La misión a la ciudad de Masyaf fue llevada a cabo por el Mentor de la Orden de los Asesinos en Italia, Ezio Auditore da Firenze, en el año de 1511, con motivo de descubrir una antigua biblioteca del Asesino Medieval Altaïr Ibn-La'Ahad.
Al llegar a Masyaf, Ezio Auditore fue emboscado por tropas del Imperio Bizantino, y tras una cruenta contienda con varias hordas de soldados, el Asesino fue capturado y apresado en el interior de una torreta de la fortaleza que en la Tercera Cruzada había sido de los Asesinos. Allí, el líder de los otomanos en la ciudad, un Templario de nombre Leandros, llevó a Ezio Auditore a una de las atalayas de la torreta en la cima de una montaña. No obstante, el Asesino, antes de ser ahorcado por el Templario, logró escapar y perseguir a Leandros.
Tras asesinar a Leandros, Ezio Auditore descubrió la existencia de los cinco sellos de Altaïr—una de ellas en posesión de Leandros—, razón por la que emprendió una misión a la ciudad turca de Constantinopla con el objetivo de hallar estos sellos antes que sus enemigos.