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«Estará mejor en la tierra que en manos del hombre.»
―Mario Auditore, tras ver el Cetro hundirse bajo tierra.
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El Cetro del Edén #1, también conocido como cetro papal, es un Fragmento del Edén creado por la Primera Civilización para controlar y dominar a los humanos, su mano de obra. Asimismo, el Cetro encarnaba soberanía y poder.

Portadores a lo largo de la historia[]

Historia[]

Era Isu / Prehistoria[]

Creado en algún momento de la Era Isu, el Cetro del Edén 1 era usado principalmente para mantener a los humanos, esclavos de la Primera Civilización, bajo control. Sin embargo, luego de la Catástrofe de Toba los precursores resultaron inmensamente mermados en cantidad y poco a poco su especie fue desapareciendo, y con ello los Fragmentos del Edén quedaron abandonados alrededor del mundo.

Siglo I[]

De algún modo el Cetro terminó en manos del apóstol Pedro[1], quien tras la muerte de su maestro Jesús llevaría a cabo la misión de expandir el alcance del cristianismo. Pedro también sería el primero de los grandes representantes de la religión católica, conocidos como papas.

El Cetro del Edén pasaría de mano en mano según el pontífice de turno, de ahí que fue conocido como "cetro papal".

Siglo XV[]

En 1492, Rodrigo Borgia, Gran Maestre de los templarios italianos, fue elegido papa bajo el título de Alejandro VI. La elección formaba parte de los planes de "el Español", ya que existía una profecía la cual señalaba que eran necesarios dos Fragmentos del Edén para acceder a una cripta, con un arma poderosa en su interior. Uno de los Fragmentos era el Cetro; el otro, un Fruto.

El 28 de diciembre de 1499, el Asesino Ezio Auditore da Firenze se coló en la Capilla Sixtina donde Rodrigo se encontraba ofreciendo una misa[3].

Rodrigo y el cetro papal
Pelea en la Capilla Sixtina

Rodrigo Borgia a punto de luchar contra Ezio.

Con el fin de terminar la venganza emprendida por la muerte de su familia, el encapuchado realizó una maniobra de asesinato aéreo pero no fue suficiente para acabar con el templario. Lanzando a Ezio con la fuerza del Cetro, Rodrigo golpeó el suelo para doblegar a todos los presentes en el lugar; sin embargo Ezio se mantenía en pie. Al fijarse en su cinturón notó que ello se debía a que llevaba el Fruto del Edén consigo. Dispuesto a arrebatarle el artefacto, Rodrigo se preparó para luchar. El Asesino por su parte usó el Fruto para crear clones suyos y pelear.

Superado en número, Rodrigo cayó debilitado pero aún sin ánimos de rendirse. Dando un golpe al suelo con el Cetro, se volvió invisible y aprovechó ello para quitar a Ezio el Fruto. Luego lo colocó en la parte superior del Cetro y, tras apuñalar a Ezio, bajó tras una puerta secreta rumbo a la cripta.

Poco después, Ezio despertó y tras presionar dos botones en la pared frontal de la capilla abrió la entrada a la cripta. Tras recorrer un pasillo iluminado encontró a Rodrigo en una fosa, golpeando las paredes impotente.

Cara a cara otra vez, ambos se enfrentaron sin más arma que sus puños. En ese segundo round el encapuchado venció. Sin embargo, consciente de que la venganza no traería de vuelta a su familia, dejó vivir al templario.

El profeta abre la puerta

Ezio usando el Cetro, combinado con el Fruto, para abrir la puerta de la cripta.

Mientras se alejaba de Rodrigo, Ezio vio cómo los Fragmentos en el centro de la fosa comenzaban a brillar. Tomando el Cetro por el mango, él, el profeta, consiguió abrir la puerta en la que según el Español se encontraba Dios.

Dentro sin embargo Ezio se encontró con una proyección de Minerva, una de Los Que Vinieron Antes, quien tras saludar al profeta pidió tocar el Fruto "para darle las gracias". Tras eso la misteriosa entidad habló a Desmond Miles, un descendiente de Ezio durante el siglo XXI que reviviría sus recuerdos en 2012, para advertirle de la amenaza que se acercaba a la Tierra[3].

El Cetro se hunde bajo tierra

El Cetro hundiéndose en el suelo de la cripta.

Tras salir de la cripta, Ezio encontró los hábitos del pontífice en el suelo. Había huido. El Cetro continuaba clavado en el centro de la fosa. El Asesino se acercó, miró y luego intentó jalar el Cetro pero sus esfuerzos fueron vanos. En lugar de eso, activó un mecanismo que hizo descender el artefacto lentamente bajo la superficie de la cripta. A pesar de sus intentos, Ezio no logró sacar el Cetro y solo pudo observar cómo se perdía.

Luego de ello, desde arriba, Mario Auditore, tío de Ezio, señaló que ese era un mejor destino para el Cetro que el estar en manos equivocadas[2].

Curiosidades[]

  • Durante la pelea en la Capilla Sixtina, si la ropa de Ezio está personalizada o si lleva puesta la armadura de Altaïr, sus copias aparecerán con diferentes armaduras y colores de traje. Si por el contrario, no está personalizada, cada copia será perfectamente idéntica a Ezio, incluyendo el arma.
  • Asimismo Ezio puede quitar a Rodrigo el Cetro de sus manos usando la técnica del desarme con el hacha de un bruto cerca. Aunque ninguno de sus poderes, más allá del combate cuerpo a cuerpo, puede ser usado.
    • Las estadísticas -daño, velocidad y desvío- están al máximo por lo que el Cetro del Edén es una de las armas más poderosas del juego.

Apariciones[]

Galería[]

Fuentes y/o referencias[]

  1. 1,0 1,1 1,2 Assassin's Creed II - Glifo 05: Instrumentos de poder
  2. 2,0 2,1 2,2 Assassin's Creed: Brotherhood, el videojuego
  3. 3,0 3,1 3,2 Assassin's Creed II
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