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Los Asesinos Británicos son una facción de la Hermandad de los Asesinos ubicada en las islas británicas, la facción existió al menos desde principios del siglo XIII.

Historia

Primera Guerra de los Barones

Las primeras acciones conocidas de la rama británica de los Asesinos fue su apoyo al levantamiento baronial apoyado por los franceses contra el rey durante la Primera Guerra de los Barones de 1215 a 1217. Dirigidos por Robert Fitzwalter, los asesinos estaban decididos a acabar con el despotismo del rey Juan, quien sabían que no era más que un peón de sus consejeros templarios.

Sin embargo, el Maestro Asesino Guillermo de Cassingham, que operaba independientemente de la Hermandad, dirigió una fuerza guerrillera apoyando al Rey, en primer lugar porque se negó a unirse a los franceses, pero principalmente porque era un firme partidario del hijo de Juan, el príncipe Enrique.

Contacto con la Hermandad del Caribe

La facción todavía existía a principios del siglo XVIII y tenía un Mentor dentro de sus filas, así como varios otros miembros de alto rango. Alrededor de 1700, un marinero fue introducido a la hermandad, el marinero se llamaba Duncan Walpole. Duncan eventualmente se convirtió en un Maestro Asesino, aunque su temperamento inmoderado y su arrogancia fueron vistos como una carga para el resto de la facción. Esta falta de lealtad llevó a Duncan a desertar y traicionar a los Asesinos con los templarios y comenzó a contactar con Laureano de Torres y Ayala.

En 1714, Duncan recibio ordenes de reunirse con Ah Tabai, mentor de la Hermandad del Caribe. Después de conocer la ubicación de la sede de los Asesinos en las Indias Occidentales, Duncan navegó a bordo del HMS Intrigue, con la esperanza de unirse a la Orden de los Templarios. Su plan comenzó a complicarse después de que el HMS Intrigue fuese atacado por piraras, Duncan naufrago y se encontró con un pirata llamado Edward Kenway, que finalmente mató a Duncan en Cabo Bonavista.

En 1722, Edward, que se había afiliado con los Asesinos del Caribe, finalmente se unió a la Hermandad Británica después de navegar a Londres. Rápidamente ascendió al rango de Maestro Asesino y, junto a Miko, se convirtió en un co-líder de la facción. Juntos, los dos lograron traer gran estabilidad a la Hermandad, creando vastas conexiones a lo largo de Londres que iban desde la noble alta sociedad hasta el inframundo criminal. Esto amplió aún más sus fuerzas y presencia y así logró disminuir la amenaza templaria en el país. Fuera de Londres, Miko comenzó a buscar en toda Europa a los Fragmentos del Edén mientras que hacía conexiones y proporcionaba su ayuda a las varias facciones regionales.

Durante los años siguientes, Edward continuó su investigación, utilizando sus actividades comerciales para localizar sitios de la Primera Civilización en todo el mundo; Descubrió numerosos templos ubicados en Italia y Alamut, así como la biblioteca oculta de Altaïr Ibn-La'Ahad en Masyaf. Además, Kenway intentó descubrir la localización del gran templo y así registró su investigación en su diario personal.

En algún momento durante sus viajes, Edward descubrió el Sudario del Edén, un poderoso artefacto de los Isu capaz de curar heridas mortales. Al enterarse de su poder, Edward optó por mantener el artefacto oculto y así ocultó el artefacto en un templo construido por la Primera Civilización que sólo era accesible gracias a la posesión de una llave fabricada por los Isu. Finalmente para asegurar su secreto, Edward guardó el artefacto debajo de la Torre de Londres y colocó la llave dentro de una habitación secreta sobre la cúpula de la Catedral de San Pablo.

Además, Edward donó su barco, el Jackdaw, a la Hermandad, expandiendo sus fuerzas hacia el mar abierto. Edward guardó la llave de acceso a la cúpula en su señorío, la llave también contenía la historia detallada de los asesinos de Londres. Después Edward se dedico a criar a su hijo Haytham para convertirse en un asesino desde una edad temprana.

En 1723, Edward conoció a Reginald Birch quien, sin que él lo supiera, era miembro del Rito Británico de la Orden Templaria. Birch planeó adquirir el diario de Edward, para localizar el Gran Templo. Birch logró este cometido en 1735, cuando un grupo de mercenarios contratados por Birch mató a Edward y obtuvo su diario.

Otoño de Terror

En 1888, uno de los aprendices de Jacob, conocido sólo por el nombre de Jack, desarrolló una visión extremista del Credo de los Asesinos. Eventualmente, Jack usurpó a Jacob el control de los Rooks y asesino a cualquiera que fuera enviado para disuadirlo. Radicalizando a sus seguidores, Whitechapel, el centro de las operaciones de Jack, descendió a una fosa de crimen y depravación. Jacob envió a unas mujeres Asesinas disfrazadas de prostitutas para persuadir a Jack, las cuales fueron brutalmente asesinadas a manos de Jack, quien a partir de entonces comenzó a llamarse con el seudónimo de "Jack el destripador". Jacob fue capturado más tarde por Jack, pero antes de ser capturado el Maestro Asesino envió una carta convocando a Evie de regreso a Londres. Después de la llegada de Evie ella se dedicaría a asesinar a los subordinados de Jack, a localizar a Jack y poner fin al Destripador, salvando a Jacob en el proceso. Para evitar la exposición pública de la Hermandad, Evie pidió al inspector Frederick Abberline que ocultara la muerte del Destripador.

Primera Guerra Mundial

Muchos asesinos británicos como Sam Crowder y un Médico Asesino, se alistaron en el ejército durante la guerra. En la tregua de Navidad de 1914, el Médico Asesino trató a soldados británicos heridos mientras la artillería alemana golpeaba las trincheras británicas. A medida que las tropas británicas y alemanas confraternizaban, el médico ayudó al general alemán y miembro de la Orden Templaria, Erich Albert, a salvar la vida de un soldado alemán herido. Después de esto, Albert mostró su anillo al médico. A cambio, el médico reveló la marca de Asesino en su dedo, y mató a Albert con su Hoja Oculta antes de que los templarios pudieran reaccionar. En 1916, a instancias de Winston Churchill, la nieta del Asesino, Jacob Frye, Lydia Frye eliminó a un grupo de espías alemanes que operaban alrededor del Puente de la Torre. El grupo de espionaje era dirigido por un templario, que fue asesinado por Lydia. A cambio de sus servicios, Churchill le prometió a Lydia que haría lo que pudiera por la libertad de las mujeres cuando regresara al parlamento después de la guerra.

Miembros

Aliados y marionetas

Renacimiento

Era Colonial

Revolución Industrial

Siglo 20

Apariciones

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