los estudios. No espero que entiendas por qué, ni siquiera lo entiendo yo mismo, pero siento que el mundo pasa a mi lado y necesito atraparlo, ser parte de sus corrientes y sus mareas. No soy bueno ni con las palabras ni con los números, pero con las manos puedo moldear todo lo que fluye a mi alrededor: cada momento, cada estado de ánimo.
Sé que querías que fuera algo más que un artista, pero, por el bien de mi futuro, cede un poco. Como siempre has sabido, estoy mucho más interesado en pintar y esculpir que en estudiar, y el maestro Domenico Ghirlandaio me ha pedido que me convierta en su aprendiz. Acaba de volver de Roma, donde ha pintado un panel magistral en la Capilla Sixtina. Si trabajo duro, quizá me inviten al Vaticano y pueda verla.
Te pido tus bendiciones para mi aprendizaje. Te prometo cumplir tus expectativas, y espero que algún día estés orgulloso de mí.
Tu hijo,
De: padre Giocondo[]
Messer Francesco,
He hecho como usted me pidió y he hablado con su hijo. Estoy de acuerdo con su valoración, aunque solo en parte. Sí, Vieri tiende a actuar de forma impulsiva, y adolece de la mala costumbre de tratar a los mercenarios como juguetes. De resultas de su conducta, al menos tres hombres han quedado desfigurados. Pero creo que todavía tiene remedio. En realidad, la solución sería muy sencilla.
Vieri solo quiere que usted apruebe su conducta. Esos estallidos de violencia se deben a que se siente inseguro e incapaz. A menudo habla de usted con cariño y manifiesta su deseo de una relación más afectuosa. Si a veces grita y pierde el control es tan solo porque desea llamar la atención. Necesita sentirse querido.
Use usted esta información como mejor le parezca. Pero le pido que pongamos fin a nuestra correspondencia. Temo por mí si Vieri descubre la naturaleza de nuestras conversaciones. Siempre suyo, padre Giocondo.
De: Rafael 1[]
Mi amada,
¿Cómo puedo vivir sin ti? No consigo trabajar: me limito a vagar soñando con tu rostro. Me pone enfermo que tu padre te haya encerrado tras unas frías paredes. Eres una mujer joven, en la flor de la vida. Deberías tener el privilegio de sentir mis besos, como un suave viento acariciando tus tiernos pétalos.
Pero por fin es viernes, cuando va al mercado. ¡Día dichoso, y noche aún más dichosa! Cuando el firmamento se llene de estrellas, ven a buscarme y corre a mis brazos. Al anochecer te estaré esperando en nuestro lugar secreto.
Tuyo para siempre,
Rafael
De: Rafael 2[]
Mi amada,
¿Cómo puedo vivir sin ti? No consigo trabajar: me limito a vagar soñando con tu rostro. Me pone enfermo que tu padre te haya encerrado tras unas frías paredes. Eres una mujer joven, en la flor de la vida. Deberías tener el privilegio de sentir mis besos, como un suave viento acariciando tus tiernos pétalos.
Pero por fin es viernes, cuando se hace a la mar. ¡Día dichoso, y noche aún más dichosa! Cuando el firmamento se llene de estrellas, ven a buscarme y corre a mis brazos. A medianoche te estaré esperando en nuestro lugar secreto.
Tuyo para siempre,
Rafael
De: Ramondo[]
Querido Vincente,
Tengo pruebas que demuestran tus peores sospechas: tu hija va a casarse con un impostor. Aunque Leone afirma ser un güelfo, en realidad es florentino. Esto prueba que esos tramposos embusteros intentan infiltrarse en nuestro gobierno y arrebatarnos la poca independencia que nos queda. Si tras leer esto tu sangre hierve como la mía, sugiero que le arrojemos por la Torre Grossa. Eso enviará un mensaje a Florencia.
Tuyo,
Ramondo
P.S. Cuando te hayas librado de ese estorbo, recuerda que tengo un hijo casadero que puede ser apropiado para tu hija.
De: Rigarda[]
Querido Luca,
Llevo tiempo buscando un consorte para tu hija, pero la mayoría de los hombres de San Gimignano son estúpidos y pusilánimes, y los que no lo son se asustan por el carácter indomable de la joven. Un posible pretendiente se espantó al ver que ella quería salir de casa con la cabeza descubierta. Otro se desanimó al saber que ella había planeado las actividades para todo el día. Si he de encontrarle marido, esto no puede seguir así.
Si es necesario dale una tunda con el bastón, pero la próxima vez que lleve a un pretendiente debe mostrarse dócil. Si no puedes enderezarla, habrá que meterla a un convento.
Atentamente,
Rigarda
De: Uberto Alberti[]
Mi amor,
Escribo estos pensamientos esperando que algún día tenga el valor de compartirlos contigo. Tarde o temprano descubrirás que traicioné a Giovanni, le tildé de traidor y le condené a muerte.
La historia contará que lo hice por codicia y por ambición política. Debes saber que no actué por odio, sino por temor. Cuando los Medici nos robaron todo lo que teníamos, sentí un gran miedo. Por ti. Por nuestro hijo. Por nuestro futuro. ¿Qué esperanza le queda a un hombre desposeído de todos sus bienes?
Me ofrecieron dinero, tierras y títulos, a cambio de mi colaboración. Ésa fue la razón por la que traicioné a mi mejor amigo. Por imperdonables que parezcan mis actos, en su momento los juzgué necesarios. Incluso ahora, al mirar atrás, pienso que no me quedaba otro remedio.
Fuentes y/o referencias[]
- Animuspedia, artículos varios
- Wikipedia en español
- Vídeo del canal Assassin's Creed Manía, sobre todas las cartas y demás documentos de ACII, en Youtube
- Artículo de Taringa! sobre las páginas completas del Códice de Altaïr.