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Este artículo es sobre el asedio Templario de 1191. Puede que estés buscando el asedio de los sarracenos en 1176.
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Roberto de Sable: «¡Vuestro pueblo está en ruinas y casi no os quedan provisiones! ¿Cuánto tardará tu fortaleza en rendirse? ¿Tus hombres te serán fieles, cuando les falte la comida y no tengan agua?»
Al Mualim: «Mis hombres no temen morir, Roberto! ¡Abrazan la muerte, y la merecida recompensa!»
Roberto de Sable: «¡Entonces les daré lo que quieren!»
— Roberto de Sable y Al Mualim intercambian insultos durante el asedio[fte.]

El asedio o sitio de Masyaf en 1191 fue un intento de recuperar el Fruto del Edén #2 por parte de los ejércitos de los Caballeros Templarios, comandados por el Gran Maestro Roberto de Sable, contra los Asesinos Levantinos dirigidos por el Mentor Rashid ad-Din Sinan. Los Templarios entraron en la aldea con ayuda del infiltrado Masun, y procedieron a dar muerte tanto a Asesinos como a habitantes, con la mayoría de ellos escapando a la fortaleza a tiempo.

Al ver que algunos se quedaron atrapados, el instructor Rauf se centró en devolverlos al castillo mientras el maestro Asesino Altaïr Ibn-La'Ahad entretenía a los Templarios. Ante la superioridad numérica de los invasores, las fuerzas Asesinas se vieron obligadas a retirarse, no sin haber salvado a un gran número de los suyos. De Sable se dirigió a las puertas de la fortaleza, donde discutió con Sinan sobre quién merecía tener el fragmento del Edén.

Negándose a entregarlo, a pesar de la ejecución de uno de sus hombres, Sinan enseñó al gran Maestro como Rauf, Ibn-La'Ahad y otro Asesino hacían un salto de fe, probando que los Asesinos no temían a la muerte. Dado por muerto por los Templarios, el maestro Asesino subió a la torre de defensa y accionó una trampa que desplegó varios troncos, aplastando a los Templarios de forma que solo unos pocos sobrevivieron.

Preludio[]

«Tengo lo que tu favorito no encontró. Ten, tómalo. Aunque me temo que he traído algo más que su tesoro.»
―Malik Al-Sayf[fte]

En julio de 1191,[2] la orden de los Templarios descubrió el fruto del Edén #2 en el Templo de Salomón, dando lugar a una misión de tal importancia que acudió el Gran Maestro de los caballeros Templarios en persona, Roberto de Sable. El mentor de los Asesinos Levantinos Rashid ad-Din Sinan, Al Mualim, envió a un equipo de Asesinos a investigar. El equipo, compuesto por Kadar y Malik Al-Sayf y Altaïr Ibn-La'Ahad, un maestro Asesino, casi fracasó por las acciones de este último. Kadar fue asesinado y Ibn-La'Ahad acabó en otra sala sin poder retornar, pero Malik pudo coger el Fragmento del Edén y escapar. A raíz de esto, De Sable reunió a su ejército y persiguió a Al-Sayf hasta Masyaf, cuartel general de los Asesinos en Siria, buscando recuperar el Fruto y destruir a sus enemigos de una vez por todas.[1]

El asedio[]

«¡Contén el ataque y vuelve a Masyaf! ¡Es una orden de Al Mualim!»
―Abbas Sofian[fte]

Nada más enterarse de la llegada de los Templarios, a quienes les abrió la puerta el agente infiltrado Masun, Al Mualim ordenó al informante que le brindó las nuevas preparar las defensas del castillo y luego avisar a los otros Asesinos. Además, mandó a Ibn-La'Ahad batallar personalmente con los invasores, aclarando que posteriormente hablarían de su fracaso en el Templo.[1]

La fuerza invasora penetró por todo el pueblo, ejecutando civiles y Asesinos por igual, aunque a algunos ciudadanos y a un Asesino los mantenían bajo su custodia a modo de rehenes.[1] El instructor Rauf, uno de los comandantes principales de los Asesinos,[3] pidió a Ibn-La'Ahad que se enfrentase a los Templarios mientras él se centraba en rescatar a los inocentes. De esta forma, el Asesino fue llevando su ataque desde el interior de su fortaleza, tomando la vida de decenas de Templarios en su camino, con lo que Rauf facilitó la huida de los civiles.[1]

Siege of Masyaf Templars

El ejército de los Templarios ante las puertas del castillo de Masyaf.

A la vez, un contingente de Asesinos defendió la entrada de la aldea de los Templarios, e impidieron que entrasen más en el pueblo durante un rato. Al Mualim ordenó la retirada de esta fuerza hacia el castillo, con Abbas Sofian dando esta noticia a los Asesinos. La mayor parte de los heridos y Asesinos se concentraron en el patio de armas, mientras que el mentor optó por dirigirse a las almenas con sus hombres.[1]

Rauf propuso a Sinan una estrategia que vencería a los invasores: colocarían varios troncos en la torre de defensa y, habiéndose precipitado al valle Orontes con un salto de fe, el instructor y otros dos Asesinos accionarían un mecanismo que aplastaría el ejército con los troncos. Al Mualim le dio permiso para esto,[3] y el comandante se dirigió a Altaïr Ibn-La'Ahad y a otro Asesino para llevar a cabo el plan.[1]

El ejército Templario acudió a las puertas del castillo, donde De Sable acusó a sus enemigos de robarles el fragmento. Sinan afirmó que el Fruto no pertenecía a los Templarios, dándole una oportunidad de retirada antes de dar un golpe final a sus filas. A modo de represalia, De Sable ejecutó a su prisionero Asesino, y recordó a Al Mualim que no levantaría el asedio, pues se aprovecharía de la poca disposición de víveres de los Asesinos.[1]

El mentor proclamó que sus hombres no temían la muerte, algo que demostró con el trío asignado a la trampa haciendo su salto de fe, sin que se viese que cayeron en montones de heno. Dado que uno de los tres Asesinos se rompió la pierna, Rauf se quedó cuidándole, pasando la tarea de activar la trampa a Ibn-La'Ahad. Este se movió por encima de vigas y escaló la torre de defensa hasta llegar al mecanismo, detenido por un trozo de madera, el cual fue partido con su espada.[1]

El montón de maderos cayó encima de los Templarios, quienes, sorprendidos ante tal estratagema, intentaron huir. Solo unos pocos, entre ellos De Sable, lograron escapar del ataque sorpresa.[1]

Consecuencias[]

AC 1

Al Mualim degrada al maestro Altaïr Ibn-La'Ahad.

«Has derrotado a las fuerzas de Roberto. Sin sus huestes, tardará un tiempo en atacarnos de nuevo.»
―Al Mualim a Altaïr Ibn-La'Ahad[fte]

Fueron pocos los Templarios que lograron huir, teniendo solo un pequeño ejército, de cuya reconstrucción se ocuparían Talal, Tamir Bin Musa y Garnier de Naplouse, reclutando hombres a los que reeducaban como Templarios y armaban. Los Asesinos, por otra parte, pudieron gozar de un pequeño periodo de paz, al no correr peligro de volver a ser atacados por Templarios en mucho tiempo.[1] El asedio pasó a la historia como una clara demostración de la proeza militar de los Asesinos, y el liderazgo de Al Mualim.[4]

Justo después de terminar el asedio, el mentor fingió ejecutar a Ibn-La'Ahad por haber incumplido con el Credo en Jerusalén; no obstante, todo resultó ser un engaño, cuyo verdadero fin era el de instruir al joven para que volviese a respetar el Credo. Como parte de esta misión, le ofreció recuperar el rango de Maestro si mataba a nueve líderes Templarios, entre ellos De Sable; además, Ibn-La'Ahad llevó a Masun ante Al Mualim, quien lo ejecutó, al ver que se negaba a redimirse. Al haber fallado en su intento de retomar el fruto, De Sable ideó otro plan: unir a los sarracenos y los cruzados bajo un mismo estandarte contra la Hermandad de Asesinos.[1]

Entre bastidores[]

El asedio de Masyaf apareció tanto en el videojuego de 2007 Assassin's Creed como en su posterior novela de 2011, Assassin's Creed: La Cruzada Secreta. Recibió una entrada en Assassin's Creed Encyclopedia. Cabe destacar que el asedio es el único momento del juego en el que aparecen soldados rasos Templarios; además, el primer combate de toda la saga se produce en el asedio, donde el jugador, siendo Altaïr Ibn-La'Ahad, combate a los soldados Templarios.

Apariciones[]

Fuentes[]

Notas y referencias[]

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