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Eraicon-MemoriasEl tema de este artículo aparece en Assassin's Creed


Asesinato fue una representación virtual de una de las memorias genéticas de Altaïr Ibn-La'Ahad, revivida por Desmond Miles en 2012 a través del Animus.

Descripción[]

Altaïr se infiltró en el Palacio del Rey Mercader para matar a Abu'l Nuqoud.

[]

Altaïr podría entrar en la cámara de Rafiq antes de salir.

  • Rafiq. ¿Altaïr? ¿Va todo bien?
  • Altaïr: Claro. ¿Por qué lo dices?
  • Rafiq: Bueno, la fiesta del Rey Mercader está apunto de empezar, deberías estar allí, no aquí.
    Me temo que el tiempo se agota, Altaïr. Tienes que completar tu misión.
    El tiempo es vital, amigo mio. Vuelve a tu trabajo.
    Altaïr, no sé si eres consciente de ello, pero el Rey Mercader aún vive.
    ¿Hay algún problema? Lo digo porque el Rey Mercader todavía sigue vivo.
    El tiempo vuela, amigo. No me gustaría ver a Al Mualim enojado. Despacha al Rey Mercader cuanto antes.

Altaïr entró en el Palacio del Rey Mercader y esperó. Abu'l Nuqoud pronto emergió de sus habitaciones para dirigirse a la multitud desde un balcón.

Abul2

Altaïr observando a Abu'l Nuqoud hablando a la multitud.

  • Abu'l: ¡Bienvenidos, amigos! Gracias a todos por acompañarme en esta velada. ¡Vamos, comed, bebed, y disfrutad de estos placeres que con gusto os ofrezco! Tomaos vuestro tiempo, yo esperare.

La fuente comenzó a llenarse de vino, y varias personas fueron para llenar sus tazas.

  • Abu'l: Confío de que todo sea de vuestro agrado, amigos míos.
  • Civiles: Most excellent, most excellent, thank you. (sic está parte del dialogo no se tradujo a la versión en español del juego).
  • Abu'l: Bien, bien. Me complace veros a todos tan felices, porque vivimos días oscuros, amigos míos, y debemos disfrutar de la vida ahora que aún podemos. La guerra amenaza con devorarlo todo. Salah Al'din lucha con valentía por lo que cree, convencido de tener vuestro apoyo incondicional. Vuestra generosidad permitirá que su campaña continúe. ¡Vamos, levantemos nuestras copas! Por vosotros, queridos amigos. Gracias a vosotros hemos llegado a donde estamos. Confío en que recibáis la recompensa que sin duda merecéis.

Se escucharon fuertes vítores de la multitud.

  • Abu'l: ¡Cuanta amabilidad! ¡No la esperaba de vosotros! ¡Vosotros, que me habéis juzgado con tanta ligereza, y con tanta crueldad!

La multitud parecía sorprendida por las acusaciones del Rey Mercader.

  • Abu'l: ¡Oh, no finjáis ignorancia! ¿Me tomáis por idiota? ¿Creéis que no me entero de lo que murmuráis de mí a mis espaldas? Pues sí, lo he oído, y me temo que no será fácil olvidarlo. Pero no os he invitado hoy por esa razón, no. Esta noche quiero hablaros de esta guerra, y de vuestra participación en ella. Entregáis vuestro dinero sin preguntar a sabiendas de que con él compráis la muerte de miles de personas. Ni siquiera sabéis por qué luchamos. "La integridad de Tierra Santa" me diréis. O por "la maldad de nuestros enemigos." ¡Mentiras que os contáis para acallar vuestras consciencias!

Abu'l se río.

  • Abu'l: No. ¡Todo este dolor nace del odio y del miedo! ¡Os molesta que sean diferentes, igual que me odiáis a mí porque yo también soy diferente!

Abu'l bebió el resto de su vino antes de continuar.

  • Abu'l: Compasión, misericordia, tolerancia. ¡Son palabras que no significan nada para vosotros! ¡Ni para esos invasores infieles, que saquean nuestra tierra en busca de oro y gloria! Y yo digo, ¡ya basta! He decidido consagrarme a otra causa. Una que nos traerá un mundo nuevo.Un mundo en que los hombres por fin puedan vivir juntos... y en paz. Lastima que vosotros no viváis para verlo.
Abul4

Un invitado de la fiesta que sufre del vino envenenado.

Un hombre en la multitud se inclinó, tosiendo violentamente y finalmente se derrumbó y murió, afectado por el vino envenenado. Varias personas más lo siguieron, mientras que el resto corrió aterrorizado cuando los arqueros apuntaron a la multitud.

  • Abu'l: ¡Matad a quienes intenten escapar!

Altaïr logró escalar las paredes del palacio y escapar del patio. Durante su huida, Abu'l diría algunas frases.

  • Abu'l: ¡Ah! ¡Ayuda!
    ¡Aléjate de mí!
    ¡Apártate de mí!
    ¿Por qué no te rindes?
    No me atraparás... ¡Nunca!
    ¿Pero cómo ha hecho eso?
    ¡Guardias, detenedle! ¡Alejadlo de mí!
    ¡Guardias, ayudadme!
    ¡Guardias! ¡Guardias! ¿Dónde han ido todos mis guardias?
    ¡Moveos, moveos!
    ¡Moveos, idiotas, moveos!
    ¡Fuera de mi camino!

Altaïr navegó por el edificio y, finalmente, asesinó al Rey Mercader.

  • Altaïr: Descansa en paz. Sus palabras ya no te pueden herir.
  • Abu'l: ¿Por qué has hecho esto? Dime.
  • Altaïr: Robabas dinero a los que dices acaudillar, y lo enviabas fuera con algún propósito. Quiero saber dónde iba, y por qué.
  • Abu'l: ¡Mírame! Mi cuerpo es una ofensa para la gente a la que gobierno. Esta noble vestimenta apenas me sirve para mitigar sus gritos de odio.
  • Altaïr: Entonces se trata de venganza, ¿no?
  • Abu'l: No, no es venganza, sino consciencia. ¿Cómo podría financiar una guerra en nombre del mismo dios que me considera una abominación?
  • Altaïr: ¿A quién sirves si no es a la causa de Salah Al'din?
  • Abu'l: Lo sabrás a su debido tiempo. Creo que de hecho tú ya lo sospechas.
  • Altaïr: ¿Por qué esconderse? ¿Y por qué los actos siniestros?
  • Abu'l: No es tan distinto de tu propio trabajo. Tú quitas la vida a hombres y mujeres absolutamente convencido de que sus muertes mejorarán el destino de aquellos que quedan. ¿Un mal menor, por el bien común? Ambos somos iguales.
  • Altaïr: No, somos diferentes.
  • Abu'l: Ah, puedo verlo en tus ojos. Tienes dudas. Tú no puedes detenernos. Tendremos un nuevo mundo.

Altaïr escapó del palacio de Abu'l y regresó a la casa después.

Abu'l Assassination 4

Altaïr presentando una pluma manchada de sangre al Rafiq.

  • Rafiq: Ya me han dicho que lo has logrado, Altaïr.
  • Altaïr: El reino del terror de Abu'l Nuqoud terminó.
  • Rafiq: Me alegro de oírlo.
  • Altaïr: Los mató. A todos sus invitados. Usó veneno, un arma de cobardes. Les culpaba por la guerra. Quería acabar con ella.
  • Rafiq: Qué raro. De todos modos el visir era conocido por ser algo... diferente. Tal vez era un síntoma de su extravagancia.
  • Altaïr: Tal vez.
  • Rafiq: Suenas poco convencido. Habla con Al Mualim. Él podrá darte una explicación mejor.
  • Altaïr: Sí. Voy a ver qué me cuenta...

Antes de dejar la ciudad, Altaïr volvería a la casa para hablar con el Rafiq.

  • Rafiq: ¡Hola, amigo! ¿Qué te trae por aquí?
  • Altaïr: ¿Tienes trabajo para mí?
  • Rafiq: Hmm no, de momento no. Además, debes reunirte con Al Mualim, pero seguro que ya lo sabes. A alguien con tu inteligencia y tu talento, no se le puede olvidar algo tan básico.
  • Altaïr: Me pondré en camino.
  • Rafiq: ¡Sí! ¡Sí! Un buen plan.

Altaïr dejó la casa y regresó a Masyaf. Encontró a su Maestro cerca de una estantería en el estudio.

  • Al Mualim: Ven, Altaïr. Quiero hablar contigo.
  • Altaïr: Te obedezco.
  • Al Mualim: Me he enterado de tus éxitos. Tienes mi gratitud, y también la de esta tierra. Al liberar a las ciudades de esos gobernantes corruptos contribuyes a la causa de la paz.
  • Altaïr: ¿Cómo estás tan seguro?
  • Al Mualim: La forma de actuar de los gobernantes se refleja en el pueblo. Al limpiar la corrupción de las ciudades, también curas los corazones y las mentes de sus habitantes.
  • Altaïr: El enemigo no está de acuerdo.
  • Al Mualim: ¿Qué quieres decir?
Abu'l Assassination 5

Altaïr con Al Mualim en el estudio.

  • Altaïr: Todas mis victimas me han confesado cosas muy extrañas. No se arrepienten. Incluso al morir se les ve confiados en su victoria. Aunque no lo han reconocido, hay un vínculo que los une. Estoy seguro.
  • Al Mualim: Hay una diferencia entre lo que nos dicen que es verdad, y lo que vemos que es verdad. La mayoría prefiere prescindir de esa diferencia. Así todo es más sencillo. Es natural que te fijes, y te hagas preguntas.
  • Altaïr: ¿Y qué vínculos hay entre esos hombres?
  • Al Mualim: Piensa en ello. También es tu deber reprimir esos pensamientos, y confiar en tu Maestro. Pues no puede existir la paz sin el orden. Ni el orden sin la autoridad.
  • Altaïr: ¡Es contradictorio, Maestro! Me aconsejas que me fije en todo, y después que lo olvide. ¿Por qué?
  • Al Mualim: Tendrás tu respuesta cuando ya no necesites hacer la pregunta.
  • Altaïr: Supongo que no me has llamado solo para aleccionarme.

Al Mualim se río.

  • Al Mualim: Está bien. Has recuperado otro grado y otro arma. Quedan dos gobernantes. Debes asegurarte de poner fin a sus mandatos.

Tras la conversación con Al Mualim, Altaïr volvería a la casa de Asesinos en Damasco.

  • Rafiq: ¡Saludos, Altaïr! Si pudiera ofrecerte trabajo, lo haría.
    La ciudad descansa. Sin duda es la calma que precede a la tempestad, pero de momento, está tranquila.
    Aquí no tienes nada que hacer, amigo. Descansa si quieres. Pero si buscas trabajo, ve a otra ciudad.
    Damasco es un lugar más seguro gracias a ti, amigo. Lo que significa que ahora no tengo trabajo para ti.

Si Abu'l fue el segundo asesinado en el bloque de memoria, se produjo un dialogo diferente.

  • Al Mualim: Ven, Altaïr. Ya me he enterado de tus éxitos.
  • Altaïr: He cumplido tus órdenes.
  • Al Mualim: Bien, bien. Te noto raro, como ausente. ¿Qué te pasa?
  • Altaïr: Cada hombre al que mato me habla con enigmas. Después cuando vengo a pedirte respuestas, me contestas con misterios y acertijos. ¡Se acabó!
  • Al Mualim: ¿Cómo te atreves a decir "se acabó"?
  • Altaïr: Yo soy el que lo matas. ¡Si quieres que siga, tendrás que hablarme claro de una vez!
  • Al Mualim: Ten cuidado, muchacho. No me gusta ese tono.
  • Altaïr: ¡Y a mí no me gusta que me engañen!
  • Al Mualim: Te he dado la oportunidad de recuperar el honor perdido.
  • Altaïr: ¡Más bien, arrebatado! ¡Por ti! ¡Y ahora me mandas a buscarlo como un perro detrás de un hueso!

Al Mualim tomó la espada que estaba sobre su escritorio.

  • Al Mualim: ¡Pues tendré que buscar a otro! Qué lástima, tenías un gran potencial.
  • Altaïr: Si tuvieras a otro Asesino, ya lo habrías mandado a él. Dijiste que encontraría la respuesta cuando no necesitara hacer la pregunta. No te pregunto. ¡Exijo saber qué relación hay entre esos hombres!
  • Al Mualim: Lo que dices es cierto. Esos hombres están unidos, por un juramento de sangre como el nuestro.

Al Mualim colocó la espada sobre el escritorio.

  • Altaïr: ¡¿Qué son?!
  • Al Mualim: Non nobis Domine, non nobis.
  • Altaïr: Templarios.
  • Al Mualim: Ahora por fin comprendes el poder de Roberto de Sable.
  • Altaïr: Todos esos hombres, gobernantes, generales.
  • Al Mualim: Todos han jurado servir su causa.
  • Altaïr: Sus actos individuales no tienen sentido. Pero en conjunto. ¿Qué es lo que buscan?
  • Al Mualim: ¡Conquistar! ¡Quieren la Tierra Santa, pero no en nombre de Dios, sino para ellos mismos!
  • Altaïr: ¿Qué pasa con Ricardo? ¿Y Salah Al'din?
  • Al Mualim: Los templarios destruirán a todo el que se les oponga. Puedes estar seguro de que tienen medios para hacerlo.
  • Altaïr: Entonces hay que detenerlos.
  • Al Mualim: Esa es nuestra misión, Altaïr. Hay que liberar al mundo de esa lacra.
  • Altaïr: ¿Por qué me has ocultado la verdad?
  • Al Mualim: Quería que tú mismo la descubrieras. En toda tarea, el conocimiento precede a la acción. La información adquirida, es mucho más valiosa que la recibida. Además, tu conducta reciente no me inspiraba mucha confianza.
  • Altaïr: Ya veo.
William Assassination 8

Altaïr discutiendo con Al Mualim.

  • Al Mualim: Altaïr, tu misión no ha cambiado. Solo ha cambiado el contexto en el que la percibes.
  • Altaïr: Armado con ese conocimiento, comprenderé mejor los templarios que quedan.
  • Al Mualim: ¿Hay algo más que quieras saber?
  • Altaïr: El tesoro que Malik halló en el Templo de Salomón. Roberto estaba ansioso por recuperarlo.
  • Al Mualim: A su debido tiempo lo sabrás todo, Altaïr. Igual que has descubierto por ti solo el papel de los templarios, comprenderás la naturaleza de su tesoro. Por ahora, anímate pensando que no está en su poder, sino en el nuestro.
  • Altaïr: Si ese es tu deseo.
  • Al Mualim: Lo es. Se te ha devuelto otro grado, y también un arma más. Úsala para honrar a la hermandad.

Cuando Altaïr estaba a punto de irse, Al Mualim lo detuvo.

  • Al Mualim: Altaïr, antes de irte.
  • Altaïr: ¿Sí?
  • Al Mualim: ¿Cómo sabías que no iba a matarte?
  • Altaïr: La verdad, Maestro, es que no lo sabía. Ha sido un acto de fe.

Si Abu´l fue asesinado después de Guillermo de Montferrat y de Majd Addin, se produjo un dialogo diferente.

  • Al Mualim: Pasa, Altaïr. ¿Has descansado bien? ¿Estás listo para otra misión?
  • Altaïr: Lo estoy. Pero antes me gustaría.. hacerte unas preguntas.
  • Al Mualim: Adelante. Responderé lo mejor que pueda.
  • Altaïr: El Rey Mercader de Damasco mató a los nobles de la ciudad. En Jerusalén Majd Addin recurría al miedo para subyugar al pueblo. Sospecho que Guillermo quería matar a Ricardo y apoderarse de Acre. Todos ellos debían ayuda a sus superiores, pero decidieron traicionarlos. Lo que no comprendo es por qué.
  • Al Mualim: La respuesta es obvia. Los templarios desean el poder. Cada uno de esos hombres reclamaba su ciudad en nombre del temple, para que los templarios pudiesen gobernar Tierra Santa, y otros lugares. Pero su misión está condenada al fracaso.
  • Altaïr: ¿Por qué?
  • Al Mualim: Sus planes dependen del tesoro templario, el Fruto del Edén. Pero lo tenemos nosotros, y sin él nunca conseguirán sus objetivos.
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Al Mualim mostrando el Fruto del Edén a Altaïr.

  • Altaïr: ¿Qué es ese tesoro?
  • Al Mualim: Es la tentación.
  • Altaïr: Solo es un pedazo de plata.
  • Al Mualim: ¡Míralo bien!

Al Mualim sostuvo el Fruto del Edén ante Altaïr.

  • Altaïr: ¿Qué se supone que debo ver?
  • Al Mualim: Este "pedazo de plata" desterró a Adán y Eva. Convirtió bastones en serpientes, separó las aguas del Mar Rojo. Fue la causa de la Guerra de Troya, sirvió a un humilde carpintero para transformar el agua en vino.
  • Altaïr: Para tener tanto poder parece un objeto normal. ¿Cómo funciona?
  • Al Mualim: El hombre que lo tiene domina las mentes y corazones de todo el que lo mira, o que lo "prueba", como dicen ellos.
  • Altaïr: Los hombres de Garnier.
  • Al Mualim: Un experimento con hierbas para asegurar sus efectos, y prepararse para cuando lo tuvieran.
  • Altaïr: Talal les daba nombres ('sic debería ser "hombres"). Y Tamir los equipaba. Se estaban preparando para algo. ¿Para qué?
  • Al Mualim: La guerra.
  • Altaïr: Y los demás, quienes gobernaban las ciudades, pensaban hacer con sus habitantes, lo mismo que hacia Garnier.
  • Al Mualim: Ciudadanos perfectos. Soldados perfectos. Un mundo perfecto.
  • Altaïr: Roberto de Sable no debe recuperar el tesoro.
  • Al Mualim: Mientras él y sus hermanos sigan vivos, lo intentarán.
  • Altaïr: Debemos acabar con ellos.
  • Al Mualim: Justo lo que has estado haciendo. Hay dos templarios más que aún requieren tu atención. Uno en Acre, se llama Sibrand. El otro en Damasco, llamado Jubair. Ve a ver a los jefes locales. Ellos te darán instrucciones.

Al Mualim despachó palomas a ambas ciudades.

  • Altaïr: A tus ordenes.
  • Al Mualim: Hazlo rápido. Nuestros éxitos están poniendo nervioso a Roberto de Sable. Sus seguidores harán todo lo que puedan por descubrirte. Saben que les busca un hombre con capucha blanca, así que te estarán esperando.
  • Altaïr: No me encontrarán. Soy un aguja en un pajar.
  • Al Mualim: Toma, esto es para ti. En agradecimiento por lo que has hecho.

Resultado[]

Altaïr asesinó a Abu'l Nuqoud y regresó a Masyaf para recibir más instrucciones.

Galería[]

Referencias[]

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