Amigo de la familia fue una representación virtual de una de las memorias genéticas de Ezio Auditore da Firenze, revivida por Desmond Miles en el 2012 a través del Animus.
Descripción[]
Maria Auditore confrontó a Ezio sobre su pelea con Vieri de Pazzi. Ezio, sin embargo, rechazó inocentemente su participación en cualquier pelea, y acompañó a su madre en el recado a la ciudad.
Dialogo[]
- Maria: Buon giorno, Ezio
- Ezio: Buon giorno, madre. ¿Cómo está usted?
- Maria: Muy bien. ¿Y tú? ¿Te has recuperado ya de lo de anoche?
- Ezio: No entiendo a qué se refiere, madre.
- Maria: No, claro que no. Da igual. Tengo que hacer un recado. Quiero que vengas conmigo.
- Ezio: Será un placer.
- Maria: Ven. Es cerca de aquí.
Ezio y su madre caminaron a su destino juntos.
- Maria: Sé lo de tu pelea con Vieri.
- Ezio: ¿Qué pelea?
- Maria: Por favor... No intentes jugar conmigo
- Ezio: Nos estaba calumniando. No podía consentirlo.
- Maria: Estoy segura de que lo estará pasando mal por las acusaciones contra su padre. Francesco de Pazzi puede ser muchas cosas, y ninguna de ellas buenas. Pero nunca lo creí capaz de cometer un asesinato.
- Ezio: ¿Qué van a hacer con él?
- Maria: Supongo que habrá un juicio.
- Ezio: ¿Mi padre hablará en él?
- Maria: Tendrá que hacerlo. Es el único que tiene pruebas.
- Ezio: Aun así, ojalá hubiese otra forma.
- Maria: No debes tener miedo. Todos quieren que se haga justicia. Es triste llegar a esta situación, pero ya pasará.
Ellos llegaron al taller de Leonardo da Vinci.
- Maria: Hemos llegado.
Maria tocó la puerta y Leonardo los saludó.
- Maria: Hola, Leonardo.
- Leonardo: Madonna, Maria!
- Maria: Éste es mi hijo, Ezio.
- Leonardo: Molto onorato.
- Ezio: L'onore è mio.
- Leonardo: Voy un momento a buscar las pinturas. Vuelvo enseguida.
Entró en el taller, mientras Ezio y Maria lo esperaban.
- Maria: Tiene mucho talento.
- Ezio: Ya me lo imagino.
- Maria: La expresión artística es básica para comprender la vida y disfrutarla. Deberías tener una afición.
- Ezio: Ya tengo aficiones.
- Maria: Non parlo di vaginas.
- Ezio: ¡Pero madre!
Leonardo regresó con una caja que contenía pinturas.
- Leonardo: ¿Vuelve usted a su casa?
- Maria: Sí. Sí. Ezio, ayuda a Leonardo, ¿quieres?
Ezio llevó la caja hasta su casa.
- Leonardo: Bien, Ezio. ¿A qué te dedicas?
- Maria: Está trabajando para su padre.
- Leonardo: ¡Ah! ¿Vas a ser banquero?
- Ezio: Por ahora sí. Y tú, ¿eres artista?
- Leonardo: A decir verdad, me resulta difícil encasillarme. La pintura es hermosa, pero a menudo pienso que mi obra carece de... no sé, propósito. Sé que parece raro, pero quisiera contribuir con algo más practico. Arquitectura, tal vez. O anatomía. No me basta con captar y entender el mundo. Quiero cambiarlo.
- Maria: ¡Oh, Leonardo! Estoy convencida de que harás grandes cosas.
- Leonardo: Vi ringrazio, Madonna. Es muy amable.
Ellos llegaron al Palacio Auditore.
- Maria: Gracias por tu ayuda, hijo. No quiero distraerte más de tus otras obligaciones.
- Leonardo: Encantado de conocerte, Ezio. Espero que volvamos a vernos.
- Ezio: Y yo.
Resultado[]
Maria Auditore presentó a Ezio a Leonardo da Vinci, que apenas comenzaba su carrera como inventor y artista.