Aaru, el Campo de Juncos, era un aspecto de la vida después de la muerte de los egipcios considerado como un paraíso celestial. Se encontraba al final de un largo viaje para los fallecidos recientemente a través de la Duat y se consideró el destino final de su alma.
Alrededor del 38 a.e.c, el Mentor de los Ocultos en Egipto, Bayek de Siwa, viajó aparentemente a Aaru para combatir el espíritu incorpóreo de Nefertiti, que había sido devuelto al mundo de los vivos gracias a la Maldición de los faraones que estaba plagando la ciudad de Tebas.
No era raro que los egipcios vivientes ahí prometieran una reunificación dentro del Campo de Juncos si la muerte de uno parecía estar asegurada.
Aparición[]