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El Asedio de Monteriggioni fue un asalto a la Villa Auditore en Monteriggioni, Toscana, llevado a cabo por César Borgia después de que su padre, el  Alejandro VI, fuese atacado en la Capilla Sixtina por el Asesino Ezio Auditore da Firenze, y perdiera la Sexta Manzana de Edén. Los Asesinos de Monteriggioni, liderados por Mario Auditore, fueron atacados por las tropas de César Borgia y huyeron a Roma tras el suceso.

Regreso del Vaticano[]

Arribo a Monteriggioni[]

Después de que Ezio Auditore recibió el mensaje dejado por Minerva en la Bóveda bajo el Vaticano, él y Mario volvieron a Monteriggioni, después de huir con éxito de las fuerzas Papales, trayendo el Fragmento del Edén con ellos.

Llegado a Monteriggioni cuatro días después, durante el viaje Mario y Ezio mantuvieron conversaciones sobre lo que había pasado en el Vaticano. Ezio le aseguró a Mario que muchas de las cosas que la cifra había pronosticado ocurrirían lejos en el futuro, Mario dijo que no se debían preocupar.

Cuando llegaron a la ciudad, Ezio fue asustado por una bala de cañón que choca contra la tierra al lado de ellos, Mario le explicó que sus mercenarios probaban simplemente los cañones que se habían instalado durante la ausencia de Ezio.

Cuando entran en Monteriggioni, Ezio y Mario fueron saludados por los ciudadanos. En la escalera que lleva al chalet Auditore, los dos fueron recibidos por la hermana de Ezio, Claudia. Después de un breve saludo, Claudia dijo a Ezio sobre la presencia de Caterina Sforza en Monteriggioni.

Claudia también preguntó si Rodrigo Borgia estaba muerto, a que Ezio contestó que explicaría todo tanto a ella como a los demás más tarde en el estudio de Mario. Cuando Claudia se marchó, Mario advirtió que Ezio se preparara para muchas preguntas, antes de dirigirse al chalet.

Ayudando[]

Antes de entrar en la villa, Ezio ayudo a varios de los habitantes del pueblo. En primer lugar, ayudó a una mujer estaba pidiendo que un hombre la ayudara a cargar unas flores.

Ezio se ofreció a llevar las flores para ella, y ella comenzó a coquetear con Ezio en el camino, diciendo que las flores eran para el cumpleaños de Claudia que se festejaría al día siguiente, y que necesitaba a alguien con clase que la acompañara a la fiesta.

Ella desconocía que el hombre que la estaba ayudando era Ezio así que afirmó que Ezio Auditore estaría impresionado, después de que Ezio revelara quien era la mujer estaba notablemente nerviosa pero hizo que Ezio mantuviera en secreto la fiesta para Claudia.

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Ezio ayudando a una mujer con unas flores

Luego Ezio salió para ayudar al encargado del establo a capturar al caballo favorito de Mario, ya que se había escapado de su control. Después de llevar el caballo hacia el hombre, el encargado del establo le dijo a Ezio que le aconsejaba no pasar tanto tiempo en batallas como su tío, al que Ezio le respondió diciendo que sus batallas estaban ganadas.

La última ayuda que Ezio realizo ese día eran a dos mercenarios que estaban a cargo de los cañones, ellos afirmaban que los cañones no estaban funcionando, no los podían arreglar porque el ingeniero de cañones estaba desaparecido, el ingeniero estaba durmiendo en el interior una torre. Ezio lo despertó y lo llevó a los mercenarios, los mercenarios fueron reprendidos por el ingeniero.

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Caterina hablando con Ezio

Después de reparar los cañones, el ingeniero preguntó a Ezio si quería probarlos con el fin de asegurarse de que funcionaban correctamente. Después de probar los cañones, los mercenarios informaron a Ezio que al día siguiente estarían practicando con los cañones.

Por último, Ezio regresó a la villa donde Caterina Sforza le esperaba en la sala principal. Después de saludar a su viejo aliado, Caterina explicó su presencia en la ciudad, y afirmó que deseaba hacer una alianza.

Caterina dijo que necesitaba a los mercenarios de Ezio para hacer frente al ejército papal que se dirigía hacia Forlì, Ezio dijo que lo discutirían luego y luego prosiguieron a entrar a la reunión.

Reunión[]

Ezio llegó al estudio con Caterina, donde Claudia, su madre Maria, Mario y Maquiavelo esperaban. Ezio les dijo de lo que había visto en la Bóveda, y de su confrontación con Rodrigo Borgia.

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Ezio en la reunión

Habló de la "Pintura en movimiento" de la diosa Minerva, que había hablado con Ezio sobre un desastre que ocurriría en el futuro distante, así como de la existencia de los Templos que podrían ayudar a la humanidad. Después de su mensaje, había llamado a un fantasma llamado Desmond, esto le causo mucha confusión a Ezio. Después de esto, la diosa había desaparecido.

Los demás quedaron asombrados por los descubrimientos de Ezio, y Claudia preguntó si la diosa había parecido humana. Ezio le dijo que parecía humana, pero que sus palabras decían otra cosa. Mario preguntó quién era Desmond, y donde estaban Templos que Minerva había mencionado. Ezio tampoco pudo responder a esa pregunta. Maquiavelo entonces preguntó a Ezio cómo había terminado con Rodrigo, si había pedido piedad o había ofrecido el poder a cambio de su vida. Ezio le dijo que ninguno de éstos había pasado, Maquiavelo pensaba que era raro que Rodrigo permaneciera tranquilo antes de morir, al cual Ezio reveló que realmente había permitido que Rodrigo viviera.

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Ezio hablando con Maquiavelo y Mario

Enfurecido, Maquiavelo sermoneó a Ezio, diciendo que había sido un error y que sólo podrían ir a buscar Templos fabulosos una vez que sus enemigos estuvieran muertos.

Ezio intentó explicar por qué había dejado vivir a Rodrigo, diciendo que deberían olvidar el pasado y concentrarse más en el futuro, pero Maquiavelo discrepó vehementemente con él, y repentinamente se fue a Roma.

Cuando Maquiavelo se marchó, Mario trató de consolar a Ezio en su decisión, declarando que confiaba en su juicio. Después de esto, Ezio dejó el estudio y volvió a su cuarto. Allí, se desnudó y se bañó y fue acompañado pronto por Caterina, que había venido para consolarle. Después del baño, Ezio y Caterina siguieron con unas "actividades" en la cama, que duraron hasta el alba.

Asedio de los Borgia[]

Ataque Sorpresa[]

Cuando terminaron, Caterina preguntó a Ezio si quisiera "ir otra vez", a que contestó que no tiene que preguntar. Cuando estuvieron a punto de comenzar, el fuego del cañón se podía escuchar.

Ezio y Caterina

Ezio con Caterina

Cuando Caterina se preguntó en voz alta que era eso, Ezio la aseguró que eran solo los mercenarios que se estaban entrenando en el uso de los nuevos cañones. Esto se probó incorrecto, ya que una bala de cañón atravesó el cuarto de Ezio, golpeando la Armadura de Altaïr y partiendo el cuarto en dos.

Sorprendido, Ezio salió de la cama y de prisa se vistió. En una prisa, sólo tenía el tiempo para tomar una espada común y su Hoja Oculta antes de dirigirse fuera del chalet a través de la pared hecha volar por la bala de cañón.

Caterina dejó el cuarto por la escalera, y se dirigió a tomar el mando de sus tropas para atacar al enemigo. Después de esto, los dos se separaron.

Ezio brincó en el tejado del chalet, donde pudo ver el ataque que estaba sufriendo Monteriggioni pesadamente dañado por el fuego del cañón, con sus edificios en llamas y deshaciéndose. Después un bala de cañón casi golpea a Ezio.

Ezio y Mario asedio

Mario y Ezio durante el ataque

Cayendo del tejado, golpeó la tierra, pero fue rápidamente ayudado por su tío, que informó a Ezio que los Borgia eran responsables del ataque. Ezio se preguntó cómo no habían visto el ataque venir, a lo que Mario contestó que debían haber tomado un itinerario alternativo al este durante la noche.

Como el chalet estaba recibiendo daños, Mario instruyó a Ezio para que este subiera a las almenas de la ciudad y apoyará a los mercenarios mientras los aldeanos escapaban. Mario informó a Ezio que, por su parte, conduciría un asalto frontal contra la infantería de los Borgia.

Antes de su salida, Ezio preguntó si Mario tenía el fragmento, a lo cual contestó que lo guardaba seguro.

Torre de asedio

Una Torre de Asedio desplegando fuerzas de los Borgia en la fortaleza

Ezio rápidamente saltó del balcón del patio del chalet y aterrizó en un caballo cercano, que montó a través de la ciudad que se estaba derrumbando. Cuando alcanzó el lado de las murallas, una torre cercana se cayó, matando al caballo y lanzando al Asesino de la silla. Ezio se agarró de un andamio cercano antes de que golpeara la tierra y siguiera una escala a las almenas.

Allí, Ezio apoyo a los mercenarios, Ezio empezó a dispar los cañones que estaban operativos para destruir a los cañones de los Borgia, estas acciones ayudaron a que la fortaleza resistiera hasta que todos los aldeanos lograran huir.

Después de que los aldeanos evacuaran las fuerzas de los Borgia fueron capaces de violar la fortaleza, con una torre de sitio que con éxito alcanzó las paredes del Este. Un mercenario tomo el lugar de Ezio en el cañón y Ezio se dirigió a repeler el ataque en el interior de la fortaleza.

Ejecución de Mario[]

Ezio mató a todos los soldados que habían sido desplegados en la muralla por la Torre de Asedio. Después de esto, las fuerzas enemigas finalmente lograron romper las puertas de la muralla y entrar a la ciudad, Mario las atravesó, apenas vivo, cayéndose a la tierra directamente y siendo visto por Ezio.

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César entrando a la ciudad

Seguido de César Borgia y acompañado por su hermana, Lucrecia, y sus generales, Juan Borgia el Mayor, Octavian de Valois, Micheletto Corella, un contingente de soldados y Caterina cautiva.

César llamó la atención de Ezio, declarando que el Papa le había contado sobre Ezio y su "pequeño grupo de Asesinos" y sobre el Fragmento del Edén, César sostuvo en el aire el fragmento para llamar mas la atención de Ezio.

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César a unos segundos de ejecutar a Mario

Ezio corrió hacia Mario a través de los tejados, rápidamente César apunto con un arma de fuego a Mario.

Después de afirmar que hubo demasiada matanza entre las dos familias, César disparó la pistola y mató a Mario, sirviendo de una invitación de los Borgia a los Auditore para oponerse a ellos en el centro de su regla, Roma.

Posteriormente, ya que Ezio miró el asesinato de su tío, a él le pegaron un tiro a través del hombro izquierdo y abdomen inferior varios de los arquebusiers colocados en las murallas, haciéndole caerse de las azoteas y perder el conocimiento.

Escapando[]

Después de despertar luego de haber caído inconsciente Ezio se encontró con que dos mercenarios lo estaban arrastrando hacia una zona segura. Ezio con irritación exigió que lo dejarán, siendo insistente que podría estar de pie solo.

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Ezio herido siendo ayudado por los mercenarios

Cuando lo dejaron, los soldados de los Borgia llegaron para terminar lo que habían comenzado, y, sabiendo que no los podía manejar solo, Ezio pidió que los mercenarios le ayudaran. Finalmente, Ezio y los mercenarios lucharon contra los enemigos que se encontraban en su camino a través de la ciudad y alcanzaron el chalet.

Cuando hizo su camino a través de los escombros de la ciudad, Ezio encontró a Claudia y otro grupo de mercenarios siendo agredidos por más soldados. Ezio y su propio grupo de mercenarios les asistieron, y con éxito los pararon. Con la prisa, el grupo hizo su camino hacia el Santuario, estrechamente seguido de guardias de los Borgia.

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Ezio, Maria y Claudia fuera de Monteriggioni

Uno de los ladrones de Monteriggioni, que había estado a punto de cerrar la puerta del Santuario, dijo a Ezio que habían creído que estaba muerto. Antes de que Ezio cerrara el paso, el ladrón se fue para ayudar a las tropas. Después de esto, Ezio cerró con llave la puerta secreta que se dirigía al Santuario y bajó las escaleras para encontrarse con Claudia, Maria y los ciudadanos.

En los túneles debajo del Santuario, Ezio encabezó la fuga a través de un paso largo, peligroso construido detrás de la estatua de su antepasado, esto les llevó al exterior de las paredes del norte.

Después de viajar por el pasadizo y después de lograr escapar de los guardias de los los Borgia que lograron seguirlos, Ezio y los ciudadanos lograron escapar de la ciudad.

Para entonces, los Borgia habían supuesto que Ezio estaba muerto.

Consecuencias[]

Ezio herido

Ezio tirado en el suelo a causa de la debilidad provocada por sus heridas

Después del ataque, los Asesinos perdieron el Fragmento del Edén pero lograron escapar del ejército de César. Se lograron escapar por un pasadizo que los llevo a las afueras de la fortaleza, Ezio exigió un caballo e instruyó a Claudia para que llevará a su madre a Florencia. Claudia preguntó donde iba, a esto contestó que iba a Roma.

Mientras los civiles huían y Ezio se ponía en marca, María hizo recordar a Ezio cual era el motivo de su lucha. Ezio entonces inmediatamente se marchó a caballo hacia Roma.

Ezio en Roma

Ezio en Roma

Viajando a lo largo del campo, Ezio se puso más débil a causa de sus heridas, antes de caerse finalmente de su caballo y desmayarse en el camino. Después de un tiempo, Ezio se despertó, aturdido y cubierto de vendas. Fue saludado entonces por la vista de una mujer amable, que le había cuidado y tratado sus heridas.

Le dijo que un hombre le había traído a Roma y había dejado nuevo equipo y trajes para él. Ezio se vistió y se dispuso a irse, la mujer le instruyó de encontrarse con Maquiavelo en el Mausoleo di Augusto.

Apariciones[]

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