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Thomas "Tom" Stoddard fue un Maestro Asesino, conocido en su tiempo por su experiencia con los Fragmentos del Edén, y activo durante los Juicios de Salem.

Asimismo, es un ancestro de Charlotte de la Cruz.

Biografía[]

Vida previa[]

Hijo de un miembro de la hermandad, Thomas Stoddard siguió los pasos de su padre aunque renegaba de las limitaciones del credo. Este no podía creer que individuos tan letales como los Asesinos, capaces de acabar con la vida de un hombre en segundos, tuvieran que apegarse a una doctrina que irónicamente les impedía matar.

Con el tiempo, Thomas realizó diversas misiones alrededor del mundo; tantas que llegaría a perder la cuenta. Sin embargo, un libro le acompañaba en todo viaje para su sosiego: La Divina Comedia[1].

La experiencia de Thomas para con los Fragmentos del Edén fue la razón por la que le designaron encontrar uno en las colonias de Norteamérica, en pleno apogeo de los Juicios de Salem.

Los Juicios de Salem[]

Llegada a Salem[]

En junio de 1692, Stoddard viajó desde Londres a la villa de Salem.

El 10 de ese mes, el Asesino presenció la ejecución de Bridget Bishop, una mujer acusada de brujería, por orden del templario William Stoughton. A pesar de ello, prefirió guardar distancia y se marchó por los tejados mientras la acusada era ahorcada[2].

Poco después se reunió con unos sujetos haciéndose pasar por un vendedor de especias. Aunque todo parecía ir bien, Stoddard descubrió que se trataba de templarios encubiertos cuando les preguntó cómo llegar a Andover. Rápidamente eliminó al par aunque de entre las sombras apareció un tercer atacante, que terminaría siendo neutralizado por Jennifer Querry, Asesina, enfermera y su contacto en la zona[1]. A pesar de ello, Stoddard no estaba sorprendido y más bien le reprochó por haberle puesto en peligro.

Stoddard y Jennifer en Salem

Thomas y Jennifer observando la villa de Salem.

Mientras se desplazaban por la ciudad, Jennifer le explicó sobre la situación: todo había empezado en enero, cuando una joven se acercó a un doctor con una enfermedad inexplicable. De pronto otras chicas comenzaron a actuar de forma extraña, desatando una histeria colectiva sobre brujería que llevó a un número elevado de acusaciones, la mayoría sin fundamento. Sin embargo, los templarios se vieron interesados en el asunto, creyendo que algunas de las enfermedades podrían haber sido causadas por un Fragmento del Edén[1].

Mientras continuaban caminando, Stoddard se percató de la presencia de dos sujetos y, ocultándose con Jennifer, preguntó por ellos. Se trataba del reverendo Samuel Parris y el juez William Stoughton. Ambos templarios, desde su llegada el número de acusaciones se había incrementado notablemente.

El calabozo[]

Al anochecer los Asesinos se dirigieron al lugar donde eran retenidos los acusados de brujería. Jennifer, al ser enfermera, había estudiado el lugar el último mes y estaba segura de que estaban allí[1].

Usando un gancho para escalar, Stoddard irrumpió en uno de los niveles superiores del lugar, librándose de un guardia en el proceso. La sala estaba vacía, por lo que el encapuchado acusó a su compañera de haberle llevado a un señuelo. Jennifer, por su parte, descubrió que había una entrada oculta en la chimenea, que conducía a un calabozo. Allí, para horror de la enfermera, se encontraban varias mujeres encerradas, de diferentes edades. Thomas le ordenó concentrarse en la misión, pero ella insistía en que debían liberarles.

Stoddard y Dorothy

Cuando el Asesino intentó preguntar a un niño por el artefacto, una joven le respondió señalando que era mudo. Ante su incredulidad, la chica, que se llamaba Dorothy Osborne, afirmó saber dónde se encontraba el Fragmento del Edén y que les ayudaría si la liberaban. Stoddard lo hizo, pero juró que se arrepentiría si descubría que se trataba de una mentira[1].

Mientras escapaban del calabozo, Stoughton había convocado a una multitud para acabar con el Asesino, acusándole de ser la encarnación del demonio, y traer a la muchacha que estuviese con él.

Impaciente, Stoddard decidió actuar mientras los civiles se acercaban y, cuchillo en mano, amenazó a Dorothy para sacarle la verdad. Jennifer, alterada, le recordó que estaba infringiendo el credo. Mientras discutían, la joven sufrió de convulsiones y, hablando en italiano, repitió las últimas palabras del padre de Thomas, que eran una cita del libro de Dante Alighieri.

Visiblemente impactado, Thomas comprendió que no había Fragmento del Edén sino que su misión era la propia Dorothy. Decidido a salir con vida del lugar, el encapuchado se preparó para contener a los puritanos al mismo tiempo que ordenó a Jennifer encontrar una salida[1]. Mientras Stoddard neutralizó a algunos civiles, Jennifer encontró una puerta oculta por la que pudieron escapar. Aun así, para evitar ser seguidos, Thomas generó un incendio en el lugar a pesar de los reclamos de su compañera, puesto que arriesgaba la vida de los otros prisioneros[3].

La huida[]

La salida los llevó a un bosque lodoso en el que tuvieron que abrirse paso. El Asesino tenía prisa ya que el barco que les recogería iba a irse al anochecer. Aunque Jennifer insistía en cargar a David, era evidente que se encontraba débil. Tomando una pluma, Stoddard le dio instrucciones de dirigirse a Ipswich, donde un hombre llamado Arbour se haría cargo de él. Nuevamente Jennifer reclamó, pero no había tiempo, los puritanos se acercaban.

David continuaba tropezando entre el lodo, para fastidio de Thomas. Él necesitaba de la enfermera, sin ella Dorothy podría morir y la misión estaría perdida. "¡Hay otras cosas además de la maldita misión!", respondió Jennifer.

De pronto ella recibió un balazo. Stoddard maldijo su suerte pero decidió continuar su camino, con Dorothy en sus brazos[3].

Assassin's Creed 003-013

Stoddard oyendo a Consus mediante Dorothy.

Mientras el encapuchado reflexionaba, la entidad tomó posesión de Dorothy y comenzó nuevamente a hablar, dirigiéndose a "la que está contigo pero no está aquí". Algo incómodo por el carácter críptico de los mensajes, soltó a la joven y la escuchó hasta que se desvaneció.

Cuando recuperó la consciencia, Dorothy preguntó por la enfermera y el pequeño David. Al no verles y ante la evasiva de Thomas, supuso que los había dejado atrás y cerró sus ojos.

Rato después el Asesino avistó el barco que venía a recogerles, sin embargo mientras la nave se acercaba se oyó galopes cercanos. Templarios, temía Stoddard. Sacando su hoja oculta esperó al enemigo pero para su sorpresa se trataba de Jennifer Querry. Dorothy se lanzó a abrazarla, pero Thomas vio algo raro, David no estaba. Cuando preguntó ella dijo que siguió el credo y lo había dejado atrás. Él sabía que estaba mintiendo.

Creyendo que estaba coludida con los templarios, se lanzó sobre ella. Dorothy intentó detenerle pero este la lanzó a un lado fácilmente.

Con expresión severa, Stoddard señaló que el costo de su traición sería la muerte pero entonces una soga le sujetó el cuello. Se trataba de Stoughton y un grupo de seguidores que rápidamente inmovilizó al encapuchado. En realidad no hubo traición, solo dieron a la enfermera el tiempo suficiente para huir sabiendo que iría donde el Asesino. Llevándoselos a caballo, Stoughton prometió que desentrañaría los secretos de la chica por las buenas o por las malas[3].

El horror, el infierno[]

Assassin's Creed 004-003

Thomas siendo torturado por Stoughton.

A pesar de las torturas, Thomas mantuvo su silencio. Del mismo modo Jennifer. Impaciente, Stoughton amenazó con hacer sufrir a los niños para que hablen. Cuando el hierro candente se acercó al rostro de David, Jennifer prometió contarlo todo. Entonces la liberaron, pero de pronto la entidad volvió a resonar desde los labios de Dorothy. Mientras Stoughton le hacía preguntas, Stoddard luchaba por liberarse. Aprovechando la distracción, su compañera incapacitó a un guardia y con su cuchillo liberó al Asesino. Aunque le sugirió prudencia, Jennifer se dirigió rauda a liberar a David pero un disparo del templario acabó con su vida[4].

Con las cosas complicándose aún más, Thomas se vio frente al arma de su enemigo. Esquivando su disparo fue capaz de realizar un golpe aéreo que lanzó una caldera sobre el piso generando un incendio. Con el factor sorpresa de su parte, tuvo el tiempo suficiente para liberar a Dorothy pero prometió regresar por David. Desafortunadamente un disparo le cayó en el hombro, Parris se encargó llevar a la chica de nuevo a la mesa.

Creyendo que el "poder" de Dorothy residía en alguna parte de su cuerpo, William planeó crear una serie de oráculos con los cuales ver el futuro para así estar un paso delante de sus enemigos. Las otras prisioneras al fin tendrían un uso para él, Salem sería el mayor triunfo de la Orden de los Templarios[4].

Aquellas palabras solo significaban más horrores para Dorothy, que sintiéndose responsable por toda la barbarie decidió ponerle un punto final. Entonces, ante la vista impotente de Stoddard, se lanzó a las llamas muriendo en un grito desgarrador. David comenzó a llorar.

Parris deja ir a Stoddard

Parris dejando ir a Stoddard.

Con sus planes ahora desmoronados, Stoughton se dirigió furioso al Asesino y pretendió hacerle pagar por lo sucedido. Mientras le estrangulaba, juró que hallaría otro oráculo sin importar que con ello todas las mujeres de las colonias fuesen declaradas brujas. Entonces Parris decidió intervenir: con un par de disparos en los hombros arrinconó al templario y dijo firmemente "No habrá más juicios".

Mientras Stoddard se reincorporaba, Parris le apuntó señalando que no podía haber testigos de lo sucedido. Entonces el Asesino citó a Dante: "Los pozos más ardientes del infierno están reservados para aquellos que en tiempos de gran crisis moral mantienen su neutralidad" y le pidió honrar la memoria de Dorothy permitiéndole enterrarla dignamente. En silencio, Parris soltó el arma y le entregó las llaves del lugar para que se fueran[4].

Una familia[]

Stoddard enterrando los cuerpos

Stoddard enterrando los cuerpos de Jennifer y Dorothy.

Después de lo sucedido, Thomas enterró los cuerpos de Jennifer y Dorothy. Frente a él se encontraba David, observando. Como de costumbre, Stoddard llevaba el libro de Dante consigo y empezó a cuestionarse si había sido pura casualidad el tenerlo. Como ahora estaba a cargo del chico, le entregó el libro y prometió enseñarle a leer algún día.

Mientras se marchaban, el Asesino pensó en otra cita del escritor italiano: "La madre que despierta por un rugido y ve llamas al lado suyo alzará a su hijo y correrá sin parar -se preocupa más por su pequeño que por ella misma". Entonces comprendió que Jennifer era la madre de David y que por ello estuvo dispuesta a sacrificarse para protegerle[4].

Apariciones[]

Galería[]

Fuentes y/o referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 Assassin's Creed: Assassins #02
  2. Assassin's Creed: Assassins #01
  3. 3,0 3,1 3,2 Assassin's Creed: Assassins #03
  4. 4,0 4,1 4,2 4,3 Assassin's Creed: Assassins #04
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